Contexto

Después de enviar a los doce discípulos, el Señor Jesús continuó con su ministerio. Una vez más leemos acerca de Juan el Bautista y su rol en el ministerio de Jesús. Al ver los corazones impenitentes de la gente, Jesús comenzó a condenar a las ciudades de aquella región. A pesar de ello, Él seguía llamando a la gente que venga a Él para encontrar descanso.

Versículo clave

(11:28, 29)

¿Sabía usted que...?

  1. Corazín, Betsaida y Capernaúm (11:21-23): estas tres ciudades se encontraban cerca de la costa noroeste del mar de Galilea. [ref] La fatalidad pronunciada contra Capernaúm y las otras ciudades incrédulas (Mt 11:23) se ha cumplido notablemente. Capernaúm, conocido también como Tell Hum, es un lugar inhabitado que se localiza a 4 kilómetros al suroeste de la desembocadura del Jordán en el mar de Galilea. [ref]
  2. Tiro y Sidón (11:21): grandes ciudades fenicias en el Mediterráneo que se ubicaban a corta distancia la una de la otra. Eran frecuentemente denunciadas por los profetas del Antiguo Testamento por su adoración a Baal (Is 23; Ez 26-28; Jl 3:4; Am 1:9-10; Zac 9:2-4). [ref]
  3. Vestidos ásperos y ceniza (11:21): los israelitas usaban vestidos ásperos como un signo ritual de arrepentimiento o una señal de luto. El color oscuro y la textura áspera de este material de pelo de cabra era ideal para este fin. [ref] Las cenizas eran añadidas en casos de emociones profundas (cf. Job 42:6; Dn 9:3), ya sea poniéndolas sobre la cabeza (2 S 13:19; Lm 2:10), sentándose en ellas (Jon 3:6), acostándose en ellas (Est 4:3) o incluso revolcándose en ellas (Jer 6:26; Miq 1:10). [ref]
  4. Hades (11:23): el lugar de los muertos. [ref]
  5. Yugo (11:29): instrumento de madera al cual se le había dado la forma para caber sobre el cuello de ciertos animales y en el que va sujeta la lanza del carro o el timón del arado. Se lo usaba para enganchar a un equipo de animales de tiro para que pudieran jalar cargas pesadas de forma pareja. [ref]

Esquema

  • Jesús y Juan el Bautista
  • La pregunta de Juan y la respuesta de Jesús
  • El testimonio de Jesús sobre el ministerio de Juan
  • Una generación indiferente
  • Ayes sobre los impenitentes
  • Aceptación de los trabajados y cargados
  • Revelación del Padre a través del Hijo
  • Venir a Jesús y aprender de Él

Análisis general

  • 1.

    Haga una lista de los versículos que indican la poca disposición de la gente para aceptar el evangelio.

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    6, 14, 15, 16-19, 20-21, 25, 27.

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  • 2.

    De acuerdo a las palabras de Jesús en este pasaje, ¿cuál es el propósito y la función de los milagros?

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    La respuesta de Jesús a la pregunta de Juan nos enseña que los milagros sirven para fortalecer nuestra fe en el Señor. La reprensión de Jesús a las ciudades impenitentes nos enseña que los milagros han de conducirnos a un cambio de corazón y a volvernos a Dios (cf. Jn 10:37-38). Si no aceptamos a Cristo pese a los milagros que hemos visto, los milagros se convertirán en la base de nuestro juicio.

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Análisis del segmento

  • 11:2-6

    1.

    ¿Por qué fue Juan puesto en prisión?

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    Ver 14:1-5

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  • 2a.

    ¿Qué insinuaba la pregunta de Juan?

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    Juan estaba perplejo acerca de si Jesús era realmente la persona que él había testificado diciendo: “El que viene tras mí es mayor que yo” (3:11).

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  • 2b.

    ¿Qué pudo haberlo llevado a hacer esa pregunta?

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    Leer 3:11-12. Juan probablemente había estado esperando que el Cristo trajera juicio y bendiciones inmediatos. Si es así, el trabajo de Cristo había sido muy distinto a lo que esperaba.

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  • 2c.

    ¿Alguna vez ha tenido dudas acerca del poder y las promesas de Dios? ¿Qué hace para renovar su fe en dichas circunstancias?

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    (La respuesta está vacía)
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  • 11:2-6

    3a.

    ¿De qué manera la respuesta de Jesús contestó la pregunta de Juan? (ver Is 35:5-6, 61:1).

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    El ministerio de sanación y predicación habla por Jesús y muestra que Él de hecho es “el que había de venir”.

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  • 3b.

    ¿Por qué la respuesta de Jesús era alentadora?

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    Él no reprendió a Juan o los discípulos por su falta de fe. Él les indicó la dirección correcta con amabilidad para que pudieran ver la respuesta por sí mismos.

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  • 11:2-6

    4.

    Explique el versículo 6 y aplíquelo a nuestras vidas.

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    Nuestro Señor es la piedra principal de nuestra fe. Sin embargo, si lo rechazamos, Él se convertirá en nuestra roca de tropiezo (1 P 2:4-8). No podemos ser neutrales con respecto a las enseñanzas de Jesús. O confiamos en Él y somos salvos o lo rechazamos y nos hundimos.

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  • 11:7-19

    5.

    Anote los comentarios que hizo Jesús sobre Juan.

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    Él era mucho más extraordinario que la caña sacudida por el viento y más vigoroso y poderoso que aquellos en el palacio. Él era más que un profeta. Él era aquel de quien los profetas hablaron. Él era mayor que todos los nacidos de mujer. Él era el Elías. Él vino, ni comía ni bebía.

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  • 6.

    ¿Qué verdades acerca del reino de los cielos se nos enseñan en estos versículos?: a) 11; b) 12.

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    a. 11: El ministerio de Jesucristo (estableciendo el reino de los cielos) era mucho más grande que el de Juan, aunque Juan era el más grande de los profetas. De la misma manera, aquellos que aceptan el evangelio son aún más bendecidos que los profetas del pasado (13:16-17; 1 P 1:10-12).

    b. 12: Este versículo tiene dos posibles interpretaciones. La primera se refiere a la oposición de los “violentos” al reino de Dios. Hombres violentos atacaron constantemente el evangelio mientras éste se predicaba.

    La segunda interpretación toma una postura positiva. A través del poderoso ministerio de Juan y Cristo, el reino de los cielos ha estado “avanzando contra viento y marea” (NVI). El mensaje del reino estimuló nuevas actitudes y acciones que requieren arrepentimiento absoluto. Así que sólo aquellos que están dispuestos a hacer cambios drásticos (los “violentos”) son capaces de entrar al reino de Dios.

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  • 7.

    Explique el significado del versículo 13.

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    Jesús es el cumplimiento de todas las profecías del Antiguo Testamento hasta el tiempo de Juan (Ro 10:4; Gl 3:24).

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  • 8.

    En su analogía, ¿por qué Jesús comparó a la gente de esa época con los muchachos que se sentaban en las plazas? (16, 20).

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    La gente de aquellos días no aceptó la predicación de Juan sobre el arrepentimiento. Tampoco aceptaron las buenas nuevas del reino. En cambio, acusaron a Jesús de glotonería (cf. 9:10-11). Ya fuera el llamado de Juan al arrepentimiento o la gracia del perdón de Jesús, la gente permaneció indiferente.

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  • 9.

    Compare este párrafo con Lucas 7:29-35. ¿Qué quiso decir Jesús con “la sabiduría es justificada por sus hijos”?

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    Existen dos interpretaciones. Primero, la sabiduría y justicia de Dios habían sido probadas por las obras de Juan y Jesús. Segundo, solo aquellos que son humildes (verdaderos hijos de la sabiduría) aceptarán el mensaje del reino.

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  • 10.

    Según los versículos 11-19, ¿cómo podemos entrar en el reino de los cielos?

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    Necesitamos aceptar las buenas nuevas del reino con una fe fuerte (6). Debemos ser humildes y estar dispuestos al llamado (14). Debemos escuchar (15).

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  • 11:20-24

    11.

    ¿Por qué el juicio sobre estas ciudades sería más drástico que el de las ciudades paganas del Antiguo Testamento?

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    Deberían haberse arrepentido con mucha más rapidez porque habían visto las obras de Cristo que las ciudades paganas no tuvieron el privilegio de atestiguar. Dios es justo en sus juicios (cf. Lc 12:48).

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  • 12.

    ¿Qué nos enseña la denuncia de Jesús acerca de nuestra actitud y reacción hacia los milagros?

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    No debemos tomar los milagros por su valor nominal y pensar que son un fin en sí mismos. Los milagros deben conducir a la fe en Cristo, lo que se demuestra con arrepentimiento y cambio de conducta.

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  • 11:25-30

    13.

    ¿Cómo se relaciona este párrafo con el resto del pasaje?

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    El ministerio de Jesús estaba “escondido” para muchos en el sentido de que ellos o no entendían o se rehusaban a aceptarlo. Aun así, Jesús llama y recibe a aquellos que están dispuestos a venir a Él. Dios revelará su voluntad a estas personas.

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  • 14a.

    ¿Quiénes son los “sabios y entendidos” y quiénes son los “niños”?

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    Los sabios y entendidos son aquellos que son sabios en sus propios ojos. Los niños son los simples y humildes.

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  • 14b.

    ¿Por qué Dios esconde su voluntad y obras de los sabios y entendidos pero las revela a los niños?

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    La humildad es necesaria para la fe en el Señor. Dios se opone al orgulloso pero bendice al humilde (Pr 3:34). Al revelar su voluntad a los sencillos, Dios también manifiesta su sabiduría y gloria (1 Co 1:18-25).

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  • 15.

    Explique el versículo 27 a la luz de Juan 14:6.

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    Jesús es la manifestación de Dios y es Dios mismo (Jn 14:9). Sólo podemos conocer y aceptar a Dios si aceptamos a Jesucristo (Jn 1:18).

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  • 16a.

    ¿Quiénes son los que están “trabajados y cargados”?

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    Son los “enfermos” y “pecadores” (9:12-13), los que son pobres de espíritu, los que lloran y los que tienen sed de justicia (5:3, 4, 6). Ellos están trabajados y cargados porque se han hallado a sí mismos espiritualmente en la miseria y no pueden ayudarse a sí mismos a través del esfuerzo propio.

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  • 16b.

    ¿Cómo debemos venir a Jesús?

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    Debemos escuchar la voz de Jesús, aceptar humildemente sus palabras y cambiar nuestra conducta para conformarnos a su voluntad.

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  • 17a.

    ¿Cuál es el yugo de Jesús?

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    Es la cruz que todo seguidor de Jesús debe cargar (10:38). Se refiere a los sufrimientos por los que tendremos que pasar por causa de Él.

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  • 17b.

    ¿Por qué su yugo es “fácil”?

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    Es fácil porque es suyo. Él siempre estará con nosotros y nos ayudará. Él también cumplirá la justicia de Dios en nosotros (19:23-26; Ro 8:3-4).

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  • 17c.

    “Yugo” y “descanso” generalmente no van juntos. ¿Por qué Jesús nos dijo que llevemos su yugo para poder encontrar descanso para nuestras almas?

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    Cuando llevamos el yugo de Jesús y aprendemos de Él, no solamente nos quitará la carga del pecado, sino que también nos ayudará a estar en paz con Dios a través del cambio de conducta y actitud. La conformidad con la voluntad de Dios trae descanso a nuestra alma.

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  • 18.

    ¿Cómo podemos ser “mansos y humildes” de corazón?

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    La mansedumbre conduce a la sumisión y la humildad conduce al arrepentimiento y a la obediencia. Necesitamos ser “niños” que humildemente aceptan y practican la voluntad de Dios.

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