Contexto

En su ministerio en Judea, el Señor colocó el peso de sus enseñanzas sobre el tema de quién entraría en el reino de los cielos y en la consumación del reino de Dios cuando Él regrese. También concentró sus últimas enseñanzas y obras en fortalecer, corregir y edificar a los discípulos para que fueran siervos buenos y fieles hasta el retorno del Señor. A esta altura, no obstante, los discípulos aún tenían una falsa noción acerca del reino de Dios. Así que en este pasaje, Jesús les enseña de nuevo lo que es ser realmente grande en el reino de los cielos.

Versículo clave

(20:26-28)

¿Sabía usted que...?

  1. Denario (20:9): lo que se paga usualmente por un día de trabajo. Un soldado romano también recibía un denario por día. [ref]
  2. Hora tercera = 9 AM, hora sexta = 12 PM, hora novena = 3 PM, hora undécima = 5 PM.
  3. Jericó (20:29): una ciudad muy antigua ubicada a 8 kilómetros al oeste del Jordán y cerca de 24 kilómetros al noreste de Jerusalén. En los tiempos de Jesús, gran parte de la Jericó del Antiguo Testamento estaba abandonada, pero una nueva ciudad, al sur de la antigua, había sido edificada por Herodes el Grande. [ref]

Esquema

  • Padre de familia, obreros y jornal
  • Tercera predicción acerca del sufrimiento, la muerte y la resurrección
  • Ser grande y ser servidor
  • Sanación de los dos ciegos

Análisis del segmento

  • 20:1-16

    1.

    De acuerdo a las propias palabras del Señor, ¿cuál es el punto de la parábola?

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    Muchos que son primeros serán últimos y los últimos, primeros.

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  • 2a.

    ¿Quiénes son los que siendo últimos serán primeros?

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    O bien los que recién creyeron en Cristo, que comparativamente han hecho menos que los demás, o bien los pecadores arrepentidos que recibieron la gracia de Dios en la “hora undécima” y por lo tanto han trabajado mucho menos por el reino de Dios. Por su humilde aceptación y la confianza en la gracia de Dios, ellos se vuelven los primeros en el reino (en los versículos 4 y 7 vemos que estos obreros confiaron que el padre de familia haría con ellos lo que fuera justo).

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  • 2b.

    ¿Quién son los que siendo primeros serán últimos?

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    Estos son aquellos que parecen tener preeminencia en la comunidad religiosa, sean líderes o primeros conversos. Ellos han trabajado mucho para Dios, pero como ellos se exaltaron a sí mismos para ser los primeros y tomaron la gracia de Dios por sentado (una vez estaban desempleados pero ahora han sido contratados por el padre de familia), se volvieron los más pequeños en los ojos de Dios. Algunos hasta rechazaron el reino por causa de su orgullo en ser los primeros.

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  • 20:1-16

    3.

    ¿Cómo esta parábola contraría al sentido común y a lo esperado?

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    El sentido común nos indica que a quien trabaje menos se le debe pagar menos.

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  • 4a.

    ¿Qué representa el pago del jornal? Explique su respuesta.

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    Representa la gracia de Dios. Aunque en la parábola pareciera que los obreros ya habían cobrado, el hecho de que luego cada uno haya recibido el mismo jornal nos indica que en realidad todavía no habían cobrado. A estos obreros desempleados se les prometió un jornal simplemente por aceptar trabajar en la viña, sin importar cuánto esfuerzo pondrían.

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  • 4b.

    ¿Qué nos enseña esta parábola acerca de la naturaleza de la salvación y acerca de Dios?

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    No podemos reclamar ningún mérito en nuestra salvación, incluso si trabajamos arduamente para el Señor, puesto que la hemos recibido gratuitamente (Ef 2:8-9; Ro 3:27-28; Tit 3:4-5). De esta parábola podemos ver la abundante gracia de Dios. Él no muestra favoritismo en la entrega de su gracia (Hch 10:34). Sin embargo, esto no sugiere que no importa cuán diligente trabajemos para Dios porque la Biblia enseña que todos serán recompensados de acuerdo con su labor (1 Co 3:8, 15:58).

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  • 20:1-16

    5.

    ¿Contradice esta parábola las enseñanzas de 1 Corintios 3:8?

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    La parábola no enseña que todos tendrán la misma recompensa, sino que todos somos salvos por la gracia de Dios. Incluso las recompensas que recibiremos por nuestra labor son posibles por la gracia de Dios.

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  • 20:17-19

    6.

    Compare esta predicción con las dos primeras (16:21, 17:22-23).

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    Esta predicción final es la más extensa y detallada. Habla del juicio por el Sanedrín y que a Jesús lo entregarían a las autoridades romanas. También describe las clases de sufrimiento que el Señor soportaría.

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  • 7.

    ¿A quién iba dirigida la predicción? ¿Por qué?

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    A los discípulos. La predicción sirvió para enseñarles la misión del Mesías y para prepararlos a recordar y creer cuando todo esto hubiera ocurrido (cf. Jn 14:29, 16:4). Sin embargo, los discípulos no comprendieron completamente el significado de la predicción incluso después de la resurrección.

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  • 20:20-28

    8a.

    Marcos 10:35 nos dice que Santiago y Juan eran los discípulos en cuestión. ¿Cuál era la expectativa de su madre y la de ellos?

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    Compartir la gloria y el poder de Cristo y ser los más grandes en el reino de Dios.

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  • 8b.

    ¿Por qué el Señor le dijo: “No sabéis lo que pedís”? ¿Qué era lo que ella no sabía?

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    Ella no sabía que uno debe sufrir para recibir gloria (Ro 8:17; 2 Ti 2:12). Ella no sabía que debemos recibir con humildad la gracia de Dios de acuerdo a su soberana voluntad (23). Ella no sabía que ser los más grandes significa ser los siervos de los demás y dar la vida por otros (26-28).

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  • 20:20-28

    9.

    ¿Qué indica el enojo por parte de los otros discípulos?

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    El resto de los discípulos se indignaron porque ellos también querían ser grandes y no querían “perderse” de ser los más grandes.

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  • 10a.

    ¿A qué “vaso” o “bautismo” se refiere el Señor?

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    El Antiguo Testamento usa el “vaso” [o “copa”, N. del T.] para referirse al juicio de Dios (Sal 75:8; Is 51:17-18; Jer 25:15-28). El mismo Señor Jesús se refirió a su sufrimiento y muerte como “esta copa” porque Dios estaba a punto de derramar su ira sobre el cordero de sacrificio (Mt 26:39).

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  • 10b.

    ¿Cómo podemos beber del vaso del Señor y ser bautizados con el bautismo que Él recibió?

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    Debemos negarnos a nosotros mismos, tomar su cruz y seguirlo (cf. 16:24-25; Lección 24, Pregunta 13). Debemos humillarnos a nosotros mismos (Flp 2:5-8), negar nuestros deseos, sufrir por el Señor (1 P 4:1-2; Gl 5:24) y sacrificarnos por otros (1 Jn 3:16).

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  • 20:20-28

    11a.

    ¿Qué implica ser servidor o siervo? ¿Qué podemos aprender del Señor a este respecto?

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    Implica quitar nuestro orgullo y deseos y hacer lo necesario con humildad para satisfacer las necesidades de otros. Por derecho, Jesús podría demandar que le sirviéramos porque Él es el Rey. Sin embargo, Él eligió ser un siervo e incluso dio su vida por nosotros de la manera que un esclavo daría su vida por su amo. Su sacrificio desinteresado nos alienta a hacer lo mismo por nuestros hermanos.

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  • 11b.

    ¿De qué manera puede usted ser siervo de los demás?

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  • 20:29-34

    12.

    ¿Qué podemos aprender de los dos ciegos?

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    Aunque estaban ciegos, ellos sabían que Jesús era el Mesías, el Hijo de David. Su persistencia y clamor, pese a la reprensión de la multitud, mostraron su gran fe. Ellos pidieron misericordia con humildad y siguieron al Señor después de haber recobrado la vista.

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  • 13a.

    Observe cuidadosamente lo que hizo y dijo el Señor. ¿Qué cualidades de siervo demostró aquí (ver v. 28)?

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    A pesar de la importante misión que lo esperaba, el Señor Jesús estuvo dispuesto a detenerse y cuidar de la necesidad de dos personas que los demás despreciaban. Esto fue un acto de gran compasión (34). Él dijo: “¿Qué queréis que os haga?”. Estas son las palabras de un siervo preparado para servir a su amo. Entonces Él tocó sus ojos, lo que demostraba que para Él era importante hacer algo por ellos, a pesar de que podría haberlos sanado simplemente con una palabra.

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  • 13b.

    ¿Qué puede aprender usted del Señor Jesús en este milagro?

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