Contexto

La estrecha conexión entre la apertura de este pasaje y los versículos finales del pasaje anterior nos dice que la escena de la conversación de Jesús con Nicodemo ocurrió en Jerusalén. Muchos creyeron en el nombre de Jesús al ver las señales que había hecho. De la misma manera, Nicodemo buscó a Jesús también por las señales que había hecho. Nicodemo vino a Jesús de noche—un hecho por el cual será identificado más adelante (Jn 7:50, 19:39). Nicodemo consideraba a Jesús como un maestro enviado de Dios. Jesús aprovechó esta oportunidad para presentarle a Nicodemo una verdad más profunda y esencial: el renacimiento espiritual y la vida eterna a través del Hijo de Dios.

Versículo clave

(3:5)

¿Sabía usted que...?

1. Dignatario de los judíos (3:1): como Jesús se refirió a Nicodemo como “maestro” de Israel, es justo asumir que Nicodemo era un prominente rabí en el Sanedrín, el consejo nacional más alto que supervisa los asuntos judíos. También podemos inferir del Evangelio de Juan que Nicodemo era un hombre rico y justo (7:50, 51, 19:39).

2. “Viento” y “Espíritu” traducen la misma palabra griega: pneuma (3:5–8)

 

Esquema

  • El diálogo de Jesús con Nicodemo
  • Discurso sobre la vida eterna

Análisis general

  • 1.

    Algo que llama la atención en este pasaje son los numerosos contrastes que usó el Señor Jesús. Anótelos aquí:

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    Espíritu y carne; cosas terrenales y cosas celestiales; ascender y descender; creer y no creer; perdición y vida eterna; condenación y salvación; tinieblas y luz.

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Análisis del segmento

  • 1:1–12

    1.

    ¿Por qué Nicodemo es digno de ser elogiado? ¿Qué lección aprendemos aquí?

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    Jesús provenía de un lugar no muy conocido (cf. 1:46; 7:52) y no había recibido entrenamiento rabínico (7:15). Pero Nicodemo, siendo un prominente maestro, buscó humildemente a Jesús luego de concluir que Jesús provenía de Dios. Además, la creciente oposición de las autoridades judías hacia Jesús también significó que Nicodemo, un dignatario de los judíos, tuvo que juntar coraje para ponerse del lado de Jesús. Existen diferentes conjeturas con respecto a por qué Nicodemo vino a Jesús “de noche”. Cual haya sido la razón, la actitud y la acción de Nicodemo son dignas de elogio.

    Se requiere mucha humildad para admitir nuestra insuficiencia y buscar ayuda, especialmente cuando somos admirados por otros. A menos que estemos dispuestos a despojarnos de nuestro orgullo, podemos convertirnos fácilmente en nuestro propio obstáculo para nuestro crecimiento espiritual. Muchas personas rechazan el evangelio de salvación porque valoran más la sabiduría de este mundo que la voluntad de Dios (1 Co 1:18–20). Si estamos dispuestos a humillarnos delante de Dios, podremos recibir su gracia (Stg 4:6).

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  • 2.

    Compare lo que Nicodemo sabía y testificaba (v. 1) con lo que Jesús sabía y testificaba (v. 11).

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    Luego de ver las señales que había hecho Jesús, Nicodemo sabía que Jesús había venido de Dios como maestro. Sin embargo, el Señor Jesús no necesitaba tal testimonio, aunque era un gran cumplido desde la perspectiva humana (cf. 2:25). Sin prestar atención a la confesión de Nicodemo, Jesús entró de llano a la verdad esencial de la salvación y le enseñó a Nicodemo la necesidad de nacer de lo alto a través de la fe en el Hijo de Dios. Este conocimiento y testimonio, dicho por Aquel que descendió y ascendió al cielo, era mucho más importante. Lamentablemente, la gente no pudo aceptar el testimonio del Señor.

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  • 3.

    ¿En qué se diferencia el nacimiento del que habló Jesús del nacimiento que Nicodemo tenía en mente?

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    Jesús estaba hablando del nacimiento espiritual, mientras que Nicodemo estaba pensando en el nacimiento natural.

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  • 4.

    ¿Qué significa “nacer de agua y del Espíritu”?

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    1) “Agua” hace referencia al bautismo. Esto se puede inferir del contexto del Evangelio de Juan (1:26, 31, 33, 3:23). Pedro también se refiere al bautismo como “agua” (Hch 10:47) y considera el agua en el tiempo de Noé como una prefiguración del bautismo (1 P 3:20, 21). Ananías le ordenó a Saulo que se bautizara para lavar sus pecados (Hch 22:16; el subrayado es nuestro). En otras palabras, el agua del bautismo tiene el efecto espiritual de lavar. Por esta razón, el lavado que tiene lugar en el bautismo también es llamado “el lavamiento de la regeneración” (Tit 3:5). El bautismo ofrece una vida nueva porque nuestros pecados son lavados en el bautismo y experimentamos una resurrección espiritual (Hch 2:38; Ro 6:3, 4; Col 2:12–13). Ninguna referencia que la Biblia hace del agua, aparte de los pasajes sobre el bautismo, conecta al agua tan estrechamente con la salvación, la remisión de los pecados y el comienzo de una vida nueva. Por lo tanto, cuando Jesús habla del agua como una parte necesaria del nacimiento espiritual y un requisito para entrar en el reino de Dios, no podemos evitar entender que “agua” se refiere al agua del bautismo. Para un estudio más detallado, vea La doctrina del bautismo publicado por La Verdadera Iglesia de Jesús.

    2) El agua del bautismo por sí sola no puede efectuar el nacimiento espiritual, dado que el bautismo no se trata del lavado de la suciedad del cuerpo (1 P 3:21). El efecto de la remisión de los pecados en el bautismo proviene de la comisión de Cristo a través del Espíritu Santo (Jn 20:21–23; cf. Mt 28:18–20). Sólo la iglesia verdadera, al ser enviada por el Señor y al tener la presencia del Espíritu Santo, tiene la autoridad de administrar el bautismo para la remisión de los pecados. A través del testimonio del Espíritu Santo, la sangre de Cristo lava nuestros pecados cuando somos bautizados en agua (1 Jn 5:6–8). Por esta razón, nacer de lo alto implica agua y Espíritu.

    3) En resumen, nacer del agua y del Espíritu significa recibir una vida nueva dada por el Espíritu de Dios a través del lavado del bautismo.

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  • 5a.

    Se han hecho varios intentos para disociar el versículo 5 del bautismo. Explique por qué las siguientes interpretaciones de “agua” son incorrectas: “Agua” se refiere al líquido amniótico. Todos deben nacer del Espíritu después de haber nacido naturalmente.

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    1) “Nacer de agua y del Espíritu” es un solo concepto. El Señor le dice a Nicodemo que a menos que uno nazca de agua y del Espíritu, no podrá entrar en el reino de Dios. Esto significa que el agua es parte del nacimiento espiritual que se requiere para la salvación. No hay nada en el lenguaje que sugiera la idea de “nacer del Espíritu en adición a nacer del agua”.

    2) El versículo 6 hace un contraste claro entre el nacimiento natural (nacer de la carne) y el nacimiento espiritual (nacer del Espíritu). Si se interpretara el “nacer de agua” en el versículo 5 como nacimiento natural y se lo considerara un requisito para entrar en el reino de Dios, esto entraría en conflicto con la declaración del versículo 6.

    3) Por último, la expresión que generalmente se usa para referirse al nacimiento natural es “nacer de mujer” (Mt 11:11; Gl 4:4), no “nacer de agua”.

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  • 5b.

    Al usar el “agua” como símbolo del Espíritu, Jesús estaba enseñando sobre la necesidad de nacer del agua, o sea, del Espíritu. Aquí, “agua” no ha de tomarse literalmente.

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    En Juan 7:38, 39, donde el agua es símbolo del Espíritu Santo, al agua se la llama “agua viva” y la Biblia misma explica que representa al Espíritu. Sin embargo, en Juan 3:5, “agua” aparece sin calificativo ni explicación, por lo que no podemos asumir que se está refiriendo al Espíritu. Si lo que Jesús quería decir era “el que no nace del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios” sin tener en mente nada relacionado con el agua, no habría agregado la palabra “agua” a una declaración tan sucinta y crucial.

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  • 6.

    Según Jesús, ¿por qué es necesario nacer de lo alto para entrar en el reino de Dios? ¿Qué otras enseñanzas en la Biblia respaldan esta explicación?

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    El Señor dice en el versículo 6: “Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es”. Esta es la razón fundamental por la que un nuevo nacimiento es necesario para entrar en el reino de Dios. El reino de Dios es espiritual, por lo que la carne y la sangre, que son corruptibles, no pueden heredar este reino incorruptible (1 Co 15:50). La raza humana está espiritualmente muerta en delitos y pecados y por naturaleza somos hijos de ira (Ef 2:1–3). Todos estamos condenados y destinados a perecer (cf. Jn 3:16, 18). A menos que una persona reciba el nacimiento espiritual de lo alto y se convierta nuevamente en hijo de Dios (algo que es posible a través de la fe en Cristo y el bautismo; Ro 6:3–11; Col 2:12–13; Gl 3:26–29), no tendrá parte en el reino de Dios.

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  • 7.

    ¿Por qué el nacimiento espiritual es como el soplo del viento? ¿Puede relacionar esto con su propia experiencia como creyente?

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    El nacimiento espiritual provisto por Dios va más allá de lo que podemos ver con nuestros ojos. Dios nos otorga su vida por su voluntad (Jn 1:13; Stg 1:18), lo que sobrepasa nuestros pensamientos y caminos. No podemos apuntar esta vida nueva que recibimos con nuestros dedos ni explicar cómo funciona este nacimiento espiritual de lo alto. Sin embargo, así como escuchamos el sonido del viento sin saber de dónde viene ni a dónde va, nuestras vidas se convierten en una prueba viviente de las maravillosas obras del Espíritu. Hemos sido liberados de la ley del pecado y de la muerte para vivir de acuerdo a Dios y el fruto del Espíritu (Ro 8:1–4; Gl 5:16–25).

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  • 8.

    ¿Qué distinción hace Jesús en los versículos 10 a 12? ¿A quién se refiere Jesús?

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    Jesús hace una clara distinción entre “nosotros” y “ustedes”. Con “nosotros”, el Señor incluyó a los creyentes que están con Él para dar testimonio de las cosas celestiales. Aquellos que son de Dios, tanto el Hijo de Dios per se como los hijos de Dios nacidos de lo alto, dan testimonio de lo que han visto, es decir, la vida espiritual en Dios (cf. 1 Jn 1:1–3). Pero aquellos que son de la carne, o sea, los incrédulos, no conocen estas cosas y no reciben su testimonio (cf. Jn 1:5, 3:19, 20).

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  • 9.

    ¿Qué son las “cosas terrenales” y las “cosas celestiales” en el versículo 12?

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    Las enseñanzas del Señor Jesús, incluyendo la verdad sobre nacer de lo alto, son las “cosas terrenales” en el sentido de que el Señor Jesús vino a este mundo para declararnos las cosas de Dios de una manera accesible para nosotros, pues Él es el camino entre el cielo y la tierra (Jn 1:51, 14:6). Sin embargo, muchas personas aún no creen en las palabras de Jesús. Si, a pesar de las señales que realizó el Señor Jesús y las enseñanzas que expuso, la gente no cree en lo que dijo Jesús, entonces les sería imposible comprender las “cosas celestiales”, es decir, las cosas gloriosas del cielo que Dios tiene guardadas para los que creen (cf. 1 Co 2:6–16; Ef 1:3; Heb 3:1, 11:16, 1 P 1:4).

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  • 10a.

    Nicodemo no entendía la importante verdad que Jesús estaba transmitiendo. Según Jesús, ¿a qué se debía su incomprensión?

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    Nicodemo preguntó dos veces “¿Cómo puede…?”. Si bien parecían preguntas inocentes para obtener más información, el Señor atribuyó su incomprensión a la incredulidad (v. 12). Aunque el Señor le estaba hablando a un grupo de personas en el versículo 12 (“os”, en plural), no excluyó a Nicodemo porque en el versículo 11 le estaba hablando a él (“te digo”, en singular).

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  • 10b.

    ¿Qué nos enseña esto acerca de entender la palabra de Dios?

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    A menudo, somos incapaces de entender la palabra de Dios porque somos lentos para confiar en lo que Dios dice (Lc 24:25; cf. Mt 22:29; 2 Co 3:14–16).

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  • 3:13–21

    11.

    ¿Qué debemos hacer para tener vida eterna?

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    Debemos creer en el Hijo de Dios (3:13–18).

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  • 12.

    ¿Cómo ha revelado Dios su amor por nosotros?

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    Dios amó al mundo dándonos a su Hijo unigénito (Jn 3:16; Ro 8:32). Esto requirió que el Hijo fuera “levantado” por nuestra causa, es decir, que fuera crucificado y exaltado (Jn 3:14–15, 8:28, 12:32).

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  • 13.

    ¿Qué similitudes hay entre el levantamiento del Hijo del hombre y el levantamiento de la serpiente en el desierto por Moisés (Nm 21:4–9)?

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    La expresión “levantar” es crucial en el Evangelio de Juan. Representa la muerte, la exaltación y la glorificación del Hijo del hombre (cf. Jn 8:28, 12:32). Las serpientes ardientes en el desierto eran el castigo de Dios. Pero Dios le dijo a Moisés que hiciera una serpiente ardiente—una réplica del instrumento de la muerte—y que la pusiera sobre una asta. Todo el que fue mordido y la mirara, viviría. De la misma forma, nuestro Señor Jesús, por medio de su muerte, sufrió el castigo que merecíamos por nuestros pecados, por lo que fue exaltado a lo más alto. Al aceptarlo como nuestro Salvador, tendremos vida eterna.

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  • 14.

    ¿Por qué sólo el Hijo de Dios puede darnos vida eterna?

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    Sólo el Hijo de Dios, que descendió del cielo, ha ascendido al cielo (Jn 3:13). Es por eso que sólo Él puede ser el camino que nos dirige al cielo (Jn 1:51, 14:6).

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  • 15.

    ¿Cómo se relaciona el mensaje de este segmento con la enseñanza sobre el nacimiento espiritual del segmento anterior?

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    Lo que Jesús enseña en el segundo segmento (3:13-21) sobre creer en el Hijo para obtener vida eterna va de la mano y elabora lo que le dijo a Nicodemo en el primer segmento (3:1–12). Jesús, el Hijo de Dios, es el único camino al reino celestial. Debemos creer en Él para tener vida eterna. Creer en el Hijo de Dios implica nacer de agua y del Espíritu—el nacimiento espiritual hecho posible por el sacrificio del Hijo de Dios y hecho efectivo por su nombre. Es por eso que el lavado del bautismo se basa en la muerte, la resurrección y la autoridad universal de Cristo (Mt 28:18, 19; Ro 6:3, 4; Col 2:12–13, 1 P 3:21, 22).

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  • 16.

    ¿Qué motiva a alguien a venir a Cristo? ¿Qué lo mantiene alejado?

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    Nuestras obras de maldad nos hacen amar las tinieblas en vez de la luz (Jn 3:19–21). No querríamos venir a Cristo si disfrutamos de nuestras vidas en el pecado porque venir a Cristo exige renunciar a lo que disfrutamos y enfrentar nuestra propia culpa. Pero si estamos dispuestos a someternos con humildad a la verdad de Dios, seremos conducidos a la luz que el Hijo de Dios ha traído a este mundo (Jn 1:4, 5), porque Dios mismo es aquella luz y la fuente de toda bondad (1 Jn 1:5; Stg 1:17).

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