Contexto

Luego de su oración de consagración (Jn 17) y sabiendo que la hora de su sacrificio había llegado, Jesús viaja con sus discípulos por el valle de Cedrón a un lugar que se conoce como el huerto de Getsemaní. Aquí, Jesús es arrestado, habiendo sido traicionado por uno de los suyos. Luego es llevado ante Anás y Caifás para ser interrogado. Durante todo este tiempo, Pedro ha tratado de seguir a Jesús fielmente. Pero al final, negó al Señor tres veces antes del canto del gallo (vea Jn 13:38).

Versículo clave

(18:11)

¿Sabía usted que...?

1. El torrente de Cedrón (18:1): Cedrón es el nombre de un valle que se encuentra al este de Jerusalén, separándola del Monte de los Olivos. El torrente sólo tiene agua en las estaciones de lluvia, por lo que en la Septuaginta y en el Evangelio de Juan se lo refiere como cheimárrous (“torrente de invierno”). [ref]

2. Una compañía de soldados (18:3): consistía en “un séquito de soldados romanos. Un séquito completo estaba bajo la dirección de un chiliarchos (literalmente, ‘líder de mil’, llamado ‘tribuno’ o ‘comandante’) y consistía en mil hombres, aunque en la práctica sólo eran seiscientos. Sorprendentemente, los romanos podían usar una gran cantidad de soldados incluso para una sola persona (como los 470 hombres que protegieron a Pablo en Hechos 23:23), especialmente si se temía un disturbio” [ref]

3. Guardias de los principales sacerdotes y de los fariseos (18:3): representaban la policía del templo, los principales oficiales de detención [ref]

4. “La copa… ¿no la he de beber?” (18:11): en la Biblia, la “copa” es símbolo de sufrimiento y el derramamiento de la ira de Dios (cf. Sal 75:8; Is 51:17, 22; Jer 25:15–17; Ez 23:31–34; Hab 2:16; Ap 14:10, 16:19).

5. Anás (18:13): sumo sacerdote durante los años 6-15 d.C.; era el suegro de Caifás. Anás tenía gran poder aún luego de haber sido sucedido por su yerno.

Esquema

Análisis general

  • 1a.

    ¿A qué hora arrestaron a Jesús y lo llevaron ante Anás?

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    El hecho de que la compañía de soldados y guardias llegaron con linternas y antorchas indica que el arresto y el posterior interrogatorio tuvieron lugar durante la noche. Los otros relatos paralelos en los evangelios sinópticos también confirman esto (cf. Mt 27:1; Mc 15:1). La presencia de fuego para calentarse (Jn 18:18, 25) y la mención del canto del gallo luego de la negación de Pedro (Jn 18:27) son otros indicios de que el juicio realizado por Anás tuvo lugar en la noche.

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  • 1b.

    ¿Qué le dice esto y la prisa con la que llevaron a cabo el juicio sobre la naturaleza de los hechos?

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    Los principales sacerdotes enviaron soldados a arrestar a Jesús durante la noche, probablemente para evitar el descontento público (cf. Mt 26:3–5; Mc 14:2; Lc 22:2) y para que el interrogatorio comenzara antes del amanecer. Según la ley judía, los juicios debían hacerse durante el día 11. Por lo tanto, el interrogatorio de Anás a Jesús fue ilegal.

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Análisis del segmento

  • 18:1–11

    1.

    Preste atención a la forma en la que Jesús enfrentó a aquellos que vinieron a arrestarlo. ¿Qué podemos aprender de Él?

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    Este pasaje retrata a Jesús al mando de toda la situación en vez de ser una víctima indefensa a merced de los soldados. Cuando vio que venían a arrestarlo, Jesús se adelantó y les preguntó: “¿A quién buscáis?” (18:4, 7). Su respuesta: “Yo soy” (18:5, 6), que hace eco de la revelación de su identidad divina (cf. Jn 8:58), llevaba tal autoridad y fuerza que arrojó a sus captores al suelo. También ordenó que dejaran ir a sus discípulos y le dijo a Pedro que metiera su espada en la vaina. Todo esto fueron acciones y palabras extraordinarias que nos recuerdan que Jesús es el Señor soberano.

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  • 2.

    ¿Qué ejemplo nos deja la preocupación que mostró Jesús por sus discípulos?

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  • 3.

    Judas, un discípulo de Jesús, eligió estar del lado de los que arrestaban a Jesús (5). Cuando usted tiene que elegir de qué lado estar, ¿en qué basa su elección?

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  • 4a.

    Según su opinión, ¿qué estaba tratando de hacer Pedro?

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  • 4b.

    ¿Cómo vio Jesús la situación en comparación a Pedro?

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    Pedro consideró el peligro como algo que debía eliminar, pero Jesús sabía que lo que estaba pasando era conforme a la voluntad del Padre (11).

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  • 4c.

    ¿Qué nos dice esto de los sufrimientos en nuestras vidas?

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    En el Evangelio de Juan vemos repetidamente que lo que parecen ser actos humanos u ocurrencias de la naturaleza, de hecho, sirven a un propósito superior de Dios (ej. Jn 6:65, 9:1–3, 11:4, 49–51). Incluso los sufrimientos y los planes de los impíos están dentro del conocimiento y bajo el control soberano de Dios (cf. Jn 6:70, 71, 12:27, 32, 33, 13:2, 3, 18, 19). Sin el permiso de Dios y antes de que llegue el tiempo, nadie podía poner sus manos sobre Jesús (Jn 7:30, 8:20, 10:17–18). Esto nos recuerda que no debemos fijarnos solamente en las causas inmediatas de las dificultades que enfrentamos, sean estas consecuencias naturales o resultado de acciones humanas. Si hacemos esto, siempre nos resistiremos y querremos huir de ellas. Más bien, cuando se nos presentan sufrimientos en la vida, debemos considerar si Dios tiene un propósito superior para nosotros.

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  • 18:12–14

    5a.

    Jesús fue arrestado y atado por sus captores (12). ¿Por qué fue esto irónico?

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    Primero, Jesús era un hombre de paz. Nunca en su ministerio cometió violencia ni organizó disturbios. Atarlo fue completamente innecesario. Segundo, su palabra sola podía arrojar a la compañía entera de soldados armados al suelo (18:6). Hubiera sido imposible atarlo si Él no se hubiera entregado voluntariamente a ellos.

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  • 5b.

    ¿Fue Jesús una víctima sin elección? ¿Qué podemos aprender de Jesús al respecto?

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    Obedecer a Dios es en realidad una elección. Cuando la voluntad de Dios es que suframos por hacer lo correcto, debemos someternos a su voluntad incluso cuando tengamos la opción de no hacerlo. Por ejemplo, cuando decir la verdad puede traernos desventajas, en vez de mentir y tomar la salida fácil, igual debemos elegir ser honestos y aceptar las consecuencias desagradables o incluso dolorosas.

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  • 6.

    Según su opinión, ¿por qué el autor nos recuerda de la predicción de Caifás (cf. 11:49–52)?

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    Los sufrimientos que Jesús soportó sirvieron para cumplir el gran propósito de la redención de Dios.

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  • 18:15–18

    7a.

    ¿Puede usted identificarse de alguna forma con la negación de Pedro?

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  • 7b.

    ¿Qué verdad nos enseña esto acerca de seguir a Jesús?

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    La determinación sola no es suficiente si queremos seguir fielmente al Señor hasta el fin. Es por eso que ante la prueba abrumadora, nuestro Señor le oró al Padre y les enseñó a los discípulos a velar y orar (Mt 26:36–41).

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  • 18:19–24

    8a.

    ¿Cuál fue el punto principal de la respuesta de Jesús a Anás?

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    Todo lo que Jesús había hecho y dicho, lo hizo públicamente. No había hecho nada en secreto por lo que Anás tenía que examinarlo. Las palabras de Jesús también señalaron la naturaleza de su ministerio. Jesús vino a revelar al Padre y ha hablado abiertamente al mundo. Como la luz que brilla en la oscuridad, Jesús se acercó a todos a través de sus enseñanzas y todos tuvieron la opción de venir a la luz o permanecer en las tinieblas (Jn 12:44–48).

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  • 8b.

    ¿Qué nos dice esto acerca del juicio en sí?

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    La respuesta de Jesús expone las artimañas detrás del juicio. Jesús no tenía nada que ocultar, pero el interrogatorio se condujo de noche debido a la maldad de los que confabularon para matarlo.

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  • 9a.

    Considere las respuestas de Jesús a Anás y al guardia que lo golpeó, ¿cómo se mantuvo Jesús impecable ante los que lo interrogaron?

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    Ni Anás ni el guardia que golpeó a Jesús pudieron sacar ningún testimonio contra Jesús. Jesús estaba completamente del lado de la verdad, mientras que sus captores sólo pudieron recurrir a la fuerza. Es por eso que el arresto y el interrogatorio sólo validaron la inocencia de Jesús.

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  • 9b.

    ¿Qué puede aprender de Jesús acerca de ser tratado injustamente?

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    Cuando somos tratados injustamente, es difícil ver más allá de la injusticia y de las obras de los malhechores. Podríamos hasta llegar a quejarnos contra Dios o cuestionar su amor y poder. Pero el ejemplo del Señor Jesús nos enseña que a veces Dios también nos pone en situaciones en donde somos tratados injustamente porque tiene un buen propósito (Heb 12:3–11). Poner nuestros ojos en el Señor Jesús nos ayuda a no desesperarnos cuando la injusticia parece reinar.

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  • 18:25–27

    10.

    Compare la negación de Pedro con Juan 13:37. ¿Cuál es la lección aquí?

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    En nuestro celo, es muy fácil sobreestimarnos. Es cuando enfrentamos adversidades que nos damos cuenta de cuánto necesitamos la ayuda y la misericordia de Dios. ¿Cuántas veces nosotros también hemos negado al Señor cuando estamos bajo presión?

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  • 11.

    El autor presta especial atención al canto del gallo y usa la expresión “en seguida”. ¿Qué quiso decir con esto (cf. Jn 13:38)?

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    El comentario acerca del momento en que cantó el gallo subraya la predicción de Jesús en Jn 13:38. Una vez más, esto nos recuerda implícitamente del soberano conocimiento de Jesús.

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