Contexto

Llegamos a los últimos días del ministerio de Jesús en la tierra. Cinco días antes de su arresto durante la Pascua (cf. Jn 12:1, 12), Jesús entró en Jerusalén. Él había estado en la ciudad antes (cf. Lc 2:43; Jn 5:1), pero nunca con tanta fanfarria. La gente lo recibió como su rey y salvador. En este pasaje, Jesús nos muestra qué hacer para ser de buen uso para la obra de Dios.

Versículo clave

(11:3)

¿Sabía usted que...?

1. Jerusalén (11:1): Herodes el Grande había restaurado gran parte de la antigua magnificencia de la ciudad. Construyó un vasto palacio y reconstruyó sus fortalezas, su anfiteatro y su templo. [ref]

2. Betfagé (11:1): literalmente, “casa de los higos verdes”. El Antiguo Testamento no menciona esta aldea. El Nuevo Testamento sólo la menciona en conexión con la entrada de Jesús en Jerusalén. Se ubicaba cerca de Betania, en el Monte de los Olivos, entre Jerusalén y Jericó. No hay rastros de esta aldea hoy en día. [ref]

3. Betania (11:1): literalmente, “casa de los dátiles”, refiriéndose a las palmeras que crecían allí. Aldea en la falda oriental del Monte de los Olivos, a unos 3.2 kilómetros de Jerusalén. Era la última parada para la gente que iba de Jericó a Jerusalén. [ref] Ciudad en la que vivían Marta, María y Lázaro (cf. Jn 11:1), y que luego se convirtió en la base del ministerio de Jesús en Judea (cf. Mc 11:11-12, 14:3).

4. Pollino (11:2): un asno joven. Jesús montó en un pollino para cumplir la profecía registrada en Zacarías 9:9 (Jn 12:14-16).

5. Ramas (11:8): ramas de palmera (cf. Jn 12:13). Se la asociaba con la alegría (cf. Lv 23:40). También simbolizaba la “cabeza”, persona de mayor prestigio (cf. Is 9:14). Luego vino a representar el triunfo y la victoria. En el Nuevo Testamento, el apóstol Juan tuvo una visión donde personas sujetando ramas de palmeras en las manos alababan a Dios (Ap 7:9-10). [ref]

6. “¡Hosana!” (11:9): expresión hebrea que significa, literalmente, “¡Sálvanos ahora!” (cf. Sal 118:25-26). Era una exclamación de alabanza, similar a “¡Dios salve al rey!” o “¡Viva el rey!” de hoy en día. [ref]

7. Higuera (11:13): el higo es un alimento común de la región. Sus frutos verdes se ocultan entre las hojas hasta que maduren; sus flores se esconden dentro del fruto. [ref] Generalmente, las higueras en Jerusalén comienzan a producir hojas en marzo o abril, pero no producen frutos hasta que sus hojas estén bien crecidas en junio. Esta higuera en particular era peculiar porque ya estaba llena de hojas cerca de la Pascua (mediados de abril). [ref]

8. En el atrio exterior del templo (hasta donde se permitía ingresar a los gentiles), el sumo sacerdote Caifás había autorizado un mercado para la venta de artículos kosher (ritualmente limpios), necesarios para ofrecer sacrificios en el templo. [ref] Era mucho más fácil para un peregrino comprar artículos que ya han sido garantizados kosher que llevarlos él mismo y hacerlos inspeccionar para comprobar que cumplían con los requerimientos. [ref]

9. Cambistas (11:15): en la Palestina del Nuevo Testamento, había tres tipos de monedas: imperial (romana), provincial (griega) y local (judía). A cambio de las monedas griegas y romanas, los cambistas proporcionaban a los peregrinos las monedas de medio-siclo requeridas por los judíos para el impuesto anual del templo. Aunque se permitía un pequeño recargo, estas transacciones eran fuentes de extorsión y fraude. [ref]

Esquema

  • Enseñanzas de un pollino
  • Jesús envía a dos discípulos a buscar un pollino
  • Los discípulos siguen las instrucciones de Jesús
  • La entrada en Jerusalén
  • La gente alaba a Jesús
  • Jesús entra a Jerusalén y descansa en Betania
  • Enseñanzas de la higuera
  • Jesús no pudo encontrar ningún fruto en el árbol
  • Jesús maldice la higuera
  • Enseñanzas del Templo
  • Jesús echa a los que compraban y vendían
  • Los principales sacerdotes y los escribas confabulan para matar a Jesús
  • Enseñanzas sobre la oración
  • La maldición de la higuera se cumple
  • El poder de tener fe en Dios
  • Perdonar a otros en oración

Análisis general

  • 1.

    ¿Para qué necesitó Jesús cada uno de los siguientes y cómo los usó? a. Pollino; b. Higuera; c. Templo

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    a. Pollino: Jesús lo necesitaba para entrar en Jerusalén. Nadie había montado en este pollino antes (2), lo que implica que quizás no estaba domado y/o que tenía mal temperamento. Así que fue un milagro que Jesús pudiera subirse al pollino sin problemas.

    b. Higuera: Jesús tenía hambre y necesitaba algo para comer. Se secó porque no tenía ningún fruto.

    c. Templo: una casa de oración. Sin embargo, la gente lo convirtió en un mercado.

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  • 2.

    ¿Por qué vino Jesús a Jerusalén?

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    Para que se cumpliera el propósito por el cual vino a este mundo, para enseñar sobre el reino de los cielos y el tiempo final, para revelar la hipocresía de la organización religiosa, para ser perseguido, para morir en la cruz.

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  • 3.

    ¿Cuál es el propósito que Dios le ha dado a usted? ¿Por qué está usted aquí, en este momento?

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Análisis del segmento

  • 11:1-6

    1.

    Jesús tomó prestado un pollino. ¿Qué otras cosas usó Jesús que no eran de su propiedad? ¿Qué le dice esto sobre obtener las cosas que necesitamos?

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    Jesús enseñó en una barca prestada (Lc 5:3), comió la cena de la Pascua en una habitación prestada (Mc 14:12-15) y fue sepultado en la tumba de otra persona (Mt 27:59-60). Jesús no poseía nada (Lc 9:58), sin embargo, todo lo que necesitaba le fue provisto. Si servimos a Dios y lo consideramos nuestra prioridad, Él siempre proveerá para nuestras necesidades, incluso cuando parece que no tenemos nada (2 Co 6:10).

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  • 2.

    ¿Qué posee usted que Jesús puede tomar prestado? ¿Qué le devuelve a cambio?

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    Jesús prometió que todo lo que renunciamos por Él y el evangelio, Él nos lo devolverá cien veces más (Mc 10:29-30).

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  • 3a.

    ¿Cuáles son las características de un pollino que nadie ha montado antes?

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    No escucha ni obedece; no es tranquilo; es difícil verse majestuoso al montar en un pollino que trata de tirar a quien lo monta al piso.

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  • 3b.

    Dé un ejemplo de cómo Dios usó a alguien que no parecía útil.

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  • 4.

    ¿Qué le dice la obediencia de los discípulos acerca de su fe?

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    A diferencia de antes, los discípulos no cuestionaron a Jesús. No se preocuparon que la gente los pudiera acusar de robo ni preguntaron por qué Jesús quería montar un pollino no domado. Al contrario, hicieron lo que Jesús les había instruido. Los discípulos mostraron la misma fe cuando preparaban la cena de la Pascua (Mc 14:12-16).

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  • 11:7-11

    5.

    Haga una lista de lo que hizo la gente cuando Jesús entró en Jerusalén sobre el pollino.

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    Tendieron sus mantos por el camino, tendieron ramas por el camino, se ubicaron delante y detrás de Jesús, gritaron “¡Hosana!”.

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  • 6.

    ¿Qué pasó por la mente de cada una de las siguientes personas? a. Multitud; b. Discípulos; c. Jesús

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    a. Multitud: Jesús era su héroe. Sus milagros y palabras los habían dejado asombrados. La gente pensaba que Jesús era el rey que restauraría Israel (10). Habían tratado, sin éxito, de hacerlo rey (Jn 6:15). Pero esta vez, pensaron, Jesús venía para hacer lo que querían.

    b. Discípulos: debieron haberse sentido orgullosos de la atención que estaban recibiendo. Quizás estaban disfrutando de la gloria con la que la gente estaba colmando a Jesús. Quizás tomaron el apoyo de la gente como una motivación para confrontar a los líderes de Jerusalén. Tal vez ignoraron o se olvidaron de la profecía sobre la persecución y muerte de Jesús.

    c. Jesús: avanzaba en silencio hacia Jerusalén. Sabía que nadie, incluyendo sus discípulos, entendía lo que estaba por suceder. La misma gente que lo estaba siguiendo y vitoreando lo condenaría y lo traicionaría pronto. Jesús se estaba preparando para beber la copa amarga.

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  • 7.

    ¿Por qué Jesús fue al templo aunque ya era tarde (11)?

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    Tal vez fue al templo para orar (cf. 11:17). Cuando estuvo allí, lo “observ[ó] todo”. Quería ver por sí mismo cómo se estaba usando el templo.

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  • 11:12-14, 20-21

    8.

    ¿Por qué Jesús fue a ver si hallaba algún fruto en la higuera? ¿Acaso no lo sabía?

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    Jesús usaba con frecuencia actividades de la vida diaria para darnos lecciones espirituales. En esta ocasión, usó el hambre como punto de partida para enseñarle a los discípulos cómo serle útil a Dios. Tal vez los discípulos se sorprendieron al ver la higuera llena de hojas y supusieron que tendría frutos para comer. En vez de decirles lo contrario, Jesús se acercó al árbol y lo inspeccionó para que los discípulos pudieran verlo por sí mismos. Jesús no saca conclusiones apresuradas y no nos condena a la ligera. Nosotros tampoco debemos ser parciales con alguien basándonos en su apariencia (Stg 2:1-4).

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  • 9a.

    ¿Qué representa la higuera sin frutos?

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    Las flores y los frutos de una higuera están ocultos, lo que representa la humildad. En contraste, esta higuera llena de hojas se promocionó a sí misma antes de tiempo, cuando no tenía ningún fruto para ofrecer (Miq 7:1). Esta higuera representa a aquellos que teniendo apariencia de piedad, en realidad no viven a la altura de lo que profesan y son inútiles a los ojos de Dios (como los judíos incrédulos de la época de Jesús). También puede representar a las personas que quieren destacarse entre la multitud y desafiar las normas cuando, en realidad, no hay sustancia en sus acciones y palabras. Damos frutos cuando ponemos en práctica la palabra de Dios y cuando cultivamos nuestra vida espiritual; no cuando nos revestimos con la apariencia de la religión ni cuando tratamos de impresionar a la gente con cosas externas.

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  • 9b.

    Mencione un personaje bíblico que era como una higuera que no tenía nada más que hojas. Mencione otro personaje que era lo contrario.

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    El rey Salomón tenía gran sabiduría, riquezas, fama y poder (1 R 10:14-29), pero se alejó de Dios (1 R 11:6). Al final de su vida, se dio cuenta de que todos sus logros carecían de sentido (Ec 1:17, 2:11).

    Juan el Bautista vivió una vida simple (Mc 1:6). Se refirió a sí mismo como “la voz de uno que clama en el desierto” (Jn 1:23) y dirigió la atención de la gente hacia Jesús en vez de hacia sí mismo (Mc 1:7).

    Jesús no tenía belleza física (Is 53:2), pero vivió una vida perfecta para mostrarnos cómo servir a Dios y al hombre.

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  • 9c.

    ¿Cómo podría un creyente convertirse en una higuera sin frutos?

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    Tener apariencia de piedad pero consentir el pecado (2 Ti 3:5). Cumplir deberes religiosos sin obedecer la voluntad de Dios (Mc 7:6). Usar la religión para el interés propio (1 Ti 6:3-5). Predicar doctrinas falsas en el nombre de Cristo (2 Co 11:13; 2 Jn 7).

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  • 10.

    ¿Es justo que la higuera muera? ¿Por qué sí o por qué no?

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    La parábola de la higuera sin frutos fue un ejemplo vivo (no simplemente una narración). Jesús maldijo la higuera no porque no tuviera frutos, sino que tenía hojas pero no tenía frutos. Las hojas hicieron que el árbol se destacara de las otras higueras y condujeron a la gente a pensar erróneamente que tenía higos para satisfacer su hambre (cf. ¿Sabía usted que…? 7).

    Sin embargo, Dios no disfruta castigar al impío (Ez 18:23). Jesús no dijo al árbol: “Te secarás y morirás”. Más bien, dijo: “¡Nunca jamás coma nadie fruto de ti!” (14). Fue una declaración de la consecuencia de la “hipocresía” del árbol. Un árbol que no sirvió para su propósito (producir frutos), no tenía más razón de vivir, por lo que se secó.

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  • 11.

    ¿Por qué la higuera no se secó de inmediato? Compare esto con la parábola de la higuera en Lucas 13:6-9.

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    Jesús esperó para probar la fe de los discípulos. Cuando Pedro vio que la higuera se había secado, se lo comentó a Jesús. Parece que Pedro estaba sorprendido de que lo que Jesús dijo se hiciera realidad. Dado que Jesús no dijo específicamente que el árbol moriría, quizás los discípulos no esperaban que eso sucediera.

    Además, Jesús esperó un día para simbolizar la misericordia de Dios en esta parábola. En Lucas 13:6-9, el señor esperó tres años antes de decidir cortar la higuera sin frutos. Incluso aceptó esperar un año más para que el viñador pudiera fertilizarla un poco más. Nosotros decidimos qué hacer a la luz de la misericordia de Dios. Perder nuestra alma es un proceso gradual. Cuando cedemos más y más a los deseos de nuestra carne, nos desviamos y alejamos más y más de Dios. Si no nos arrepentimos, eventualmente tendremos que enfrentar las consecuencias (Mt 7:19).

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  • 12.

    Compare el pollino con la higuera. ¿Cuál cumplió su función?

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    El pollino era una criatura innoble. Nadie esperaba que fuera montado. No obstante, el pollino se sometió a Jesús y desempeñó un papel noble al llevar a Jesús a Jerusalén. Dios elige lo necio (1 Co 1:27). Aunque somos humildes vasos de barro, Dios puede hacer brillar su gloria a través de nosotros (2 Co 4:7).

    La higuera pudo haber contribuido al ministerio de Jesús al proveerle comida. Sin embargo, todo fue un espectáculo sin sustancia. Dios no se deja impresionar por las apariencias externas (Gl 2:6); Él juzga nuestros corazones (Heb 4:12). Nuestros logros en este mundo son irrelevantes. Lo importante es si ponemos en práctica o no los mandamientos de Dios. El trabajo que hacemos por el Señor nos seguirá cuando muramos (Ap 14:12-13).

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  • 11:15-18

    13a.

    ¿Qué había de malo en vender artículos requeridos para el sacrificio? ¿Acaso lo que proveían los comerciantes no eran conveniente para los peregrinos?

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    Los comerciantes degradaron el acto de ofrendar en algo que se podía hacer fácilmente con tal de pagar dinero. Se olvidaron de que los artículos usados para el sacrificio eran secundarios. Dios quiere lo que está en nuestros corazones, no los holocaustos (Os 6:6). Además, cuando los cambistas engañaron a la gente (cf. ¿Sabía usted que…? 9), cometieron pecado contra Dios en un lugar de adoración.

    Segundo, los comerciantes les robaron a los gentiles la oportunidad de adorar a Dios en la “casa de oración para todas las naciones”. Con todas las actividades comerciales y el movimiento que había en el atrio de los gentiles, ¿cómo podía un gentil ofrecer una oración aquí sin ser interrumpido?

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  • 13b.

    ¿De qué manera puede la conveniencia, a veces, ser un riesgo para nuestra fe?

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    Los israelitas fueron persuadidos a adorar a su manera porque era conveniente (1 R 12:28). De la misma manera, a veces dejamos de lado nuestros principios por razones de conveniencia. No asistimos a los servicios de la iglesia porque la iglesia queda muy lejos. No ayudamos a otros si es que nos llevaría mucho tiempo. Decimos “mentiras piadosas” para evitar pequeñas inconveniencias. Jesús purificó el templo para enseñarnos que nuestra fe es una cuestión de corazón, no de conveniencia.

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  • 14a.

    ¿De qué manera los que compraban y vendían habían convertido al tempo en una “cueva de ladrones”? (cf. Jer 7:10-11, 17-18).

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    El atrio exterior se convirtió en un mercado, un ambiente ruidoso. ¿Cómo podría alguien adorar a Dios en medio de tanta conmoción? Además, el atrio exterior era hasta donde los gentiles podían llegar, así que esta era la única impresión que un gentil tendría sobre cómo el “pueblo escogido” adoraba a Dios. La compra y venta de artículos era una blasfemia contra el nombre de Dios entre los gentiles (Ro 2:24).

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  • 14b.

    ¿De qué manera el templo de aquella época era semejante a la higuera sin frutos?

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    El templo lucía próspero, con mucha gente yendo y viniendo, pero ya no servía a su propósito espiritual. Se suponía que era un lugar que declaraba el nombre de Dios, un lugar para orar y pedir por su protección y perdón (1 R 8:28-30). Pero los israelitas abandonaron a Dios, y la gloria de Dios se apartó del templo (Ez 10:18). Sin la presencia de Dios, el templo era simplemente un caparazón. En la época de Jesús, la fe de la gente se había convertido en una formalidad tal que el templo se volvió un mercado. Esta podría haber sido la razón por la que el templo sería destruido (Mc 13:2), tal como sucedió con la higuera maldecida que luego se secó.

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  • 14c.

    ¿De qué manera podría la iglesia de hoy convertirse en una “cueva de ladrones” o ser como la higuera sin frutos?

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    Si la iglesia no glorifica a Dios, se convierte en “una cueva de ladrones”. Podría usar su autoridad para aprovecharse de la gente. Podría convertirse en un lugar para socializar o hacer negocios, donde la adoración se vuelve algo secundario y superficial.

    Debemos ver por encima de las apariencias. El hecho de que una iglesia tenga muchos miembros y parezca activa (muchas hojas), no significa necesariamente que tenga el fruto del Espíritu Santo. La iglesia debe de ser un lugar solemne porque es el cuerpo espiritual de Cristo. Si la iglesia no refleja el amor y la paz de Cristo, hará tropezar a sus miembros y a los que todavía no han creído. Por ejemplo, Pablo reprendió a la iglesia de Corinto por llevar sus disputas fuera de la iglesia (1 Co 6:4-6).

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  • 15a.

    ¿Por qué los principales sacerdotes y los escribas querían matar a Jesús?

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    Jesús los comparó con ladrones, lo que era un insulto muy severo. Además, la fama y la influencia de Jesús se habían extendido desde Galilea a Judea y Jerusalén, y ahora estaba allí en persona, amenazando su autoridad. Ellos temían que Jesús los reemplazaría o que provocaría una revuelta que atraería la ira del gobierno romano sobre ellos. Ellos tenían que actuar rápido para protegerse a sí mismos; todo lo que necesitaban era encontrar una forma de volver a la gente en contra de Jesús.

    Además, al citar Isaías 56, Jesús estaba insinuando que Él era el Señor Dios y que el templo era “su” casa. Es probable que los escribas y los principales sacerdotes se sintieran afectados por esta declaración implícita.

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  • 15b.

    ¿De qué manera los principales sacerdotes y los escribas eran semejantes a la higuera sin frutos?

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    Al igual que la higuera, ellos estaban llenos de hermosas hojas verdes pero no tenían frutos. Jesús los reprendió por aparentar la piedad para ganarse el respeto de la gente, cuando en realidad engañaban a los pobres cuando la gente no miraba (Lc 20:46-47). También los comparó con sepulcros blanqueados, “que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia” (Mt 23:27). Se supone que los líderes religiosos tenían el deber de guiar a la gente para que crezca espiritualmente. Sin embargo, ellos no sólo estaban ciegos a la voluntad de Dios, sino que llevaron a la gente por el mismo camino extraviado (Mt 15:14, 23:15). Permitir la existencia de un mercado en el templo era un ejemplo de ello.

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  • 11:22-26

    16.

    Explique el versículo 24. ¿Podemos orar por cualquier cosa con tal de que creamos?

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    Primero debemos examinar nuestras intenciones y pedir que la voluntad de Dios sea hecha (Mc 14:36; Ro 12:2; 1 Jn 5:14). Si lo que pedimos es para satisfacer nuestros propios deseos, entonces no recibiremos lo que pedimos (Stg 4:3-4). Pablo no recibió lo que había pedido porque Dios tenía un mejor propósito para él (2 Co 12:7-9).

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  • 17.

    ¿Cómo podemos tener una fe que mueve montañas?

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    Tener fe significa creer que Dios recompensa a aquellos que lo buscan (Heb 11:16; Ro 8:32). Significa creer que ya hemos recibido su respuesta mientras aún estamos orando por algo (Mc 11:24; Heb 11:1). Debemos tener la confianza de que Dios hará lo mejor para nosotros en el momento apropiado (Ro 8:28). Además, debemos demostrar que tenemos fe con lo que hacemos (Stg 2:22). Mientras esperamos que Dios actúe a nuestro favor, debemos continuar obedeciéndolo (Stg 4:7-8).

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  • 18.

    ¿Cómo se relaciona la fe (22-24) con el perdón (25-26)? (cf. Stg 1:5-6; 5:15-16)

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    La fe y el perdón van de la mano. El libro de Santiago habla de esto. Primero, debemos creer en lo que pedimos (Stg 1:5-6). Mientras tanto, debemos dar frutos para demostrar nuestra fe (Stg 2:17-18). Por último, el poder de la oración viene del perdón de los pecados, es decir, de Dios (Stg 5:15) y de los unos para los otros (Stg 5:16).

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  • 19.

    ¿Tiene usted algo en contra de otra persona? ¿Cuál es su incentivo para perdonar a esa persona?

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    “Siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Ro 5:8). Perdonamos a otros porque Jesús nos perdonó primero. Si mostramos misericordia, se nos mostrará misericordia (Stg 2:13). De lo contrario, Dios exigirá que paguemos toda la deuda que le debemos (Mt 18:34-35).

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