Contexto

Al completar su ministerio, Juan fue puesto en prisión por Herodes. Al mencionar el encarcelamiento de Juan antes que el bautismo de Jesús, Lucas cambia el enfoque de su relato, pasando del ministerio de Juan al ministerio de Jesús. Aunque Juan era una figura clave en el bautismo de Jesús, Lucas no hace mención de Juan en absoluto. La historia ahora se enfoca en Jesús, quien entra en escena como un hombre que fue bautizado junto con la gente, que tenía una genealogía y que fue tentado. Pero Él era más que un ser humano. En los primeros relatos del ministerio de Jesús, lo vemos como un hombre perfecto que también era el Hijo de Dios.

Versículo clave

(3:22)

¿Sabía usted que...?

Esquema

Análisis general

  • 1.

    ¿Cómo prueba cada una de las tres secciones de este pasaje la humanidad y la deidad de Jesús? a) Su bautismo; b) Su genealogía; c) Su tentación.

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    a) Humanidad: Jesús fue bautizado en la semejanza de un pecador, de acuerdo al requerimiento de Dios.

    Deidad: el descenso del Espíritu Santo y la voz del cielo demuestran que Él era el Hijo de Dios y el Mesías (Jn 1:32-34).

    b) Humanidad: Jesús era hijo de un ser humano (hijo del hombre).

    Deidad: Jesús era hijo de David, lo que demuestra que Él es el Mesías.

    c) Humanidad: Jesús fue tentado en todo según nuestra semejanza.

    Deidad: venció completamente a las tentaciones.

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Análisis del segmento

  • 3:21-22

    1.

    ¿Cuál es el propósito del bautismo de Jesús? ¿Necesitó Jesús arrepentirse?

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    El bautismo de Jesús fue una prueba de que Él era el “uno más poderoso” que bautizaría con Espíritu Santo y fuego (Jn 1:32-34). Además, sirvió para cumplir toda justicia (Mt 3:15). “Justicia” se refiere a cumplir los requerimientos de Dios. El requerimiento de que Jesús se bautizara puede ser el cumplimiento del requisito de que los sacerdotes se lavaran antes de su servicio (Ex 29:4). También puede ser un ejemplo a seguir para todos los creyentes, para enseñarnos de que debemos ser bautizados y recibir el Espíritu Santo para ser hijos de Dios (Gl 3:26, 27; Ro 8:16).

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  • 2.

    ¿Por qué es significativo que Jesús se haya bautizado cuando todo el pueblo se bautizaba?

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    A pesar de que Jesús era sin pecado, Él fue bautizado junto con todo el pueblo tomando la forma de un pecador (cf. Ro 8:3). Así compartió nuestra humanidad y se identificó con todo el pueblo.

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  • 3a.

    ¿Qué ocurrió cuando Jesús oraba?

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  • 3b.

    ¿Qué relevancia tienen estos eventos?

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    La apertura de los cielos puede simbolizar la reconciliación entre Dios y los hombres, lo que fue posible a través de Jesucristo. La unción del Espíritu Santo fue una señal de que Dios había enviado a Jesús al ministerio (Lc 4:18). El descenso del Espíritu Santo y la voz del cielo sirvieron como un sello de aprobación de que Jesús era “el Hijo amado”.

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  • 4.

    ¿Cómo podemos ser los hijos amados de Dios?

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    Podemos ser los hijos amados de Dios a través de la fe en Cristo (1 Jn 5:1) e imitando al Señor Jesús, quien se sometió a los requerimientos de Dios. Debemos ser bautizados para el perdón de nuestros pecados (Gl 3:26-29) y recibir la promesa del Espíritu Santo (Ro 8:16; Gl 4:6-7). También debemos llevar una vida que sea agradable a Dios (Flp 2:14-15).

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  • 3:23-38

    5.

    Compare y contraste esta genealogía con la registrada en Mateo.

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    En Mateo, la genealogía de Jesús comienza con Abraham, mientras que en Lucas se remonta hasta Adán. Mateo comienza con Abraham para demostrar y enfatizar que Jesús era el hijo de Abraham, nacido según la promesa. La intención de Lucas fue probablemente identificar a Jesús como un miembro de la raza humana y contrastar el “segundo Adán” con el primero (cf. Ro 5:14b; 1 Co 15:45-47).

    La genealogía de Mateo sigue la línea de Salomón mientras que la de Lucas sigue la de Natán (Salomón y Natán eran hermanos). Algunos proponen que la genealogía de Mateo registra los antepasados de José mientras que la de Lucas registra los de María.

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  • 6.

    ¿Cuál es el propósito de incluir la genealogía de Jesús?

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    1) Para demostrar que Jesús era una figura histórica de verdad e hijo de un ser humano (hijo del hombre). 2) Para demostrar que Jesús era descendiente de David, ya que el Mesías debía venir de su linaje.

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  • 4:1-13

    7a.

    ¿Bajo qué circunstancias fue tentado Jesús?

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    Cuando estuvo lleno del Espíritu Santo.

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  • 7b.

    ¿Qué nos enseña esto?

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    Debemos estar alertas todo el tiempo, incluso cuando nos sentimos cerca de Dios. Las tentaciones pueden venir repentinamente luego de que hayamos alcanzado un alto nivel espiritual.

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  • 8.

    Jesús fue llevado por el Espíritu Santo al desierto. ¿Por qué fue necesario que Jesús sea tentado?

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    Era la voluntad de Dios que Jesús pasara por el sufrimiento de la tentación para que pudiera compadecerse de nuestras debilidades y ser nuestro misericordioso y fiel sumo sacerdote (Heb 2:14-18). La victoria de Jesús sobre las tentaciones también confirma lo que el Padre dijo de Él: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”.

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  • 9a.

    ¿Qué trampas tendía el diablo con cada una de sus tentaciones?

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    Al pedirle a Jesús que convirtiera las piedras en pan, Satanás esperaba inducir a Jesús a que obedeciera sus órdenes y usara su poder divino para intereses personales.

    Al pedirle a Jesús que lo adorara, Satanás esperaba que Jesús desafiara los mandamientos de Dios y le entregara su autoridad para así ganar el mundo.

    Al pedirle a Jesús que se tirara desde el pináculo del templo, Satanás esperaba que Jesús probara su divinidad invocando la protección de Dios.

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  • 9b.

    ¿Qué características tienen en común estas tentaciones?

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    Todas apuntan a las siguientes debilidades humanas: egocentrismo, deseo de justificarse o satisfacer la lujuria de uno, someterse a la orden de Satanás a cambio de ganancias físicas o materiales.

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  • 9c.

    ¿En qué se asemejan estas tres tentaciones a las que enfrentamos hoy en día?

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  • 10.

    Explique cada una de las respuestas de Jesús ante las tentaciones del diablo.

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    Ante el desafío de convertir las piedras en pan, Jesús señaló que obedecer los mandamientos de Dios para obtener vida espiritual es mucho más importante que alimentar el cuerpo carnal con comida.

    Jesús rechazó la atractiva oferta del diablo usando también un mandamiento de Dios que dice que debemos adorar y servir únicamente al Señor.

    Jesús citó las Escrituras: “No tentarás al Señor tu Dios” para enseñarnos que no debemos ponernos deliberadamente en cierta situación para probar la veracidad de la promesa de Dios

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  • 11.

    “Todo el poder de estos reinos y la gloria de ellos” han sido entregados a Satanás y él se los puede dar a quien quiera (6). ¿Qué le enseña esto?

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    Satanás tiene control sobre la autoridad, la fama y el poder de este mundo. Los creyentes no deben perseguir la vanagloria porque tiene un precio: comprometerse con y postrarse ante Satanás. Ganar el mundo pero perder nuestra alma (sacrificando nuestro tiempo, energía y lealtad a Dios a cambio de la gloria terrenal) sería el intercambio más insensato (Mt 16:26).

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  • 12a.

    ¿En qué difiere el uso de las Escrituras por parte de Satanás y de Jesús?

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    Satanás torció las Escrituras para presentar un caso sólido. Usar la palabra de Dios para auto-justificarse o para la gratificación propia es lo que está mal.

    Por el contrario, cuando Jesús citó las palabras de Dios, lo hizo basándose en la verdad de las palabras y en una sincera obediencia a la autoridad de Dios.

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  • 12b.

    ¿Qué nos enseña esto sobre nuestra actitud hacia la palabra de Dios?

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    No debemos usar la palabra de Dios para justificar nuestras ganancias egoístas. Al contrario, debemos estudiar y poner en práctica la palabra de Dios con la intención de conocer y obedecer su voluntad.

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  • 13.

    Del ejemplo de Jesús, ¿qué nos ayuda a vencer las tentaciones?

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    Guardar la palabra de Dios en nuestros corazones y conocer su voluntad.

    Tener un deseo sincero de obedecer la voluntad de Dios por sobre nuestras necesidades personales.

    Ser fiel a Dios y no dejarnos seducir por lo material o lo carnal.

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  • 14.

    “Cuando acabó toda tentación el diablo, se apartó de él por un tiempo”. ¿Qué sugiere esto? ¿Qué podemos aprender de esto?

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    Pese a su derrota, el diablo no se rindió. Seguramente regresaría y desafiaría a Jesús con más tentaciones. No podemos darnos el lujo de no estar atentos ni por un instante. Pudimos haber acabado de vencer ciertas tentaciones, pero necesitamos estar equipados constantemente con la palabra y el Espíritu de Dios para enfrentar nuevos desafíos (Ef 6:10-18, 1 P 5:8-9).

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