Contexto

En este y los siguientes dos capítulos, Pablo habla a los Corintios sobre el uso de los dones en la iglesia. En la misma línea que el tema enfatizado anteriormente en el capítulo 11 sobre el orden en la iglesia, Pablo enseña que los dones deben usarse para la edificación de la iglesia como un todo. El tema del capítulo 12 trata de la diversidad de dones y la unidad del cuerpo de Cristo.

Versículo clave

(12:7)

¿Sabía usted que...?

“Dones espirituales” (12:1): La palabra “don” es añadida por los traductores. En el griego simplemente se refiere a “lo concerniente a lo espiritual”. El término “lo espiritual” se usa nuevamente en 14:1, donde Pablo enseña a los creyentes a procurar fervientemente “lo espiritual”. Aparentemente, el término significa “las cosas espirituales”, es decir, los dones que menciona en el capítulo 12.

Esquema

  • Diversidad de dones pero el mismo espíritu
  • Muchos miembros pero un solo cuerpo

Análisis general

  • 1.

    Identifique los pares de contraste que aparecen en este capítulo.

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    Diversidad y “es el mismo” (vv. 4-6); muchos y uno (vv. 12, 14, 20); más débil y más necesarios (v. 22); menos dignos y “los vestimos más dignamente” (v. 23); menos decorosos y “se tratan con más decoro” (v. 23); divisiones y “todos los miembros se preocupen los unos por los otros” (v. 25).

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Análisis del segmento

  • 12:1–11

    1.

    ¿Por qué Pablo quiere que los Corintios recuerden los días cuando eran gentiles e idólatras?

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    Pablo contrasta y compara la influencia bajo la cual estaban los Corintios anteriormente y la guía del Espíritu en la que se encuentran actualmente. Mientras que los incrédulos son extraviados por el maligno para adorar a los ídolos, los creyentes viven bajo la dirección del Espíritu Santo. Por lo tanto, en el cuerpo de Cristo, el Espíritu Santo juega un papel central al determinar cómo los dones son dados a los diferentes miembros individualmente. Al mismo tiempo, el Espíritu Santo también une a todos los creyentes a través de la fe común en el Señor Jesucristo (“nadie puede exclamar: ‘¡Jesús es el Señor!’, sino por el Espíritu Santo”).

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  • 2.

    ¿Está enseñando el versículo 3 que todo el que profesa el nombre de Jesucristo ha recibido el Espíritu Santo?

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    La frase “por el Espíritu de Dios” puede entenderse en sentido instrumental, indicando que es por medio del Espíritu de Dios que una persona confiesa al Señor Jesús. En otras palabras, el Espíritu Santo inspira a una persona a honrar a Jesús como su Señor. Esta es la obra inicial del Espíritu Santo sobre un creyente, la cual se difiere del hecho de recibir el Espíritu Santo prometido. Una persona no recibe el Espíritu Santo prometido instantáneamente al creer en el Señor Jesús (cf. Hch 8:12, 14–17, 19:1-6). Necesita aún pedir y esperar la morada del Espíritu Santo (cf. Lc 11:13). Cuando el Espíritu Santo desciende sobre una persona, va acompañado de hablar en lenguas (cf. Hch 2:4, 10:45-46, 19:6).

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  • 3.

    ¿A qué se refiere Pablo al afirmar que todos los dones se originan de la misma fuente?

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    Los diversos dones del Espíritu Santo deben estar bien coordinados porque es el mismo Espíritu quien reparte sus funciones. Por lo tanto, no importa cuán diversos sean nuestros respectivos dones, debemos trabajar en unidad para no involucrarnos en rivalidad.

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  • 4.

    ¿Cuál es el propósito de los dones del Espíritu?

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    Las diferentes manifestaciones del Espíritu trabajan juntas para el bien común de todos (v. 7). Nuestros dones tienen el propósito de edificar el cuerpo de Cristo.

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  • 12:12–31

    5.

    ¿Cómo es el cuerpo humano una analogía adecuada para la iglesia?

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    El cuerpo se compone de muchos miembros diferentes, pero no hay división entre los miembros. Ningún miembro puede pretender que no tiene necesidad de los otros miembros (vv. 14-17). Todos los miembros trabajan juntos en armonía para el bien de todo el cuerpo. Así es como los miembros del cuerpo de Cristo deben trabajar juntos con sus diversos dones y funciones. Nuestro objetivo de servicio no es satisfacer nuestros intereses individuales, sino contribuir al bien común.

    Otra característica del cuerpo humano es que cada miembro es afectado directamente por otros miembros del cuerpo. Cuando un miembro sufre, todos los demás miembros sienten el mismo dolor aunque no sean ellos los heridos (vv. 25-26). Este cuidado mutuo es crucial en el cuerpo de Cristo. No buscamos solo nuestro propio provecho, sino también el de los demás (cf. Flp 2:4).

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  • 6.

    ¿Qué significa que todos fuimos bautizados por un solo Espíritu?

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    Tanto la frase “por un solo Espíritu”, como las frases “por el Espíritu de Dios” y “por el Espíritu Santo” en el versículo 3, pueden entenderse en sentido instrumental. Por lo tanto, podemos interpretar el versículo 12 como “por medio de un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un solo cuerpo”. Esto es consistente con la verdad presentada en 1 Co 6:11, donde dice que hemos sido lavados, santificados y justificados por el Espíritu de nuestro Dios. Nuestro bautismo en Cristo es de hecho obra del Espíritu Santo y no del hombre. El Espíritu Santo participa activamente en el bautismo, concediendo el perdón de los pecados y dando testimonio junto con la sangre y el agua (Jn 20:21-23; 1 Jn 5:6-9).

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  • 7.

    ¿Qué significa que a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu?

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    Cuando el Señor Jesús prometió que aquellos que creyeran en Él recibirían más tarde el Espíritu Santo, usó la analogía de beber del agua viva (Jn 7:37-39). Por lo tanto, que todos bebamos de un mismo Espíritu significa que todos los que hemos recibido el Espíritu Santo prometido tenemos el mismo Espíritu que mora en nosotros.

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  • 8.

    ¿Qué hace que un miembro del cuerpo piense que él o ella es más importante que los demás miembros?

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    A veces cometemos el error de pensar que ciertos dones no son muy útiles, sobre todo cuando sentimos que tenemos dones que otros no tienen. Por ejemplo, si tenemos el don de profecía (es decir, hablar la palabra de Dios en público), podemos sentir que el don de administración que tiene otra persona no es muy importante, porque no está directamente relacionado con la proclamación de la palabra de Dios. Pero ningún don es prescindible. Pensar que los dones que tenemos son más importantes es contrario a la unidad en el cuerpo de Cristo. Además, no podemos atribuirnos el mérito de nuestros dones, porque somos simplemente receptores de estos dones asignados para llevar a cabo nuestras respectivas funciones, y es Dios quien finalmente hace crecer su cuerpo (cf. 1 Co 3:5-7, 4:7).

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  • 9.

    ¿Por qué es importante recordar que hay muchos miembros y diversidad de dones (vv. 14-20)?

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    Ningún miembro individual puede funcionar solo. El ministerio es un trabajo en equipo. Pensar que hacer la obra de Dios es un espectáculo de una sola persona es tan absurdo como pensar que un miembro del cuerpo puede satisfacer las necesidades de todo el cuerpo. Con la mentalidad correcta de que todos los miembros deben trabajar juntos en armonía, buscaremos humildemente la ayuda de otros colaboradores y respetaremos los roles de los demás.

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  • 10.

    ¿Cómo nosotros, los miembros del cuerpo de Cristo, nos preocupamos los unos por los otros?

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    En el versículo 26 vemos una expresión concreta de lo que significa que todos los miembros se preocupen los unos por los otros. Si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Tener el mismo cuidado unos por otros es ser solidarios independientemente de nuestra diversidad. Necesitamos amar a todos los miembros por igual, estando conectados con ellos y compartiendo sus cargas y alegrías. Los problemas de otros miembros deben ser como los nuestros, y sus éxitos deben ser como los nuestros.

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  • 11.

    Según su experiencia, ¿cuáles son las cualidades importantes a tener en cuenta cuando trabajamos con otros miembros?

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    Trabajar en unidad como un solo cuerpo requiere mucho esfuerzo consciente de parte de cada miembro, incluyendo humildad, mansedumbre y paciencia (Ef 4:1-3). Es normal tener opiniones diferentes porque todos vemos las cosas de manera diferente. Trabajar junto con personas que son diferentes a nosotros requiere que seamos oyentes activos y no insistamos en hacer las cosas a nuestra manera. Sobre todo, necesitamos cuidarnos unos a otros con amor. La iglesia no es un negocio que solo se enfoca en maximizar las ganancias. Nuestro objetivo es estimularnos unos a otros a la madurez espiritual. La preocupación genuina por el bienestar espiritual de los demás nos permite resolver nuestras diferencias y superar cualquier fricción que pueda ocurrir.

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  • 12.

    Los versículos 28 y 30 a menudo se citan como base para el argumento de que no todos los que reciben el Espíritu Santo hablan en lenguas. ¿Cómo respondería a este argumento?

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    Hablar en lenguas es uno de los dones del Espíritu Santo, y no todos tienen este don. Es una habilidad especial dada por el Espíritu Santo. El versículo 10 llama a este don “diversos géneros de lenguas”. Se usa en el culto de adoración solo cuando hay alguien presente que pueda interpretar las lenguas (1 Co 14:27-28). Esta habilidad especial debe distinguirse del hablar en lenguas que va acompañado al recibir el Espíritu Santo prometido, así como el don especial de la fe mencionado en el versículo 9 debe distinguirse de la fe en Cristo que todos debemos tener. Hablar en lenguas como evidencia de recibir el Espíritu Santo prometido es común a todos los que reciben el Espíritu Santo, y no es un don concedido a unos pocos dotados. Si el hablar en lenguas no ocurre cada vez que se derrame el Espíritu Santo, los apóstoles y el escritor de Hechos no lo habrían usado para determinar si alguien había recibido o no el Espíritu Santo (cf. Hch 10:44-47, 11:15, 19:1-6).

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