Contexto

Pablo ha estado proporcionando pautas prácticas sobre cómo los creyentes deben vivir como sacrificios agradables a Dios. Una gran parte de estas enseñanzas se refiere a nuestras interacciones con los demás, incluyendo los hermanos en el cuerpo de Cristo y los que están fuera de la iglesia. En el pasaje de esta lección, Pablo aborda un área específica: ¿cómo nosotros los seguidores de Cristo debemos soportar a los que son débiles en la fe?

Versículo clave

(15:1)

¿Sabía usted que...?

Esquema

Análisis general

  • 1.

    Anote las enseñanzas en este pasaje relativas a cómo nuestra relación con Dios determina nuestra relación con nuestros hermanos.

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    Pablo da las siguientes razones por las que no debemos despreciar o juzgar a nuestros hermanos, y estas razones se relacionan con nuestra relación personal con Dios:

    1. Cada uno de nosotros responde a nuestro Señor y Maestro (Ro 14:4, 22).
    2. Debemos hacer todas las cosas en honor del Señor (Ro 14:6).
    3. Vivimos y morimos para el Señor (Ro 14:7-9).
    4. Todos estaremos ante el tribunal de Dios y cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí (Ro 14:10-12).
    5. Debemos amar a nuestros hermanos por amor a Cristo, quien también murió por ellos (Ro 14:15).
    6. Debemos servir a Cristo de una manera que agrade a Dios, no peleando por cuestiones de comida y bebida (Ro 14:17-18).
    7. Debemos honrar la obra de Dios (Ro 14:20).
    8. Cristo es nuestro modelo para soportar las faltas de los débiles (Ro 15:3, 8).
    9. Debemos recibirnos unos a otros como Cristo nos recibió (Ro 15:6-7).
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Análisis del segmento

  • 14:1–12

    1.

    En el presente contexto, ¿qué caracteriza a alguien débil en la fe?

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    Según la definición de Pablo, una persona débil en la fe tiende a abstenerse de ciertos alimentos. Aunque el pasaje no lo dice tan explícitamente, también podemos inferir que el que es débil en la fe consideraría unos días más importantes que otros. Estos creyentes son considerados débiles en el sentido de que su conciencia los reprendería si no siguieran estas reglas estrictas (cf. 1 Co 8:9-12).

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  • 2.

    ¿Por qué algunos consideran muy importantes las restricciones dietéticas o la observancia de los días?

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    Basado en el versículo 6, parece que quienes se abstienen de ciertos alimentos u observan ciertos días lo hacen con la creencia de que agradarían al Señor. La palabra “impuro” en el versículo 14 tiene una connotación religiosa. Esta palabra también confirma que quienes se abstienen de ciertos alimentos lo hacen por razones religiosas. De la misma manera, diferentes personas tienen diferentes estándares cuando se trata de practicar la fe. Por ejemplo, algunos creyentes pueden optar por no ver películas o asistir a fiestas como una forma de separarse de las influencias del mundo.

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  • 3.

    Con base en el resto del pasaje, ¿cómo “damos la bienvenida” al que es débil en la fe?

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    Acoger al débil en la fe es no menospreciarlo (14:3) ni hacerle tropezar con cuestiones de comida y bebida (14:13, 20-21). Si hacemos una referencia cruzada a la situación de la que Pablo habla en 1 Corintios 8, podemos concluir que dar la bienvenida a alguien que es débil implica ser sensible a su conciencia. Por ejemplo, cuando estamos en compañía de creyentes que no comen carne, debemos ser considerados y no obligarlos a comer carne o hacer comentarios condescendientes sobre sus creencias.

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  • 4.

    ¿Cuáles son las consecuencias negativas de menospreciarse o juzgarse unos a otros?

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    Menospreciar o juzgar a nuestros hermanos no solo desagrada a nuestro Señor, sino que también divide el cuerpo de Cristo. Tal comportamiento puede incluso hacer que los miembros más débiles abandonen la comunión de los creyentes.

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  • 5.

    ¿Dónde traza la línea en términos de lo que debe insistir y lo que puede depender de cada individuo?

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    De los escritos de los apóstoles, podemos ver que las enseñanzas o prácticas que contradicen a la fe de salvación transmitida por los apóstoles no deben ser toleradas (cf. 2 Jn 1:9-11; Gl 1:6-9; Jud 1:3). En términos de hoy, esto incluiría nuestros artículos de fe. Lo que la Biblia ordena claramente también debe continuar siendo enseñado en la iglesia y practicado por todos los creyentes (p. ej., Mt 19:17; Hch 15:28-29). Pero cuando se trata de asuntos en los que los puntos de vista difieren, Romanos 14:1 nos enseña a no contender sobre opiniones.

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  • 6.

    ¿Qué enseña este segmento sobre nuestra responsabilidad ante el Señor?

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    Cada uno de nosotros responde individualmente ante Dios (Ro 14:3, 6-12). Ya sea que vivamos o muramos, lo hacemos todo al Señor porque somos suyos. A la luz de esta verdad, no estamos en condiciones de juzgar a nuestros hermanos. Es al Señor, no a nosotros, a quien ellos darán cuenta.

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  • 14:13–23

    7.

    ¿Cómo el principio del amor se basa en no juzgar a nuestros hermanos?

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    Tal como nos recuerda Romanos 14:15, si entristecemos a nuestros hermanos por causa de la comida, ya no andamos conforme al amor. Si amamos a nuestros hermanos, por quienes Cristo también murió, haríamos todo lo posible para no hacerlos tropezar.

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  • 8.

    Explique la exhortación del versículo 16.

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    Lo que puede parecernos bueno puede que no sea necesariamente visto como tal por otros creyentes en la iglesia. Por ejemplo, podemos pensar que es bueno tener la libertad de comer todo tipo de alimentos. Pero si, con nuestra libertad, hacemos comentarios despectivos sobre la elección de ciertos creyentes de comer solo verduras, aquellos cuya conciencia hemos herido podrían hablar de nuestra libertad como mala.

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  • 9.

    Explique el contraste entre “comida y bebida” y “justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”.

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    Aquí, “comida y bebida” representan cosas que tienen poca relevancia para nuestra fe y relación con Dios (como nuestras elecciones dietéticas). Por el contrario, “justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” pertenecen a las cualidades espirituales que agradan a Dios. Estas son cosas por las que debemos esforzarnos a alcanzar en el cuerpo de Cristo. Cuando tenemos justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo, todos los miembros del cuerpo de Cristo son edificados.

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  • 10.

    Explique las enseñanzas de los versículos 22 y 23.

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    Las enseñanzas de los versículos 22 y 23 subrayan una vez más la importancia de la responsabilidad personal ante Dios. Independientemente de las decisiones que tomemos, ya sea con respecto a la comida, la bebida o la observancia de los días, debemos estar seguros de tener una buena conciencia delante de Dios. Sin embargo, si tomamos ciertas decisiones en contra de nuestras creencias, simplemente porque otros así las hacen o porque nos sentimos presionados a hacer lo mismo, ya no actuamos por fe. Es equivalente a hacer cosas que sabemos que a Dios le desagradan. Según el versículo 23, tal comportamiento es considerado pecaminoso.

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  • 11.

    ¿Cómo podemos estar seguros de que todas las cosas que hacemos proceden de la fe?

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    Es importante recordar que si bien tenemos la libertad de tomar decisiones, tendremos que rendir cuentas a Dios por cada decisión que tomemos (cf. Ec 11:9). Si elegimos por deseo de agradar a Dios, nuestras acciones proceden de la fe (cf. 2 Co 5:6-10). Esto es lo que la Biblia quiere decir con temer a Dios y guardar sus mandamientos (Ec 12:13-14). Es posible que otros no aprueben siempre nuestras decisiones, pero lo más importante es que hagamos todas las cosas con la convicción de que somos fieles a Dios y a sus palabras.

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  • 15:1–13

    12.

    Cite ejemplos actuales de “flaquezas de los débiles” que exigen perseverancia de su parte.

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    La palabra griega para “flaquezas” significa “debilidades”. No necesariamente denota errores. En la iglesia, algunos miembros pueden ser más débiles en el sentido de que su fe es sacudida fácilmente por las palabras y el comportamiento de otros miembros. Su relación aún depende en gran medida de las personas que los rodean. Tales miembros tienden a requerir más cuidado y atención de los miembros que son más fuertes en la fe.

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  • 13.

    ¿Cómo Cristo sirvió como modelo para soportar las flaquezas de los débiles?

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    Nuestro Señor Jesucristo se convirtió en un siervo cuando vino a este mundo (Ro 15:8; Mt 20:28; Lc 22:27; Flp 2:4-8). Se dio a sí mismo por nosotros y vivió para cumplir la voluntad del Padre. Por eso, tuvo que soportar el oprobio de los hombres (Ro 15:3).

    Hemos sido llamados a seguir los pasos de Cristo. Lo que significa negarnos y no hacer las cosas solo para complacernos a nosotros mismos. Por el bien de nuestros hermanos y del Señor, debemos también sacrificarnos y aceptar incluso a aquellos que son diferentes que nosotros. En todo lo que hacemos, debemos considerar el bien de los demás con mucha paciencia.

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  • 14.

    ¿Por qué el acogerse unos a otros en el Señor glorifica a Dios?

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    Al obedecer la voluntad de Dios, el Señor Jesucristo llevó a cabo la obra salvadora para toda la humanidad y trajo gloria al Dios Padre (Ro 15:8-12). De la misma manera, mediante nuestra perseverancia, los miembros del cuerpo de Cristo pueden vivir en armonía y crecer en unidad. Como resultado, todos los creyentes pueden glorificar a Dios unánimes, a una sola voz (Ro 15:6-7).

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