Contexto

En los pasajes anteriores, Pablo ha mencionado unas cuantas veces sus viajes misioneros. Fue abrumado en gran manera cuando le sobrevino la tribulación en Asia (1:8-9). En lugar de dirigirse a Corinto como había planeado originalmente, decidió escribirles una carta (1:15-16, 23, 2:1). Ahora relata su reciente experiencia en Troas. El libro de Hechos no proporciona información acerca de este esfuerzo misionero particular de Pablo. Pero Pablo les dice a sus lectores que tuvo que acortar su estadía en Troas a pesar de las oportunidades evangelísticas que había allí. La razón fue que no encontró a Tito. Pablo retomará esta narración en 2 Co 7:5, donde escribirá sobre el gran consuelo que recibió cuando Tito le trajo buenas noticias de Corinto.

Versículo clave

(3:2–3)

¿Sabía usted que...?

  1. Troas (2:12) era una gran ciudad portuaria en el noroeste de Asia Menor. Fue allí donde Pablo recibió la visión del varón macedonio (Hch 16:8-10).
  2. Tito (2:13) fue compañero de misión de Pablo (2 Co 8:23). Pablo lo llama “mi verdadero hijo en la común fe” (Tit 1:4) probablemente porque Tito aceptó la fe a través de la predicación de Pablo. Tito juega un papel clave en la segunda epístola de Pablo a los Corintios. Pablo ha instado a Tito, quien también se preocupaba profundamente por los Corintios, a visitar la iglesia de Corinto y recolectar la ofrenda que los Corintios habían prometido dar a los hermanos de Jerusalén (2 Co 8:16-17, 12:18). Tito fue recibido con gran afecto por los Corintios y ha regresado a Pablo con noticias muy alentadoras (2 Co 7:6, 7, 13-16).
  3. Triunfo o Desfile victorioso (2:14): La palabra griega thriambeuō (θριαμβεύω), traducida aquí como “llevar siempre en triunfo”, solo aparece en la Biblia en este versículo y en Col 2:15. En la literatura grecorromana, esta palabra y las palabras que se relacionan con ésta se asocian frecuentemente con la forma particular de procesión triunfal destinada a los generales romanos. Como parte de la procesión, los portadores de incienso que llevaban canastas de incienso y quemadores ofrecían incienso en celebración del vencedor. [ref]
  4. Fragancia y aroma (NVI) (2:14-16): En la Biblia, el término “fragancia de aroma”, formado por la combinación de dos palabras griegas, osmē (ὀσμή) y euōdia (εὐωδία), alude al agradable aroma de los sacrificios ofrecidos a Dios (p. ej. Ex 29:18 LXX; Ef 5:2). En la literatura grecorromana de la época, estas dos palabras se usan para referirse al agradable aroma del incienso, incluyendo el que se usa en una procesión triunfal. [ref]
  5. Suficiente/Capacitados (2:16, 3:5, 6): Esta palabra se encuentra en la traducción griega de Éxodo 4:10, donde Moisés responde al Señor que él no es “elocuente”.

Esquema

Análisis general

  • 1.

    ¿Cómo es la pregunta de Pablo “¿Quién es suficiente para estas cosas?” (2:16) respondida más adelante en el pasaje?

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    En este pasaje, Pablo describe el poder de su ministerio. Su reclamo no es autopromoción, tampoco necesita carta de recomendación para respaldar su reclamo. Más bien, su confianza la tiene mediante Cristo y su capacidad proviene de Dios, no de sí mismo (3:4-5).

     

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Análisis del segmento

  • 2:12–13

    1.

    Deduciendo de 2 Corintios 7:6-16, ¿por qué Pablo no tuvo reposo en su espíritu al no haber hallado a Tito cuando llegó a Troas?

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    Cuando Pablo fue a Macedonia, finalmente se encontró con Tito y escuchó de Tito la maravillosa noticia de que los Corintios habían cambiado su corazón hacia Dios y hacia Pablo. La noticia trajo a Pablo gran consuelo y gozo (2 Co 7:6-16). Basando en la narración del capítulo 7, podemos inferir que Pablo no tuvo reposo en su espíritual al no haber hallado a Tito cuando llegó a Troas, porque estaba ansioso por conocer la respuesta de los Corintios a la carta que les había escrito (cf. 2:3-4).

     

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  • 2:14–17

    2.

    Si Pablo está usando el triunfo o el desfile victorioso como metáfora en este segmento a. ¿En qué se parecen los ministros del evangelio a los que llevan el aroma? b. ¿Cómo trae la fragancia tanto la muerte como la vida?

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    a. Si Pablo está usando la analogía del desfile victorioso, una analogía que sus lectores habrían reconocido de inmediato, entonces está comparando a los ministros del evangelio con los portadores de incienso durante tal procesión. Tal como en el desfile victorioso donde los portadores de incienso celebran la victoria de la guerra ofreciendo el incienso con su fragante aroma, los ministros del evangelio manifiestan en todo lugar el olor del conocimiento de Dios. El evangelio es el poder de Dios que trae salvación y destruye fortalezas espirituales (Ro 1:16; cf. 2 Co 10:3-6; Hch 19:11-20). En consecuencia, al llevar el evangelio con su gran poder al mundo, los ministros son el aroma de Cristo celebrando la victoria del evangelio de Cristo (2 Co 2:15).

    b. Siguiendo la analogía del desfile victorioso, los que se salvan serían los ciudadanos romanos cuyo general les ha dado la victoria y les ha librado de sus enemigos. Aquellos que perecen serían los cautivos de guerra en exhibición que eventualmente enfrentarían la ejecución. Tal como el aroma en sí que sería fragante para los ciudadanos romanos pero de muerte para los cautivos, el aroma de Cristo es de vida para los que se salvan y de muerte para los que se pierden. El evangelio no sólo declara la salvación sino también el juicio futuro (cf. Ro 2:16). Por lo tanto, la predicación del evangelio produce dos resultados drásticamente opuestos, dependiendo de cómo la persona responda al mensaje. El que cree en Cristo tendrá vida eterna, pero el que no cree está condenado (Jn 3:16-18, 12:48; Mc 16:15-16).

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  • 3a.

    ¿Por qué el conocimiento de Dios es un olor fragante (2:14)?

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    Quien no ha recibido el evangelio o anda en contra de Dios, no conoce a Dios (cf. 1 Co 1:21, 15:34; Ro 1:28; Gl 4:8)(2 Tes 1:8; Tit 1:16)(1 Jn 4:8). Pero aquellos que aceptan y obedecen el evangelio, han llegado a conocer a Dios (cf. 1 Jn 4:6-7; Gl 4:9). El conocimiento de Dios trae gracia y paz (1 Pe 1:2). Dondequiera que se predique el evangelio, el conocimiento de Dios se manifiesta como un aroma, presentando a todo hombre en Cristo y cambiando sus vidas.

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  • 3b.

    ¿Cómo manifestamos este olor fragante en todo lugar?

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    Podemos manifestar el olor del conocimiento de Dios hablando a otros acerca de Dios y lo que Él ha hecho por nosotros. Además de predicar con palabras, también debemos predicar con el ejemplo, manifestando el conocimiento de Dios con la buena conducta, para que la gente vea nuestros buenos ejemplos y se acerque a Dios (cf. 1 Pe 3:1-2; Mt 5:16; Flp 2:14-16; Tit 2:1-10).

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  • 4.

    ¿Por qué Pablo hace la pregunta “¿Quién es suficiente para estas cosas?” (2:16)?

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    Usando el desfile victorioso como metáfora, Pablo dice que para Dios somos el grato olor de Cristo. El efecto del aroma lleva gran poder. Para los que se salvan, somos olor de vida, pero para los que se pierden, somos olor de muerte. Este poder maravilloso va más allá de nuestras habilidades. Pablo al usar la pregunta retórica, “¿quién es suficiente para estas cosas?”, está implicando que ningún ser humano es capaz de tal poder.

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  • 5.

    ¿Por qué es tan importante hablar la palabra de Dios con sinceridad en Cristo? (2:17)

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    No nos predicamos a nosotros mismos. Somos simplemente vasos que anuncian la palabra de Dios (cf. 2 Co 4:5-6). La palabra de Dios es poderosa. Puede penetrar hasta partir el alma, puede regenerar, edificar y otorgar vida eterna (cf. 1 Pe 1:22-25; Hch 20:32; Heb 4:12-13; Sant 1:21). Cuando el predicador anuncia la palabra de Dios fielmente, sin ningún motivo egoísta, ésta puede transformar el corazón de las personas y producir frutos en sus vidas.

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  • 3:1–6

    6.

    ¿Cómo son los creyentes una carta de recomendación (3:2)?

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    Las vidas transformadas de los creyentes son un testimonio del poder del evangelio y de la credibilidad de los ministros (cf. 1 Tes 1:4-10). Los creyentes son una carta escrita en el corazón de los ministros, en el sentido de que los ministros del evangelio hablan la palabra de Dios desde sus corazones y cuidan de los creyentes de corazón. Dios ha resplandecido en sus corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo (2 Co 4:6). Como consecuencia, sirven en el ministerio con un corazón en donde Dios ha resplandecido. Tal como los nombres de los hijos de Israel estaban grabados en las doce piedras del efod de Aarón (Ex 39:14), los creyentes están grabados en el corazón de los ministros. Además, la carta debe ser conocida y leída por todos (2 Co 3:2). Esta expresión metafórica significa que todos pueden ver el poder transformador del evangelio cuando son testigos de la vida nueva de los creyentes (cf. Flp 1:27).

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  • 7.

    ¿Cómo los ministros expiden esta carta de Cristo (3:3)?

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    El verbo griego para “expedir” también se traduce como “ministrar”. Como ministros del evangelio, debemos ministrar a los creyentes hablando fielmente la palabra de Dios, ser buenos ejemplos para ellos, llevarlos en nuestros corazones y orar por ellos (cf. 1 Co 11:1; Hch 20:27-35)(2 Co 11:28-29; Ef 1:15-21, 3:14-19; Flp 1:22-26, 3:7, 4:1, 9). Esta carta está escrita por Cristo, lo que significa que es Cristo y sus obras salvíficas los que dan una nueva vida al creyente (cf. Ro 8:1-11; Ef 1:3-14; Col 3:3). Al predicar a Cristo e imitarlo, nosotros, como ministros del evangelio, somos agentes que llevan a buen término la obra de Dios en la vida de los creyentes.

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  • 8.

    ¿Cómo la carta es escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios vivo?

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    El mensaje del evangelio “no es con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder” (1 Co 2:4). El predicador no habla con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu (1 Co 2:13). Es por el Espíritu de Dios que nuestra predicación puede tener efecto en los creyentes.

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  • 9.

    ¿Cómo está la carta escrita en tablas de carne del corazón?

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    Como ministros del evangelio, debemos servir a Dios y a los creyentes con sinceridad de corazón, en lugar de hacerlo de apariencia para agradar a los hombres (cf. 2 Co 1:12, 2:17, 6:11; Ro 1:9; Gl 1:10).

     

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  • 10.

    ¿De qué manera Dios le ha hecho suficiente en su ministerio?

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  • 11.

    ¿Por qué se le llama al ministerio de Pablo un nuevo pacto (3:6)?

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    En este pasaje y el siguiente, Pablo contrasta el antiguo pacto bajo Moisés y el nuevo pacto bajo los ministros de Cristo. Pablo es un ministro del pacto porque el evangelio que predica trae una nueva relación entre Dios y su pueblo, la cual es diferente a la relación entre los israelitas y Dios en el Antiguo Testamento. El profeta Jeremías predijo este nuevo pacto y habló sobre su contraste con el antiguo pacto (Jer 31:31-34).

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  • 12.

    Explique el contraste entre la letra y el Espíritu.

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    El antiguo pacto fue grabado con letras en piedras (3:7). El grabado exterior simboliza la relación superficial y pasiva de los israelitas con Dios (cf. Jer 31:32, 34). Como las tablas de piedra en las que estaba grabado el antiguo pacto, el corazón del pueblo era tan duro como la piedra. No pudieron guardar la alianza de Dios con ellos, lo que resultó en condenación (cf. Gl 3:10; “ministerio de condenación” en 2 Co 3:9). Esto fue lo que Pablo quiso decir con “la letra mata” (2 Co 3:6).

    El Señor prometió que un día quitaría el corazón de piedra de su pueblo y les daría un corazón nuevo y un espíritu nuevo. El resultado es que andarán en los estatutos de Dios, guardarán sus preceptos y los pondrán por obra (Ez 36:26-27). Esta inclinación interna y activa de obedecer a Dios es exactamente el nuevo pacto que describe Jeremías. Pablo toma prestado este lenguaje cuando escribe acerca del verdadero judío que obedece la ley de Dios de corazón: “No es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu y no según la letra. La alabanza de tal no viene de los hombres, sino de Dios” (Ro 2:28-29).

    Por lo tanto, la “letra” representa una conformidad externa y pasiva que solo produce la muerte. Por el contrario, el “Espíritu” representa la obra interna del Espíritu de Dios dentro de aquellos que han recibido una nueva vida en Cristo, lo que produce una obediencia proactiva y sincera ante Dios.

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