Contexto

Pablo ha escrito extensamente sobre la venida del Señor y ha urgido a los creyentes a estar sobrios y vigilantes en espera de aquel día. Antes de concluir la epístola, él continúa con exhortaciones a los tesalonicenses respecto a la iglesia y la vida personal.

Versículo clave

(5:16-18)

¿Sabía usted que...?

Esquema

  • Vida en la iglesia
  • La voluntad de Dios para el individuo
  • Aferrarse a lo bueno y abstenerse de la maldad
  • Ser guardado por la fidelidad de Dios
  • Petición de oración, saludo e instrucciones
  • Bendición

Análisis del segmento

  • 5:12-15

    1a.

    ¿De quiénes se tratan los versículos 12-13?

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    Son los ministros de Dios a quienes se les ha confiado la responsabilidad de enseñar la palabra de Dios y velar por la iglesia (cf. Hch 20:28; Heb 13:17).

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  • 1b.

    ¿Cómo darles reconocimiento y estima?

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    Debemos prestar atención y someternos a su amonestación, exhortación y aliento dado que ellos hablan la palabra de Dios y hacen la obra del Señor (Heb 13:17).

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  • 2.

    ¿Ha alentado al apocado de corazón o sostenido al débil? ¿Qué se requiere para hacerlo?

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    Debemos estar genuinamente interesados en el bienestar de los hermanos para saber si están pasando por momentos difíciles. Luego de conocer sus necesidades, debemos sentir empatía por ellos, compartir testimonios sobre cómo Dios nos ayudó en nuestra debilidad y orar con ellos. Todo esto requiere genuino amor, sacrificio y paciencia.

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  • 3.

    ¿A qué clase de paciencia se refiere el versículo 14? ¿De qué forma se puede practicar dicha paciencia?

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    Aquí la paciencia tiene que ver con la actitud que debemos tener para satisfacer las necesidades espirituales o ayudar con la debilidad de otros. Enseñar a los nuevos creyentes, alentar a los que sufren, orar por los débiles, amonestar a los ociosos, corregir a los que han pecado, etc., todo esto requiere mucha paciencia. 

    La paciencia a otro nivel implica amar a nuestros adversarios como lo dice en el versículo 15. Cuando otros nos han hecho daño o lastimado de forma intencional, se requiere paciencia para no solo abstenerse de venganzas sino pagar el mal con el bien.

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  • 4.

    Piense en un ejemplo de pagar bien por el mal recibido. Comparta su ejemplo con el grupo de estudio.

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  • 5:16-18

    5.

    ¿Cuál es el elemento común para los tres mandatos en este párrafo? ¿Qué lección nos enseña esto?

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    Debemos regocijarnos, orar y dar gracias en todo momento. Nuestro gozo, oración o gratitud debe ser una actitud constante, sin importar las circunstancias.

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  • 6.

    ¿Qué mandato(s) aún no ha cumplido?

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  • 7.

    ¿Qué propósito cumple la voluntad de Dios, tal como se menciona aquí en los tres mandatos?

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    La orden de regocijarnos siempre, orar sin cesar y dar gracias en todo, son recordatorios para enfocar nuestros corazones en Jesucristo todo el tiempo. Debido a que el Señor Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre, podemos hallar paz y reposo en Él si centramos nuestros pensamientos y vidas en Él.

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  • 5:19-22

    8.

    ¿Qué significa apagar el Espíritu?

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    A lo que Pablo se refiere es a la guía del Espíritu Santo en la vida de un creyente, o la obra del Espíritu Santo en la iglesia. Dios nos ha dado el Espíritu Santo para guiarnos a toda verdad (Jn 16:13), ayudarnos a someter nuestros deseos pecaminosos (Ro 8:13), interceder por nosotros (Ro 8:26-27), guiar el ministerio de la iglesia (cf. Hch 1:8, 4:31, 8:29, 11:12, 13:2, 4, 15:28, 16:6-7), distribuir los dones del Espíritu para beneficio de todos los creyentes (1 Co 12:7-11), y permitir la unidad en la iglesia (Ef 4:3). El Espíritu Santo nos mueve de varias maneras según su buen propósito. Si nos sometemos a Él, seremos edificados y también la iglesia. 

    Pero el Espíritu no nos controla ni nos obliga a hacer cosas en contra de nuestra voluntad (cf. 1 Co 14:32). Si no discernimos o si insistimos en nuestra voluntad, podemos volvernos insensibles a la guía y obra del Espíritu Santo, o incluso resistir la obra del Espíritu Santo. Esto es apagar el Espíritu. Si apagamos continuamente el Espíritu, lo entristecemos (Ef 4:30) y estorbamos la obra de Dios en nosotros y en la iglesia. 

    Es posible que algunos de la iglesia de Tesalónica impusieron estrictas reglas en un intento de proteger a los creyentes contra las falsas enseñanzas (cf. 2 Tes 2:2-3). Pero al hacerlo, también reprimieron todas las manifestaciones de los dones del Espíritu Santo, como el don de sanidad, el don de profecía o el don de lenguas y de interpretación.

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  • 9.

    ¿Qué es menospreciar las profecías? ¿Por qué alguien las despreciaría?

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    “Profecía” incluye predicción del futuro (cf. Hch. 21:10-11) y palabras de aliento (1 Co 14:3, 19) bajo la guía del Espíritu Santo. Ya sea que Pablo se refiriera a predicción del futuro o mensajes divinos, el despreciar las profecías significa ignorar o menospreciar la palabra de Dios. Han de haber muchas razones por las que alguien desprecie las profecías, incluyendo el orgullo, el no estar dispuesto a dejar el pecado o error, y el hecho de menospreciar a quien da la profecía.

    Quizás en la iglesia de Tesalónica algunos no eran capaces de discernir la diferencia entre las profecías verdaderas y las falsas, e iban hasta el extremo de ignorar todas las profecías.

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  • 10.

    ¿Por qué debemos examinar todo? ¿Cómo se hace?

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    El propósito de examinar todo es discernir entre lo malo y lo bueno, para poder “aferrarnos a lo bueno” y “abstenernos de toda clase de maldad” (21-22). Si no discernimos, podremos ser engañados con falsas enseñanzas y pecado (cf. Ef 4:14). La palabra de Dios, la herramienta suprema para discernir entre el bien y el mal, es la medida a usar para examinar todas las cosas. Hemos de juzgar cuidadosamente lo que vemos, oímos y hacemos, para ver si es conforme a la palabra de Dios (1 Co 14:29; Heb 5:13-14).

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  • 11.

    En un mundo donde la maldad prevalece sobre el bien, ¿qué se requiere para que un creyente pueda “asirse de lo bueno” y “abstenerse de toda especie de mal”?

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    Discernimiento, valentía y perseverancia por la gracia de Dios.

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  • 5:23-28

    12.

    ¿Cómo ser fielmente guardado por el Señor se relaciona con las exhortaciones y mandatos anteriores?

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    Mientras nos esforzamos en obedecer los mandamientos de Dios, no olvidemos que todo nuestro esfuerzo ha de edificarse sobre la gracia salvadora de Dios. Si bien somos llamados a cumplir diligentemente sus mandamientos, es Dios quien comienza la buena obra en nosotros, y es Dios quien la perfeccionará (Ef. 2:10; Flp 1:6, 2:12-13, 4:13; Col 1:29). Podemos permanecer hasta el final solo debido a que Dios nos ha guardado y preservado (cf. 1 Pe 1:5; Jn 10:27-29).

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  • 13.

    ¿Cómo la verdad del versículo 24 le ayuda en su diario caminar con Cristo?

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    Dios es fiel. Él no nos negará su promesa ni nos fallará. Él completará su obra de santificación en nosotros si nos apoyamos en Él. Nuestro esfuerzo por obedecer los mandamientos de Dios no son batallas construidas sobre ligeras posibilidades de ir al cielo. Mientras nos esforzamos por obedecer a Dios, podemos confiar en el poder de Dios, que opera constantemente en nosotros para nuestra salvación.

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