Contexto

Pablo declaró en el capítulo 6 que los creyentes que han sido bautizados en Cristo Jesús han sido liberados del pecado. En el versículo 14, explicó que el pecado no tendría dominio sobre ellos porque no están bajo la Ley sino bajo la gracia. En el presente capítulo, Pablo retoma el tema de la Ley y examina las luchas desesperadas del pecador que está bajo la Ley.

Versículo clave

(7:24)

¿Sabía usted que...?

Esquema

  • Estar libres de la Ley
  • El engaño del pecado a través de la Ley
  • El poder del pecado sobre el pecador

Análisis general

  • 1.

    ¿Qué entidades se personifican en este capítulo?

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    El pecado (7:5, 8, 9, 11, 13, 17, 20); el mal (7:21); otra ley (7:23).

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  • 2.

    Note los diferentes usos y significados de la palabra “ley” en este pasaje.

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    La palabra “ley” se usa en este pasaje principalmente para referirse a la Ley de Dios (v. 25), que incluye los mandamientos (vv. 3, 4, 7). Sin embargo, en el versículo 21, “esta ley” parece denotar un principio de guía. El versículo 23 resalta este significado aún más claramente, hablando de “ley” como una forma de poder, es decir, la ley del pecado lucha contra la ley de la mente.

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Análisis del segmento

  • 7:1–6

    1.

    ¿Cuál es el punto de la analogía que hace Pablo en 7:1-3?

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    La ley se enseñorea del hombre sólo cuando éste vive. La única forma de liberarse de la ley es morir a la ley. Por medio de Cristo, hemos muerto a la ley y hemos sido liberados (vv. 4, 6). Otra parte de la analogía es que tras la muerte del marido, la mujer es libre de esa ley, de tal manera que puede unirse a otro marido. De la misma manera, una vez que hemos sido liberados de la ley, ahora pertenecemos a Dios y llevamos fruto para Él (v. 4).

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  • 2.

    ¿Qué quiere decir Pablo con vivir en la carne en el versículo 5?  

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    Según el contexto, vivir en la carne significa obedecer las pasiones pecaminosas de la carne (Ro 7:5, 8:5-8).

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  • 3.

    ¿Qué nos permitió liberarnos de la Ley?

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    Hemos muerto a la Ley mediante el cuerpo de Cristo (Ro 7:4). El Señor Jesús cargó con nuestros pecados en su cuerpo y ofreció su propio cuerpo para santificarnos y reconciliarnos con Dios (1 Pe 2:24; Heb 10:10; Col 1:21-22). Por consiguiente, cuando somos bautizados en Cristo, nos unimos a Cristo en su muerte, para que el cuerpo del pecado sea destruido. También somos liberados del pecado y de la muerte que solían dominarnos (Ro 6:3-8).

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  • 4.

    ¿Ser liberados de la Ley significa que no necesitamos obedecer la Ley?

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    Pablo ha declarado definitivamente que no invalidamos la Ley por medio del evangelio. Más bien, confirmamos la Ley (Ro 3:31). También respondió con firmeza en forma negativa a la pregunta “¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia?” (6:15). En el último versículo del presente capítulo, Pablo menciona además el servir a la ley de Dios en una luz positiva (7:25). Por lo tanto, ser liberado de la Ley no es volverse sin Ley, sino ser libre de la condenación que la Ley trae debido a los abrumadores deseos pecaminosos dentro de nosotros. Significa servir a Dios bajo el régimen nuevo del Espíritu (7:6). Aún se espera que nosotros, como cristianos, cumplamos los mandamientos de Dios (cf. 1 Co 7:19)(1 Jn 2:3, 4, 3:22, 24, 5:2-3)(2 Jn 1:6; Ap 14:12).

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  • 5a.

    Explique la frase “servir bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra” (v. 6).

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    Vimos el contraste entre el Espíritu y la regla escrita (o letra) anteriormente en Romanos. Ser judío según la letra significa obedecer la Ley de Dios solo de manera superficial, mientras que ser judío por el Espíritu significa obedecer la Ley de Dios de corazón (Ro 2:27-29). De manera similar, en la segunda carta a los Corintios, Pablo escribe sobre el contraste entre el Espíritu y la letra como la diferencia entre la Ley que fue escrita en tablas de piedras y la obra del Espíritu de Dios en tablas de carne del corazón (2 Co 3:3-6). Estas referencias cruzadas nos ayudan a comprender que ser liberados de la Ley conduce a una forma de vida que obedece a Dios de corazón a través de la ayuda del Espíritu Santo, en lugar de simplemente tener una apariencia de obediencia mientras es controlado por el pecado interiormente.

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  • 5b.

    Cite ejemplos de la vida real de servir bajo el régimen viejo versus el régimen nuevo.

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    (La respuesta está vacía)
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  • 7:7–12

    6.

    Note el uso predominante de la primera persona “yo” en este pasaje. ¿Pablo está hablando de sus luchas personales? Justifique su respuesta.

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    Las pistas del pasaje indican que aunque Pablo habla en primera persona, no está escribiendo simplemente sobre su propia experiencia. Por ejemplo, en Romanos 7:9 dice, “Y yo sin la Ley vivía en un tiempo; pero al venir el mandamiento, el pecado revivió y yo morí”. Pablo fue criado y preparado como uno de los más estrictos adherentes a la Ley (Flp 3:4-6). En su vida nunca estuvo sin la ley. Aunque escribe sobre sus luchas internas en tiempo presente, su llanto impotente por estar atrapado en el cuerpo de la muerte no alude a su condición actual como creyente en Cristo (Ro 7:24-25). Como se explica en el capítulo 6, el que se ha unido a Cristo en el bautismo ha muerto al pecado, y el efecto del bautismo es la destrucción del cuerpo del pecado (Ro 6:3-11). Por lo tanto, mientras Pablo habla de su propia experiencia, está hablando colectivamente de todos los seres humanos que viven bajo la esclavitud de la Ley.

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  • 7.

    ¿Cuál es la función de la Ley?

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    La Ley nos hace conscientes del pecado (Ro 7:7; cf. Ro 3:19-20).

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  • 8.

    ¿Por qué la Ley y los mandamientos, que son buenos y santos, se convierten en muerte (v. 10)?

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    La Ley es espiritual, pero nosotros somos carnales, vendidos al pecado (7:14). Tenemos el deseo de hacer el bien, pero no la capacidad de hacerlo (v. 18). En cambio, continuamos haciendo el mal que no queremos (v. 19). Como resultado, somos condenados por la Ley y la Ley se convierte en muerte para nosotros aunque era para vida (v. 10).

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  • 9.

    ¿Cuándo uno es vendido al pecado (v. 14)?

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    La palabra griega para “vendido” se usa aquí en tiempo perfecto, lo que indica el estado presente que resulta de alguna acción pasada. En otras palabras, fuimos vendidos en un momento del pasado. Romanos 5:12 nos dice que el pecado entró en el mundo por medio de un hombre. Además, una sola transgresión llevó a la condenación de todos los hombres y, por la desobediencia de un solo hombre, muchos fueron constituidos pecadores (5:18-19). Podemos inferir, entonces, que toda la raza humana fue vendida al pecado cuando el primer hombre desobedeció a Dios. El hecho de que todos pecaron y la muerte es el destino de todos confirma esta verdad (5:12).

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  • 10.

    ¿Cómo las descripciones que aparecen en este segmento reflejan un retrato vívido de la condición universal humana?

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    Con alta frecuencia sabemos lo que es correcto y bueno y queremos hacer lo que es correcto y bueno. Pero sucumbimos a nuestros deseos y hacemos lo que es malo. Por eso prevalecen las adicciones. Como dijo nuestro Señor Jesús: “El Espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” (Mt 26:41). Pablo se hace eco de esta realidad: “Yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, pero con la carne, a la ley del pecado” (Ro 7:25). Una persona que no está en Cristo no puede romper con este patrón porque está bajo el dominio del pecado.

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  • 11.

    ¿Este segmento enseña que un pecador no es en realidad responsable de sus acciones? Explique el punto general de Pablo.

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    Es importante no sacar este pasaje de su contexto y usarlo como una excusa de que realmente no tenemos más remedio que seguir pecando. Sí, la raza humana no tendrá esperanza si tratamos de justificarnos ante Dios guardando la Ley (cf. Ro 3:20). Por esta razón, Dios envió a su Hijo como propiciación. Mediante la redención que es en Cristo Jesús, somos justificados gratuitamente por la gracia de Dios (Ro 3:21-25). Si ponemos nuestra confianza en el Señor Jesús y nos unimos a su muerte y resurrección a través del bautismo, seremos liberados del pecado. Por lo tanto, ya no somos víctimas impotentes sin opción alguna. Tenemos la opción de entregar nuestras vidas al Señor. Podemos dar gracias a Dios junto con Pablo y declarar que por medio de Jesucristo nuestro Señor podemos ser librados del cuerpo de la muerte (Ro 7:24-25).

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  • 12.

    ¿Cómo usaría las palabras de este pasaje como una forma de compartir el evangelio con alguien?

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    Todos los esfuerzos por ganarnos nuestro camino al cielo son inútiles. Es posible que nos mostremos externamente piadosos o realicemos algunas obras de caridad. Pero todos hemos sido esclavos del pecado. Ante Dios, todos nuestros malos pensamientos, nuestras palabras y acciones ocultas quedan al descubierto. Estamos condenados ante Dios. Pero Dios nos ha dado a su Hijo, quien nos amó y murió por nosotros cuando aún éramos pecadores. A través de Él, nuestros pecados son perdonados y podemos dar buenos frutos a Dios en nuestras vidas. Jesucristo es la respuesta a los poderes mortales del pecado.

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  • 13.

    ¿Cómo por Jesucristo nuestro Señor somos liberados de la miseria descrita aquí (v. 25)?

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    Podemos considerar que la liberación por medio de nuestro Señor Jesucristo consta de dos aspectos.

    El primer aspecto es que somos perdonados de nuestros pecados a causa de su sacrificio personal en la cruz. Mediante la redención por su sangre somos justificados gratuitamente (Ro 3:24-25). Este perdón de pecados ocurre durante el bautismo, a través del cual la sangre de Jesucristo lava nuestros pecados (Hch 2:38, 22:16). Cuando somos bautizados en Cristo, también somos bautizados en su muerte y unidos con Él en la semejanza de su muerte. Como consecuencia, nuestro cuerpo del pecado es destruido y podemos andar en vida nueva tal como Cristo resucitó de entre los muertos (Ro 6:1-11).

    El segundo aspecto es que en Cristo Jesús podemos ser más que vencedores en la vida. Podemos andar según el Espíritu y estar firmes en medio de las tribulaciones. Para los que están en Cristo Jesús, ya no hay condenación (Ro 8:1). Este será el tema del próximo capítulo de Romanos.

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