Contexto

Después de su resurrección, Jesús se le apareció primero a María. Luego se les apareció dos veces a los discípulos mientras ellos estaban a puertas cerradas, la segunda vez especialmente para beneficio de Tomás. El capítulo 21, el epílogo del Evangelio, registra otra aparición de Jesús a los discípulos. El contexto ahora es el Mar de Tiberias, a donde los discípulos fueron a pescar. Luego de trabajar durante toda la noche sin pescar nada, Jesús manifiesta su poder y les da una pesca milagrosa. En esta ocasión, el Señor Jesús le confía a Pedro la importante comisión pastoral y renueva el compromiso de Pedro de seguir al Señor.

Versículo clave

(21:18-19)

¿Sabía usted que...?

1. Mar de Tiberias (21:1): el otro nombre del Mar de Galilea (Jn 6:1).

2. Se ciñó (21:7): de este verbo podemos inferir que Pedro probablemente se puso un cinturón alrededor de su ropa para poder nadar hacia la orilla.

3. Doscientos codos (21:8): aproximadamente 92 metros.

Esquema

Análisis general

  • 1.

    Compare esta historia con Lucas 5:1–11. ¿Qué similitudes y diferencias ve?

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    En ambas historias los discípulos trabajaron toda la noche pero no pescaron nada. Sin embargo, a las instrucciones de Jesús, echaron las redes y atraparon una gran cantidad de peces. En Lucas 5, los discípulos lo dejaron todo y siguieron a Jesús luego del milagro. En Juan 21, el Señor Jesús mandó que Pedro lo siguiera luego del milagro. En ambas historias también leemos una especie de realización repentina (Lc 5:8, 9 y Jn 21:7).

    En cuanto a diferencias, en Lucas 5 leemos que los discípulos dejaron sus profesiones como pescadores y siguieron al Señor Jesús. En Juan 21, aquellos que ya habían estado siguiendo al Señor se fueron a pescar.

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Análisis del segmento

  • 21:1–14

    1.

    ¿Qué sentimientos piensa que hay en el versículo 3?

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    Con “Voy a pescar”, Simón Pedro vuelve nuestra atención a la expedición de la pesca. Como lectores, esperamos algún resultado de esta empresa. Al mismo tiempo, parece que ninguno de los discípulos tenía un claro sentido de propósito. Simplemente siguieron a Pedro cuando éste les comunicó su plan. El resultado de su esfuerzo grupal fue desalentador. El hecho de que había pescadores con experiencia entre ellos no ayudó a la situación. Incluso esta tarea que creían que podían llevar a cabo resultó infructífera.

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  • 2.

    Según su opinión, ¿qué hizo que el discípulo a quien Jesús amaba se diera cuenta de que era el Señor? ¿Qué le dice esto sobre él?

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    La pesca milagrosa que resultó de las instrucciones de Jesús debió haber sido lo que hizo que el discípulo se diera cuenta de que el que hablaba era el Señor. El hecho de que haya reconocido al Señor tan rápido y ser el primero en hacerlo es una señal de que conocía íntimamente al Señor y que la gracia del Señor había hecho una profunda impresión en su corazón. Además, la resurrección del Señor debió haber significado tanto para él (cf. Jn 20:8) que lo ayudó a reconocer fácilmente al Señor esta vez.

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  • 3.

    ¿Cuál es el punto del comentario del versículo 11?

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    El comentario de que la red no se rompió subraya la grandeza del milagro. El Señor Jesús no sólo les dio una gran pesca, sino que también hizo que la red aguantara.

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  • 4.

    ¿Por qué crees que los discípulos no se atrevieron a preguntarle a Jesús quién era?

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    El pasaje en sí no explica la razón de la timidez de los discípulos en presencia de Jesús. Su comportamiento es un contraste agudo de la reacción que tuvieron cuando vieron por primera vez al Señor resucitado (cf. Jn 20:20). Si lo que los discípulos estaban haciendo era reanudar una ocupación que habían dejado atrás, es posible que se sintieran avergonzados de lo que estaban haciendo. Pero también podría ser que a los discípulos les resultaba difícil comprender el hecho de que el que acababa de realizar el milagro fuera su Señor resucitado y que encima les estaba preparando el desayuno. Estas pueden ser las razones por las que no sabían si preguntarle a Jesús quién era Él.

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  • 5.

    ¿Qué aprendió del Señor Jesús a partir de lo que dijo e hizo en este segmento?

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    El Señor Jesús no se les apareció a los discípulos sólo para darles una buena pesca, sino que tenía un propósito superior. Le tenía una comisión importante a Pedro, que tenía que ver con el bienestar espiritual de los creyentes. Sin embargo, no pasó por alto las necesidades físicas y emocionales de los discípulos. Él no vino a ellos como un temible capataz, sino como alguien que se preocupaba de que luego de trabajar toda la noche en vano en el mar, ellos no tuvieran nada para comer. Él ejemplificó el pastor amoroso que quería que fuera Pedro.

    A veces, en nuestro afán de ver que se cumpla la obra de Dios o de ver algún cambio positivo en otros, podríamos olvidar de fijarnos en las necesidades de otras personas y suplirlas. Cuando acompañamos a alguien que está pasando por un momento difícil, nuestras obras de amor pueden ser mucho más necesarias y más alentadoras que sermonear o regañar a esa persona.

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  • 21:15–19

    6a.

    ¿Por qué el Señor Jesús le preguntó a Pedro si lo amaba?

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    Cuidar de las ovejas del Señor es algo que se hace por amor al Señor, quien es el Príncipe de los pastores (cf. 1 P 5:4). Amar al Señor, entonces, es la motivación básica para amar a su rebaño.

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  • 6b.

    ¿Por qué Jesús repitió la pregunta y el mandato tres veces?

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    Las repetidas preguntas del Señor fueron profundamente penetrantes, tanto que Pedro se entristeció (v. 17). Sirvieron para hacer reflexionar a Pedro sobre la importancia de la comisión que el Señor le estaba confiando y sobre su compromiso con esta causa. El Señor se preocupa por su rebaño y necesita pastores que puedan pastorear y apacentar a sus corderos. Pero ser un pastor en el nombre del Señor no es una tarea fácil; requiere mucha atención, paciencia y sacrificio. Para hacer este trabajo, uno necesita tener un incesante amor por el Señor y tener en mente constantemente la importancia de esta labor. Las repeticiones subrayan la solemnidad de esta tarea.

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  • 7.

    ¿Qué significa apacentar o pastorear las ovejas del Señor?

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    Apacentar y pastorear las ovejas del Señor significa cuidar del bienestar espiritual de los creyentes. Esto incluye enseñarles a guardar la palabra del Señor (cf. Mt 28:20; Hch 20:27, 32; Ez 37:24), protegerlos de las doctrinas falstas (cf. Hch 20:29–31), buscar a los que se han perdido (cf. Ez 34:11, 12, 16; Lc 15:4–6; Gl 6:1) y guiar al rebaño a través del ejemplo (cf. 1 P 5:3).

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  • 8.

    ¿Qué cualidades escenciales se requieren para cuidar de las ovejas del Señor?

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    Los requisitos para ser un obispo son los requisitos para se un pastor espiritual, ya que el deber de un obispo es pastorear el rebaño de Dios (Hch 20:28, 1 P 5:2). Un obispo debe ser irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, que no sea dado al vino ni amigo de peleas, que no sea codicioso de ganacias dishonestas, sino amable, apacible, no avaro, que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad, que no sea un neófito, que tenga buen testimonio de los de afuera (1 Ti 3:2–7; Tit 1:6–9).

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  • 9.

    ¿Por qué es importante recordar que las ovejas y los corderos que cuidamos son del Señor?

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    Nuestro Señor Jesús ama a sus ovejas y murió por ellas. Cuando recordamos cuán precioso es para Él el rebaño que cuidamos, haremos todo lo necesario para cuidarlo porque lo estamos haciendo por Él. Como pastores, le rendimos cuentas al Señor. Amar a sus ovejas y cuidar de ellas es amar al Señor (Jn 21:15–17; cf. Mt 25:40; 1 Co 8:9–13; 1 Jn 4:20, 21).

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  • 10a.

    ¿Qué diferencia hay en el tono de “tú sabes que te quiero” (15–17) y “mi vida daré por ti” (Jn 13:37)?

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    Cuando Pedro dijo: “Mi vida daré por ti”, aún no había pasado por la prueba. Habló con determinación y confianza, sin darse cuenta de sus debilidades y limitaciones. Luego de negar al Señor tres veces, ya no podía hablar más como un héroe, sino que sólo podía rendirse con humildad al conocimiento que Dios tenía de él. Aunque Pedro había fallado en mantener su voto ante el peligro, confiaba en que el Señor que lo todo lo sabe, sabía que él lo amaba de verdad en su corazón.

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  • 10b.

    ¿Qué lección podemos aprender de este cambio de actitud?

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    Si amamos al Señor de verdad en nuestros corazones, el Señor lo sabe, aunque no lo proclamemos en voz alta. La auto-confianza y la determinación nos pueden hacer avanzar, pero la gracia del Señor es lo que nos llevará hasta el final. El Señor sabe lo que hay en nuestros corazones y cuáles son nuestras limitaciones, y nos ayudará si venimos ante Él con humildad y sinceridad mientras hacemos lo mejor que podemos para servirlo. Caminar de cerca con el Señor y confiar en Él con todo nuestro ser nos permitirá cumplir fielmente su comisión.

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  • 11.

    ¿Qué tiene que ver la predicción de lo que le sucederá a Pedro cuado sea viejo con lo que el Señor le estaba confiando?

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    La comisión del Señor demandaba que Pedro ya no viviera por sí mismo sino por el Señor. Como pastor del rebaño del Señor, él tendría que rendirse completamente a la voluntad del Señor, incluso si esto significa que tendría que sufrir persecuciones de los hombres.

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  • 12.

    La muerte de Pedro le traería gloria a Dios. ¿Qué revela esto sobre los sufrimientos que nos sobrevendrían?

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    Como creyentes de Cristo, nuestros sufrimientos no son en vano. Cuando sufrimos según la voluntad de Dios (en vez de sufrir por hacer el mal), estamos glorificando a Dios (1 P 2:11, 12; 4:12–16). Por lo tanto, no debemos considerar a los sufrimientos como una maldición, sino aceptarlos como si vinieran de la mano de Dios (Heb 12:5–11).

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  • 13.

    ¿Qué aprendió de este pasaje respecto a seguir al Señor Jesús?

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    Seguir a Cristo no sólo significa experimentar providencias milagrosas o recibir las cosas buenas que pedimos, sino también participar en los sufrimientos de Jesús según el ejemplo que nos dejó. Como seguidores de Cristo, no debemos permitir que nuestras vidas giren alrededor de nosotros mismos. Debemos amar al Señor, ponerlo primero, hacer su voluntad y cuidar de sus ovejas. Esto requiere humildad, dedicación, paciencia  y resistencia. Para alcanzar este objetivo, no podemos confiar sólo en nuestro compromiso de la manera en que Pdero prometió seguir a Jesús hasta la muerte (cf. Jn 13:37), sino que necesitamos poner nuestra confianza en el Señor quien conoce nuestros corazones y nos suple de la fuerza que necesitamos.

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  • 21:20–23

    14.

    ¿Qué le enseñó Jesús aquí a Pedro sobre el discipulado?

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    El Señor puede tener diferentes planes para cada discípulo, pero cada uno de los seguidores de Cristo es personalmente responsable de su fe ante el Señor. No debemos comparar lo que nos sucede a nosotros con los demás. Independientemente del propósito específico que Dios nos haya asignado, el llamado de todos los cristianos es el mismo: seguir al Señor Jesús hasta el final. Si nos enfocamos en Cristo y en la voluntad que tiene para con nosotros, entonces no nos jactaríamos de las cosas buenas que hemos recibido ni nos quejaríamos de las tribulaciones que aparentemente los otros no tienen que soportar. Simplemente cargaríamos con fidelidad nuestra cruz cada día y seguiríamos al Señor (Lc. 9:23).

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  • 21:24–25

    15.

    ¿Por qué es importante el testimonio del discípulo para este libro?

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    Dado que el Evangelio fue escrito esencialmente como un llamado a la fe (Jn 20:31), el autor pone énfasis especialmente en el testimonio creíble de lo que Jesús enseñó e hizo. La fe debe descansar en algo que sea verdadero, y un testimonio confiable da peso a las verdades escritas en el libro.

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