Contexto

En la lección anterior, estudiamos la relación inarmónica entre José y sus hermanos. El pasaje continúa mostrando cómo los hermanos conspiraron contra José y finalmente lo vendieron. De la última parte de este pasaje, podemos aprender cómo la protección y el plan de Dios están evidentemente entretejidos en los desafíos y contratiempos de la vida de José.

Versículo clave

(37:19-20)

¿Sabía usted que...?

  1. Siquem (37:12) es la moderna Nablus, en la llanura de Mukna, que pertenecía a Jacob en parte por compra (Gn 33:19) y en parte por conquista (Gn 34:27). [ref]
  2. El valle del Hebrón (37:14) dista unas sesenta millas de Siquem, unos tres o cuatro días de caminata. [ref]
  3. Dotán (37:17) o el actual Tel Dotan, está veinte millas más al norte, otro día de caminata. [ref]
  4. “El soñador” (37:19): En hebreo, la expresión puede traducirse literalmente como “el gobernador de los sueños” o “el maestro de los sueños”.
  5. Cisterna (37:24) era un receptáculo natural o excavado para recoger agua de lluvia. [ref]  El libro del profeta Jeremías nos da un ejemplo de cómo los enemigos del profeta lo encerraron en una cisterna, esperando que muriera de hambre (Jer 38:9).
  6. Ismaelitas – Madianitas (37:25, 28, 36): Los términos “Ismaelitas” y “Madianitas” se superponen en Gn 37, indicando que ambos eran el mismo grupo (Gn 39:1). Madianitas era un término designado para un grupo de diferentes pueblos étnicos porque se menciona que vivían en diversas áreas como: el noroeste de Arabia, Sinaí, Canaán y Transjordania. [ref]  Además, el término “Madianitas” también se usó para referirse a los “Medanitas”. Los madianitas eran descendientes de Medán, hermano de Madián, ambos hijos de Abraham con Cetura (Gn 25:1-4). Así, los mercaderes árabes fueron llamados indistintamente ismaelitas (Gn 37:27), madianitas (Gn 37:28) y medanitas (Gn 37:36). Unidos por su ocupación similar como comerciantes ambulantes, el uso intercambiable de ambos términos en Gn 37 indica que los dueños de la caravana eran ismaelitas y la compañía que la acompañaba era madianitas o medanitas. [ref]
  7. Aromas (37:25) era la goma tragacanto de Siria o estoraque, la exudación resinosa del styrax officinale, que abunda en Palestina y Oriente. [ref]  En hebreo, la palabra “aromas” proviene del verbo “partir, moler”, que significa golpear, romper en pedazos. Así, el resultado de la pulverización era un polvo aromático.
  8. Bálsamo (37:25) fue mencionado como uno de los frutos más preciados de Canaán (Gn 43:11). La palabra “bálsamo” se deriva del verbo hebreo “fluir, correr” o literalmente “desbordar, gotear”. El bálsamo mencionado en Gn 37 era destilado de un árbol o de frutos que crecían en Galaad, [ref]  y muy reconocido por sus propiedades curativas (Jer 8:22, 46:11).
  9. Mirra (37:25) puede denominarse ládano, una goma odorífera que se forma sobre las hojas de la cistus, un arbusto que crece en Arabia, Siria y Palestina. [ref]
  10. “Que llevaban a Egipto” (37:25): En ese momento, la tierra de los faraones era la nación principal de comercios importantes para las mercancías del mundo. [ref]
  11. “¿Qué vamos a ganar?” (37:26): En hebreo, el término “ganar” a menudo tiene la connotación negativa de avaricia o ganancias deshonestas (Ex 18:21; Pr 15:27).
  12. Veinte piezas de plata (37:28): A principios del segundo milenio, el típico precio de venta de un esclavo era veinte siclos de plata. [ref]  Además, el libro de Levítico describe que veinte siclos eran las ofrendas de valor de un joven de entre cinco y veinte años de edad (Lv 27:5).
  13. Alguna mala bestia (37:33): Uno de los riesgos de ser un pastor y un viajero en el desierto era encontrarse con una bestia salvaje (Lv 26:6; Ez 14:15, 21).
  14. “Guardó luto durante muchos días” (37:34): En hebreo, el término “luto” generalmente describe el luto por los muertos, que a menudo va acompañado de manifestaciones emocionales y físicas, como llorar, ayunar, usar cilicio, quitarse los cosméticos, amontonar lodo y ceniza, y rasgar las vestiduras (2 Sam 14:2; Neh 1:4; Est 4:3; Jer 6:26; Ez 24:17). Habitualmente, se designaba un período de luto (Gn 27:41, 50:4; Dt 34:8), pero de las palabras de Jacob sabemos que su dolor no tenía fin hasta su muerte.
  15. Sepulcro (NVI) (37:35): En hebreo, la palabra es “Seol”, que literalmente puede traducirse como “bajar” o “hundirse”. La palabra hebrea “Seol” significa el lugar hueco, el lugar de los espíritus que partieron o el mundo invisible (Griego-Septuaginta: Hades) (2 Sam 12:23).
  16. Potifar (37:36) en lengua egipcia significa literalmente “el dado o enviado por Ra (el dios del Sol)”. [ref]
  17. Oficial del Faraón (37:36): La frase en griego-Septuaginta puede traducirse literalmente como “un eunuco del Faraón”. Además, la palabra “oficial” en hebreo puede usarse indistintamente con la palabra “eunuco” (Is 56:3, 4; Est 2:3, 14, 15, 4:5).
  18. Capitán de la guardia (37:36): En hebreo, la expresión puede traducirse literalmente como “un capitán de los matarifes reales” o “un jefe de los verdugos”. Un título similar al “capitán de la guardia” con autoridad para operaciones policiales de carácter militar también se lo identifica en las Escrituras con el babilonio Nabuzaradán (2 Re 25:8; Jer 39:9) y Arioc (Dn 2:14).

Esquema

  • El soñador fue en busca a sus hermanos
  • Los hermanos conspiraron contra José
  • Los hermanos vendieron a José a los ismaelitas
  • Los hermanos engañaron a Jacob

Análisis general

  • 1a.

    ¿Cómo “el quitarle a José la túnica de diversos colores” afectó a la vida de José, a la de sus hermanos y a la de Jacob? ¿Y cuáles son las enseñanzas que podemos aprender de ellos? La vida de José;

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    Cuando José llegó a Dotán para encontrarse con sus hermanos, los hermanos le quitaron a José su túnica, lo agarraron y lo echaron en la cisterna (Gn 37:23-24). Más tarde, los hermanos lo vendieron como esclavo (Gn 37:28). El despojo de la túnica de José transformó la vida de José de un hijo favorecido en el hogar a un esclavo en una nación extranjera. En casa, la túnica de diversos colores era la representación de la zona de confort, la protección y el estatus de honor de José como hijo predilecto. Pero ahora, en la cisterna y sin su túnica, José había perdido su sentido de protección, su comodidad y lo más importante, su estatus de honor. Ahora, José era vulnerable y ya no podía confiar en la protección de su padre.

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  • 1b.

    La enseñanza que podemos aprender de la vida afectada de José;

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    Una vez que José fue quitado de su túnica, echado en la cisterna y vendido como esclavo, debió haber sentido que su sueño se había convertido en una pesadilla. En ese momento, José no se había dado cuenta del propósito de Dios en su vida. De manera similar, cuando tenemos un bajón en nuestra vida, es probable que sintamos lo que José experimentó. En tal situación, podemos reflexionar sobre lo que explicó el autor del libro de Job: “¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?” (Job 2:10). El autor del libro de Job describió cómo Job, el hombre de Dios, sufrió una y otra vez una serie de grandes calamidades en su vida. Sin embargo, a pesar de todo, Job no pecó ni atribuyó a Dios despropósito alguno (Job 1:22). En otras palabras, cuando Job estaba en su declive, no solo aceptó su mala suerte, sino que también defendió su fidelidad a Dios. Por lo tanto, no debemos desanimarnos incluso en las adversidades. De lo contrario, debemos permanecer fieles porque el Señor seguirá estando con nosotros, en las buenas y en las malas.

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  • 1c.

    La vida de los hermanos de José;

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    Por un lado, la túnica de José de diversos colores resultó ser un estorbo para los hermanos de José. Aunque los hermanos nacieron antes que José, no pudieron superar el hecho de que José era muy favorecido por su padre Jacob (Gn 37:3). La túnica de diversos colores era como una llaga en sus ojos, recordándoles lo desfavorecidos que eran a los ojos de su padre Jacob. Incluso en la ausencia de José, Jacob dijo frente a sus otros hijos: “Es la túnica de mi hijo” (Gn 37:33), enfatizando indirectamente el estatus de José como el hijo reconocido y sin tener en cuenta los sentimientos heridos de los otros hijos. Por otro lado, la túnica de diversos colores de José sirvió como testigo y testimonio de la maldad de los hermanos. Después de que los hermanos echaron a José a la cisterna (Gn 37:24), tiñeron la túnica con la sangre de un cabrito, como si José hubiera sido despedazado por una bestia (Gn 37:31-32). La túnica teñida de sangre se convirtió en una prueba de la mentira de los hermanos hacia su padre Jacob, y en el malvado plan contra su hermano José.

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  • 1d.

    La enseñanza que podemos aprender de la vida afectada de los hermanos;

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    Las acciones de los hermanos de José nos sirven de advertencia. Cada una de nuestras acciones, nos demos cuenta o no, tendrá un gran impacto en otras personas. En el ejemplo de Gn 37, al teñir la túnica de José con la sangre de un cabrito, los hermanos habían herido mucho los sentimientos de su padre. Cuando le mintieron a su padre Jacob, no esperaron que el dolor de Jacob fuera inconsolable (Gn 37:35). En otras palabras, si su padre Jacob hubiera muerto con el corazón roto, los hermanos habrían sido considerados responsables de la muerte de su padre. Además, en el ejemplo de Gn 42, al ignorar la súplica de José dentro de la cisterna y “la angustia de su alma” (Gn 42:21), los hermanos habían lastimado, aterrorizado el alma de José y desgarrado su corazón. La acción de los hermanos reflejó su egoísmo e indiferencia hacia José, quien era su propia carne y sangre.

    Los hermanos tiñeron la túnica con sangre para su propio beneficio. Querían encubrir su malvado plan contra José y dejar que su padre siguiera creyendo que José había sido despedazado por una bestia salvaje. Con el fin de satisfacer sus propios intereses y al querer vengarse del soñador, los hermanos actuaron sin corazón y vendieron a su propio hermano pequeño. Asimismo, en la carta a los filipenses, el apóstol Pablo exhortó a los creyentes a que nada se debe hacer por rivalidad o vanidad, sino que con humildad de espíritu se debe estimar a los demás como superiores a uno mismo. Además, uno debe buscar no solo sus propios provechos, sino también los provechos de los demás (Flp 2:3-4). Así, del ejemplo de los hermanos de José y de la amonestación del apóstol Pablo, aprendemos que las decisiones que tomamos basadas en nuestro propio interés o engreimiento, ya sea en el hogar, en el trabajo o en la iglesia, no solo harán daño a nuestra relación con los demás, sino también a los sentimientos de las personas que nos rodean.

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  • 1e.

    La vida de Jacob;

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    Cuando Jacob le puso la túnica de diversos colores a José, su hijo favorito, el propio orgullo de Jacob también se reflejó a través de la túnica adornada: el orgullo de tener un hijo en su vejez (Gn 37:3). Pero ese orgullo se desvaneció rápidamente cuando la túnica volvió a Jacob, empapada en sangre (Gn 37:31). El orgullo de Jacob se había convertido en una sensación de arrepentimiento y luto, deseando no haber enviado a su hijo favorito a su propia muerte. En las manos de Jacob, la túnica que solía traerle felicidad, se convirtió ahora en un diario recordatorio de angustia.

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  • 1f.

    La enseñanza que podemos aprender de la vida afectada de Jacob;

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    En angustia diaria, Jacob se lamentó mucho por su hijo José. Pero él no sabía que su hijo aún vivía. Esta fue la ironía de Jacob. Fue engañado por sus propios hijos. Este evento nos recuerda los actos previos de Jacob de engañar a su padre Isaac (Gn 27:24) y a su hermano Esaú (Gn 25:29-31). El que engañaba a otros ahora estaba siendo engañado por sus propios hijos. El autor del libro de Job nos recuerda: “Yo he visto cosechar iniquidad a quienes siembran injuria e iniquidad cultivan” (Job 4:8). Aquí, el mensaje del libro de Job y los ejemplos de Jacob nos sirven de lección hoy. Cosecharemos lo que hemos sembrado. En términos de familia, los niños van a comportarse de acuerdo a cómo se comportaron sus padres. Nuestros hijos aprenderán y seguirán nuestros pasos, ya sean malos o buenos. Por lo tanto, es fundamental estar atento a la forma en que nos comportamos, especialmente frente a nuestros hijos.

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Análisis del segmento

  • 37:12-17

    1a.

    Describa la fidelidad y la diligencia de José como hijo de Jacob.

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    La fidelidad y la diligencia de José se pudieron ver a través de sus acciones cuando su padre Jacob le pidió que buscara a sus hermanos. Aunque José sabía que sus hermanos lo odiaban, lo envidiaban y no podían hablarle pacíficamente (Gn 37:4, 8, 11), José escuchó la petición de su padre de buscarlos (Gn 37:13-14). El hecho de que los hermanos odiaban a José no significaba que José los descuidara. El libro de Génesis 37 explica aún más la diligencia de José en la búsqueda de sus hermanos. Jacob le dijo específicamente a José que fuera a Siquem por sus hermanos (Gn 37:14). Cuando José se enteró de que sus hermanos habían ido a Dotán (Gn 37:17), José podría haber regresado a casa y haber informado a su padre sobre el bienestar de ellos. Pero José dio un paso más allá, después de saber que sus hermanos habían ido a Dotán, José fue tras ellos y los encontró (Gn 37:17). José perseveró y decidió encontrarse personalmente con sus hermanos para saber de su bienestar.

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  • 1b.

    Compare y contraste la sinceridad de la diligencia de José para buscar a sus hermanos con la indiferencia del asalariado en la ilustración del Señor Jesús acerca del buen pastor en Juan 10.

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    Por un lado, aunque los hermanos de José lo odiaban, perseveró en buscarlos. José fue fiel en su tarea y no dejó de buscar hasta que los encontró y vio físicamente que estaban bien (Gn 37:16-17). Aunque el viaje era peligroso debido a los posibles encuentros con fieras (Gn 37:33), José estaba dispuesto a dar un paso más y arriesgar su vida para obedecer el mandato de su padre y buscar a sus hermanos.

    Por otro lado, la ilustración del Señor Jesús de un asalariado contrastaba fuertemente con lo que José había hecho con sus hermanos. El evangelio de Juan 10 describe el descuido del asalariado. Era indiferente hacia sus ovejas porque no las poseía (Jn 10:12). Además, el asalariado sólo se preocupaba por su seguridad. Cuando veía venir al lobo, el asalariado en lugar de quedarse para proteger a las ovejas, las dejaba y huía para salvar su vida (Jn 10:13). El asalariado, descrito por el evangelio de Juan, no solo era egoísta al pensar solo en su propia seguridad, sino también era apático y no mostraba preocupación por las ovejas. El asalariado no cumplió con su deber de proteger a las ovejas, tampoco fue fiel en su trabajo, y mucho menos dar un paso más.

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  • 1c.

    ¿Qué podemos aprender del contraste entre la sinceridad y diligencia de José con la duplicidad y negligencia del asalariado?

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    El contraste de la sinceridad de José con la duplicidad del asalariado nos sirve hoy como advertencia. Como obreros de Dios, no debemos comportarnos como asalariados que solo buscan el interés personal y solo realizan el trabajo como un simple deber que hacer. Debemos ser buenos pastores de Dios que aman a nuestros hermanos y hermanas con un corazón sincero. Cuando hay un problema entre manos, en lugar de entregárselo a otra persona, debemos estar dispuestos a ir al frente, asumir la culpa y ayudar a resolver el problema. Como verdaderos trabajadores de Dios, en lugar de evitar negligentemente los problemas que tenemos entre manos, debemos asumir toda la responsabilidad y cumplir con sinceridad el deber y los problemas relacionados.

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  • 2a.

    Compare la frase “Aquí estoy” de José con la del profeta Isaías en Is 6:8. ¿En qué se parecen?

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    Cuando Israel decidió enviar a José a buscar a sus hermanos en Siquem, José respondió diciendo: “Aquí estoy” (Gn 37:13). De manera similar, cuando el Señor le preguntó al profeta a quién debía enviar para ir delante de Él, el profeta respondió diciendo: “Heme aquí, envíame a mí” (Is 6:8). Ambas respuestas mostraron su sentido de comisión. José y el profeta Isaías respondieron activamente a la solicitud y tuvieron la iniciativa de realizar la solicitud necesaria.

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  • 2b.

    A partir de la frase “Aquí estoy”, ¿qué podemos aprender sobre el sentido de comisión que tenían José y el profeta Isaías?

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    De la frase de José y del profeta Isaías podemos aprender varias cosas. Primero, la obediencia a la comisión. Aunque la solicitud de Israel en Gn 37:12 y la solicitud del Señor en Is 6:8 fueron en forma de pregunta, la solicitud fue hecha por alguien con un estatus más alto que José y el profeta. Por lo tanto, se puede considerar la solicitud en sí misma como un comando. Además, el evangelio de Mateo nos muestra cómo el Señor Jesús anima a sus discípulos a orar al Señor para que envíe obreros a su mies (Mt 9:38). Por lo tanto, cuando el Señor tiene la intención de enviar a sus obreros a su mies, como sus obreros, debemos obedecer tal pedido.

    En segundo lugar, la iniciativa de responder a la urgencia de la comisión. En lugar de decirle a su padre que enviara a los siervos a buscar a sus hermanos, José mostró iniciativa para obedecer y seguir el mandato de su padre. Asimismo, el profeta Isaías no le dijo al Señor que buscara a otros siervos para hacer su voluntad, sino que voluntariamente se comprometió a ser enviado delante de Él. En el evangelio de Mateo, el Señor recuerda a sus discípulos y a los lectores que verdaderamente la mies es mucha pero los obreros pocos (Mt 9:37). Al escuchar estas palabras, debemos estar conmovidos de corazón, dándonos cuenta de que la mies del Señor es responsabilidad de los trabajadores, de nosotros, y no de otras personas. Por lo tanto, debemos tomar la iniciativa de responder de buena gana al llamado del Señor para trabajar por la cosecha.

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  • 37:18-24

    3a.

    ¿Cuál fue el plan de los hermanos cuando vieron a José de lejos? ¿Y por qué tuvieron ese plan?

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    Cuando los hermanos vieron a José de lejos, conspiraron contra él para matarlo (Gn 37:18). Tuvieron tal plan para ver si los sueños de José se harían realidad después de que lo hubieran matado (Gn 37:19-20). En otras palabras, idearon tal plan para burlarse de José y sus sueños. Los hermanos de José eran impíos. Al igual que Caín que mató a Abel en su ira (Gn 4:6-8), los hermanos de José habían matado a Siquem y a “todos los varones” de la ciudad en su ira y odio (Gn 34:7, 25-26, 31). Y ahora, estaban dispuestos a hacer lo que deseaban al conspirar para matar a José debido a su odio contra él.

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  • 3b.

    Compare la diferencia entre la mirada de los hermanos a José desde lejos con la mirada del padre al hijo pródigo desde lejos.

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    En Gn 37:18, cuando los hermanos vieron a José de lejos, antes que llegara cerca de ellos conspiraron contra él para matarlo. Todo el odio y la envidia se concentraron en la mirada con el intento de matarlo. Por otro lado, en el evangelio de Lc 15:20-24, la mirada del padre estaba llena de compasión, bondad, alegría y perdón. Aunque los hermanos en Gn 37 y el padre en Lc 15 tuvieron una acción contrastante, lo que contenía en sus corazones y el significado detrás de sus miradas eran completamente diferentes.

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  • 3c.

    ¿Qué aprendemos de la mirada de los hermanos hacia José y la mirada del padre hacia el hijo pródigo? Véase Mt 5:22, 7:3; Lc 15:20-24; Mt 6:14 y 1 Co 13:3.

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    Cuando los hermanos vieron a José, lo vieron con una mirada de juicio. Lo juzgaron sin piedad a causa de sus sueños y del favoritismo de su padre hacia él (Gn 37:3, 8). Una vez, el Señor Jesús nos amonestó, diciendo: “Cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio” (Mt 5:22). Además, el Señor Jesús continuó, preguntando: “¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” (Mt 7:3). En otras palabras, debemos abstenernos de condenar apresuradamente a otros, porque nosotros también somos culpables ante el Señor. Más bien, deberíamos dar el derecho de juzgar a Dios. El ejemplo de la mirada de los hermanos contra José nos advierte a no ser hipócritas que juzgan a los demás pero no se dan cuenta de las propias faltas.

    Por otro lado, el evangelio de Lucas describe la mirada del padre hacia su hijo pródigo. Cuando el padre vio a su hijo, el padre sintió compasión por él. El padre no solo se sintió gozoso, sino que también perdonó las ofensas del hijo y aceptó el arrepentimiento de su hijo (Lc 15:20-24). El Señor Jesús dijo una vez en el evangelio de Mateo que si nosotros perdonamos a los hombres sus ofensas, nuestro Padre celestial también nos perdonará a nosotros (Mt 6:14). Además, el apóstol Pablo recuerda a los corintios que si sacrificamos lo que tenemos y no tenemos amor, de nada nos sirve (1 Co 13:3). Por lo tanto, es inútil sacrificar nuestro ego para perdonar a alguien cuando nuestro corazón todavía está lleno de odio.

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  • 4a.

    Al ver la conexión entre el odio de los hermanos y su conspiración para matar a José, ¿qué podemos aprender sobre el peligro del odio y el resultado que puede desencadenar? Véase Mt 5:21-22.

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    El odio de los hermanos se acumuló al punto que se convirtió en una conspiración para matar. El ejemplo del odio de los hermanos y el resultado desencadenado nos sirve de advertencia. En el evangelio de Mateo, el Señor Jesús nos advierte que el que se enoja contra su hermano sin causa, correrá el peligro de juicio similar al del que asesina (Mt 5:21-22). Mientras que una ira acumulada da lugar al odio, un odio acumulado dará lugar al asesinato. Por lo tanto, el evangelio de Mateo nos recuerda que quien acumula su ira enfrentará el peligro del juicio del Señor.

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  • 4b.

    ¿Cómo las acciones de los hermanos de José en Gn 37:18-20 se consideraron como un acto en contra de la voluntad divina de Dios?

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    Las acciones de los hermanos hacia José en Gn 37:18-20 podrían ser consideradas como un acto en contra de la voluntad divina. Los ejemplos en las Escrituras muestran cómo las personas no tomaban a la ligera los sueños que recibieron. Las Escrituras revelan cómo Dios usaba frecuentemente sueños para comunicar su voluntad a su pueblo, como los sueños de su padre Jacob (Gn 28:12, 31:10), el sueño de su abuelo Labán (Gn 31:24) y el sueño de Abimelec, en tiempos de su bisabuelo Abraham (Gn 20:3-7).

    Por otro lado, las acciones de los hermanos de José mostraron cómo ellos tomaron a la ligera los sueños de José debido a su impiedad. Las obras a lo largo de sus vidas habían reflejado cómo los hermanos de José no temían a Dios. Por ejemplo, Simeón y Leví engañaron y mataron a la gente de Siquem (Gn 34:13-29), Rubén se acostó con su madrastra (Gn 35:22), Judá se casó con una cananea (Gn 38:2) y tomó una “ramera” (Gn 38:15-18). Los hermanos de José hicieron lo que quisieron y vivieron según su propio código de conducta. Por lo tanto, al escuchar a su hermano pequeño José, quien con entusiasmo afirmó a través de sus sueños que un día “reinaría” y “dominaría” sobre los hermanos (Gn 37:8), los hermanos de José estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para probar que José estaba equivocado, incluso hasta el punto de estar dispuestos a deshacerse de José de sus vidas conspirando “para matarlo” (Gn 37:18) y vendiéndolo finalmente “a los ismaelitas” (Gn 37:27). La impiedad de los hermanos de José había cegado sus ojos espirituales para ver que los sueños de José y su mensaje provenían ciertamente de Dios. A través de sus actos impíos contra José, los hermanos, sin darse cuenta y sin saberlo, se habían rebelado contra Dios, Aquel que le dio el mensaje divino a José.

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  • 4c.

    Compare las obras de los hermanos de José con la advertencia de Gamaliel en Hch 5:38-39. ¿Qué enseñanza podemos aprender de tal comparación?

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    Aunque los sueños de José eran de origen divino, los hermanos de José que no temían a Dios intentaron luchar contra su voluntad divina. Una vez, en el libro de los Hechos, el maestro de la ley, Gamaliel, advirtió a los judíos que se mantuvieran alejados de los apóstoles y los dejaran en paz. El maestro Gamaliel agregó, si la obra de los apóstoles fuera de los hombres, entonces se convertiría en nada. Pero si era de Dios, los judíos no podrían destruirla, no fuera que se encontraran luchando contra Dios (Hch 5:38-39).

    El ejemplo de los hermanos de José y la advertencia del maestro Gamaliel nos sirven hoy de lección. En la vida, ya sea en nuestra familia, en el trabajo o en la iglesia, podemos estar en desacuerdo con cierto resultado o ciertas reglas establecidas. Pero debemos recordar el consejo del maestro Gamaliel: Mientras que la obra de los hombres será vana, la obra de Dios llegará a buen término. Por lo tanto, no juzguemos apresuradamente ni estemos en desacuerdo con un cierto resultado o una cierta regla, sino que debemos observar hasta que el resultado pueda verse claro, si es inútil o si llega a buen término.

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  • 5.

    ¿Cómo pudo Rubén frustrar la conspiración de asesinato de los hermanos? ¿Y por qué los hermanos hicieron caso a las instrucciones de Rubén? Véase también Dt 21:17; Gn 25:23, 27:29; Gn 4:9, 9:6 y 2 Cr 21:3.

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    Rubén pudo frustrar la conspiración de asesinato de los hermanos contra José por varias razones. Primero, como hijo primogénito, Rubén tenía ciertos privilegios sobre el resto de los hermanos. Según las Escrituras, el hijo primogénito no solo recibe una “doble porción” (Dt 21:17), sino que también “será más fuerte que el otro” (Gn 25:23) y será “señor de [sus] hermanos” (Gn 27:29). Además, según el ejemplo del libro de Génesis, el hijo primogénito portaba la autoridad gobernante de su padre. Cuando Rubén ordenó a sus hermanos que no mataran a José y que no le pusieran las manos encima (Gn 37:21-22), lo hizo con la autoridad de un hijo primogénito de la familia, la voz gobernante de su padre y el señor de ellos. Segundo, Rubén amaba a su hermano pequeño José. El autor del libro de Génesis enfatizó que Rubén tenía la intención de “librar a [José] de las manos [de los hermanos]” y quiso “hacer [a José] volver a su padre” (Gn 37:22). Fue el amor de Rubén hacia José lo que le obligó a ejercer y confirmar su autoridad gobernante como hijo primogénito de no “ponerle las manos encima [de José]”.

    A pesar de que los hermanos solo se dijeron el uno al otro el plan de matar a José, Rubén escuchó su conspiración. Como hijo primogénito, instruyó rápidamente a sus hermanos para que no mataran a José y no derramaran sangre (Gn 37:21-22). Los hermanos hicieron caso a las palabras de Rubén porque la advertencia hizo eco de cómo Caín derramó la sangre de su hermano Abel (Gn 4:10). Y a causa del asesinato, el Señor maldijo a Caín de la tierra (Gn 4:11-12). Además, la advertencia de Rubén enfatizó el mandato previo del Señor con respecto al asesinato. Una vez, el Señor le ordenó a Noé que cualquiera que derramara la sangre de un hombre, por el hombre su sangre debería ser derramada, porque el Señor había enfatizado que el hombre fue hecho a imagen de Dios (Gn 9:6). Los hermanos de José prestaron atención a la advertencia de Rubén porque sabían que aquellos que deliberadamente derramaran la sangre de un hombre, tendrían que enfrentar el juicio de Dios.

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  • 6.

    En Gn 37:24-25, ¿cómo las acciones de los hermanos hacia José fueron consideradas despiadadas?

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    Las obras que los hermanos habían hecho a José fueron consideradas despiadadas. Después de que ellos quitaron a José su túnica, lo agarraron y lo echaron en una cisterna vacía. Además, el libro de Génesis narra cómo José rogaba con angustia a sus hermanos, mientras estaba en la cisterna. Pero los hermanos no sintieron culpa y se negaron a escuchar la angustia de su hermano (Gn 42:21). Aunque los hermanos decidieron no matar a José, no planearon dejarlo ir. Además, el corazón de los hermanos se había vuelto insensible y sin piedad. Mientras José suplicaba angustiado, los hermanos se sentaron a comer (Gn 37:24-25). El corazón de ellos estaba completamente despiadado por lo que dejaron a José sólo en la cisterna, muriendo de hambre.

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  • 37:25-28

    7a.

    Compare la acción de Judá en Gn 37:26-27 con la de Judas en Mt 26:15. ¿En qué se parecen los dos?

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    En el evangelio de Mateo, Judas Iscariote, uno de los apóstoles del Señor, estaba dispuesto a entregar a su maestro a los principales sacerdotes por treinta piezas de plata (Mt 26:14-15). El evangelio también enfatizó que Judas buscaba oportunidad para traicionar al Señor después de aceptar el trato de los principales sacerdotes (Mt 26:16). De manera similar, Judá estaba dispuesto a intercambiar su carne y su sangre por el beneficio de veinte piezas de plata (Gn 37:26-27). Después de que Judá alzó la vista y vio “una compañía de ismaelitas” (Gn 37:25-26), hizo la propuesta de vender a José (Gn 37:27).

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  • 7b.

    ¿Cómo sabemos que el hecho de vender a José a los mercaderes ismaelitas fue parte de la guía de Dios?

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    El hecho de vender a José a los mercaderes ismaelitas fue parte de la guía de Dios. Después de que los hermanos le quitaron a José su túnica y lo echaron en una cisterna (Gn 37:23-24), intentaron hacerlo morir de hambre. Pero sucedió que vieron a los mercaderes y decidieron vender a José. Fue a través de este hecho que José pudo llegar a Egipto. El autor del libro de Génesis registró cómo José fue vendido con el propósito de preservar la vida de Israel y de su familia. El Señor había enviado a José delante de su familia para que se convirtiera en el gobernador de toda la tierra de Egipto, para preservar su posteridad (Gn 45:5-8). Aunque los hermanos habían pensado hacerle mal a José, con el propósito de eliminarlo, Dios lo encaminó a bien, para mantener con vida a mucha gente, a Israel y a toda su casa (Gn 50:19-21).

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  • 8a.

    Rubén no pudo librar a José de las manos de los hermanos. ¿Cuál fue la ironía de sus planes y qué podemos aprender de este fracaso? La ausencia de su autoridad: Véase Gn 37:21, 25.

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    Mientras los hermanos comían y José moría de hambre en la cisterna, no se menciona a Rubén entre ellos (Gn 37:25). Se supone que Rubén fue quien quiso librar a José de las manos de los hermanos. Pero en la angustia de José (Gn 37:21), Rubén no estaba presente. Cuando Rubén tomó la decisión de librar a José, ya era demasiado tarde. Dado que los hermanos ya habían vendido a José a los mercaderes ismaelitas, Rubén rasgó sus vestidos, y lo único que le quedaba era lamentar por su propia vacilación y procrastinación.

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  • 8b.

    ¿Qué podemos aprender de la ausencia de Rubén? Véase Esd 10:4-5.

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    Rubén se demoró y dudó en librar a José de las manos de sus hermanos, ignorando su responsabilidad de hacer a José volver a su padre. La ausencia de Rubén entre los hermanos reveló su falta de urgencia para comprometerse con su responsabilidad como hijo primogénito. Una vez, el autor del libro de Esdras recordó al lector la importancia de cumplir con nuestra responsabilidad. El libro de Esdras describe cómo los israelitas se habían rebelado contra Dios al tomar esposas paganas. Aunque el profeta Esdras, los principales sacerdotes y los levitas no hicieron tal cosa, el profeta recordó a todo Israel que la transgresión era su responsabilidad (Esd 10:4-5). De manera similar, el ejemplo de Rubén y el ejemplo del profeta Esdras nos enseñan la consecuencia de evitar una responsabilidad y cómo uno debe aprender a asumir una responsabilidad por el bien mayor. Por ejemplo, en la iglesia, tendemos a evitar cierta responsabilidad por el bien de nuestra propia comodidad, especialmente si no somos directamente responsables del problema en cuestión. Pero aprender a asumir la responsabilidad por el bien mayor de los miembros significa ponernos como ejemplo para el resto de los miembros de la iglesia y mostrar nuestra fidelidad para servir a Dios más allá de los deberes que nos hayan asignado.

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  • 37:29-36

    9.

    ¿De qué manera la frase “¿adónde iré yo?” que Rubén dijo en Gn 37:30 reflejaba su sentimiento de temor y arrepentimiento?

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    La frase “¿adónde iré yo?” que Rubén dijo en Gn 37:30 reflejaba su sentimiento de temor y arrepentimiento. La frase “¿adónde iré yo?” mostraba el temor de Rubén de enfrentarse a su padre. Antes del incidente de José, Rubén ya había perdido su condición de primogénito por haber subido al lecho de su padre con Bilha (Gn 35:22, 49:4). Ahora, como hijo mayor de la familia, Rubén no tenía el coraje de enfrentarse a Jacob para contarle sobre el destino de José. La frase “¿adónde iré yo?” reflejaba su sentido de desesperación. Además, la frase también reflejaba el arrepentimiento de Rubén. Inicialmente Rubén planeó liberar a José y traerlo de regreso a Jacob. Pero fracasó a causa de su timidez para ejercer firmemente su instrucción y de su vacilación y demora para actuar con rapidez. Si solo fuera firme en su mando y pudiera ejecutar rápidamente su plan, entonces no necesitaría sentirse incómodo frente a su padre.

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  • 10a.

    ¿Cómo se pueden usar indistintamente los nombres “Jacob” e “Israel” en Génesis 37?

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    El nombre “Jacob” e “Israel” se usan indistintamente en el relato de José cuando se refiere a la persona. Al referirse a la genealogía, el relato usó el nombre “Jacob” (Gn 37:2). Luego usó el nombre “Israel” para referirse a la interacción de Jacob con su hijo José (Gn 37:3, 13). Al final del pasaje, el relato usó el nombre “Jacob” para describir la pena y el dolor de Jacob por la pérdida de José (Gn 37:34).

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  • 10b.

    ¿Qué podemos aprender del uso intercambiable de “Jacob” e “Israel”?

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    Del uso intercambiable de “Jacob” e “Israel”, podemos aprender sobre la debilidad personal y la lucha espiritual de uno. Aunque el nombre “Jacob” significa “uno que agarra con la mano el talón” (Gn 25:26) o “suplanta” (Gn 27:36) y el nombre “Israel” significa “luchador con Dios” (Gn 32:28), no significa necesariamente que el nombre “Jacob” sólo retrata la debilidad humana de Jacob y el nombre “Israel” sólo retrata el lado espiritual de Jacob. En el libro de Gn 37:3, el autor usó el nombre “Israel” para representar la debilidad de Jacob al mostrar su favoritismo hacia José. En conclusión, el uso intercambiable del nombre “Jacob” e “Israel” muestra la lucha espiritual de Jacob para comprender y aceptar la voluntad de Dios y la debilidad personal de Jacob para mantener una relación armoniosa entre sus hijos. Asimismo, como cristianos, tenemos nuestra lucha espiritual al aceptar las pruebas de nuestra vida y tenemos que lidiar con nuestras debilidades personales cuando es más fácil confiar en nuestra propia fuerza que esperar la providencia de Dios.

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