Contexto

Frente a la venida de Esaú y sus cuatrocientos hombres, ahora Jacob tenía la fuerza de preparar a sus familias y a él mismo para encontrarse con su hermano. Después del intercambio de propuestas, los dos hermanos tomaron cada uno su propio camino por separado. La reunión familiar no solo mostró el cambio de corazón de los dos hermanos, sino también mostró la guía y la protección de Dios hacia Jacob y su familia. El capítulo sirve de lección para que esperemos la liberación de Dios en tiempos difíciles.

Versículo clave

(33:3)

¿Sabía usted que...?

  1. “Suficiente tengo yo” (33:9): En hebreo, esta expresión se puede traducir literalmente como “tengo todo”.
  2. Sucot (33:17): En hebreo, la palabra significa literalmente “cabinas”, “refugios” o “Tabernáculos”. El salmista hace referencia a este lugar con Siquem (Sal 60:6, 108:7). Que Jacob fuera a Sucot significaba que fue al noroeste, en dirección opuesta a la tierra de Seir de Esaú al sur. [ref]
  3. Cien monedas (33:19): La pronunciación hebrea para esta palabra “moneda” es “qesitah”, que es una referencia de unidad de valor desconocido. Lo suficientemente interesante es que la versión de los Setenta la traduce como “corderos”.
  4. El-Elohe-Israel (33:20) se toma literalmente de una pronunciación hebrea, que se puede traducir literalmente como “Dios, el Dios de Israel”.

Esquema

  • Jacob se preparó para encontrarse con Esaú
  • Esaú se encontró con Jacob y sus familias
  • Jacob le dio regalos a Esaú
  • Esaú y Jacob se separaron
  • Jacob habitó en la tierra de Canaán

Análisis del segmento

  • 33:1-3

    1.

    Cuando Jacob alzó sus ojos, ¿qué vio?

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    Después de los acontecimientos de Peniel, Jacob alzó su vista y vio que Esaú venía con cuatrocientos hombres (Gn 33:1).

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  • 2.

    ¿Cómo asignó Jacob las posiciones de sus familias? A partir de las posiciones asignadas, ¿qué sabemos acerca de la relación de Jacob con sus familias?

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    Al encontrarse con Esaú y sus cuatrocientos hombres, Jacob repartió los niños entre Lea, Raquel y las dos siervas. Puso a las dos siervas y sus hijos delante, luego a Lea y sus hijos, y detrás a Raquel y a José (Gn 33:1-2).

    El arreglo de las posiciones de sus familias infirió la distinción entre sus mujeres y sus hijos. Las dos siervas y sus hijos fueron puestos en la parte más delantera, separados de las hijas de Labán. Lea y sus hijos fueron los siguientes, y Raquel y José fueron los últimos. La diferente ubicación entre el campamento de Lea y el campamento de Raquel era simplemente para mostrar que Raquel era la mujer a quien Jacob amaba y con la que pretendía casarse desde el principio (Gn 29:20, 25, 31).

    Además, la mención individual de José, el hijo de Raquel, en oposición a la mención general de los hijos de Lea y las dos siervas, presagiaba el favoritismo de Jacob hacia José en comparación con el resto de sus hermanos (Gn 37:3).

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  • 3a.

    De Génesis 32 a Génesis 33, ¿qué cambio hubo en la actitud de Jacob ante la llegada de Esaú?

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    De Génesis 32 a Génesis 33, vemos que hubo un cambio en la reacción de Jacob ante la llegada de Esaú. Anteriormente, cuando Jacob había enviado las manadas y había hecho pasar a sus familias el arroyo de Jaboc, él mismo se quedó atrás con miedo (Gn 32:7) y se alojó en el campamento (Gn 32:21-24). Pero más tarde, después de la lucha con Dios, Jacob preparó a sus familias y él mismo pasó delante de ellas y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano (Gn 33:1-3).

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  • 3b.

    ¿Qué podemos aprender del cambio de actitud de Jacob?

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    Después de la lucha con Dios, Jacob ya no estaba abrumado por el miedo a Esaú y sus cuatrocientos hombres. Por la gracia de Dios, Jacob pasó valientemente delante de sus familias para enfrentar a su mayor temor: Esaú. Jacob ya no era ese hombre egoísta que se escondía detrás de las manadas y los campamentos de sus familias. De lo contrario, ahora Jacob estaba dispuesto a sacrificarse delante de sus familias para enfrentar cualquier consecuencia que podría recibir de Esaú. El cambio de actitud de Jacob nos enseña que una experiencia personal con Dios permite cambiar nuestro carácter, de una persona tímida y egoísta a una persona valiente y reflexiva.

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  • 4a.

    ¿Qué significado tenía el hecho de que Jacob se inclinase a tierra siete veces? Se inclinó a tierra;

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    En las Escrituras, a través del acto de reverencia, uno muestra su respeto y humildad hacia otra persona. Por ejemplo, Abraham se postró en tierra ante los varones que se acercaban a la puerta de su tienda (Gn 18:2), Moisés se inclinó ante su suegro para recibirlo (Ex 18:7), y Mefi-boset se inclinó ante el rey David cuando fue llamado (2 Sam 9:8). Jacob se inclinó a tierra para mostrar su humildad y respeto ante la llegada de Esaú.

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  • 4b.

    Se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano Esaú;

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    Las Escrituras mencionan cómo David se inclinó tres veces, postrándose hasta la tierra, para mostrar su agradecimiento por la veracidad y la fidelidad de Jonatán, a pesar del complot de Saúl (1 Sam 20:41). En Génesis 33, que Jacob se inclinase a tierra siete veces, indica su humildad, su sinceridad y su gran esfuerzo para reconciliarse con su hermano Esaú.

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  • 33:4-7

    5.

    Para Jacob, ¿por qué la reacción de Esaú fue algo inesperado? ¿Cuál fue el significado de cada una de las reacciones de Esaú?

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    Cuando se acercaron Esaú y sus hombres, la reacción de Esaú fue completamente inesperada para Jacob.

    Primero, Esaú corrió al encuentro de Jacob (Gn 33:4). En lugar de atacar junto con sus cuatrocientos hombres a los campamentos de Jacob, Esaú corrió hacia Jacob con el propósito de encontrarse con su hermano Jacob. Jacob no detectó ninguna señal de hostilidad ante la venida de Esaú.

    En segundo lugar, Esaú abrazó a Jacob (Gn 33:4). El abrazo que Esaú le dio a Jacob fue similar al abrazo que Labán le dio a su sobrino (Gn 29:13) o que Israel le dio a los hijos de José (Gn 48:10). Jacob nunca pensó que el vengativo Esaú se volvería tan amoroso, dándole un abrazo de bienvenida a quien lo había agraviado tanto en el pasado.

    Tercero, Esaú se echó sobre el cuello de Jacob y lo besó (Gn 33:4). Jacob nunca esperó que el mismo Esaú, que una vez lo odiaba hasta el punto de matarlo (Gn 27:41), se echara ahora sobre su cuello y lo besara. Éste era un cálido gesto para recibir el regreso a casa de un miembro familiar después de una larga ausencia. El gesto de Esaú fue similar al de José con Benjamín y con su padre Israel (Gn 45:14, 46:29) al estar ausentes el uno del otro por un largo período de tiempo. Tales gestos significaban un gran anhelo y una profunda alegría al recibir el regreso de un miembro familiar después de estar ausente durante mucho tiempo.

    Cuarto, tanto Esaú como Jacob lloraron (Gn 33:4). Las reacciones inesperadas de Esaú, expresadas a través de su cálida bienvenida, habían hecho que ambos lloraran. Ahora, Jacob ya tenía en claro de que Esaú no planeaba ejecutar su odio contra él. Ambos lloraron de felicidad, no solo porque tuvieron la oportunidad de reencontrarse después de una larga ausencia, sino también porque pudieron reconciliarse del conflicto pasado. Jacob no esperaba que su hermano Esaú estuviera dispuesto a perdonarlo de sus pecados pasados.

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  • 6a.

    ¿Cómo la frase “alzó los ojos” tuvo un papel importante en Génesis 33? ¿Qué nos enseña acerca de la relación entre Dios y su pueblo? Alzó Jacob sus ojos;

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    Después del evento de Peniel, Jacob alzó sus ojos y vio que Esaú venía con sus cuatrocientos hombres (Gn 33:1). En lugar de solo escuchar de sus mensajeros acerca de la venida de Esaú (Gn 32:6), Jacob pudo ahora presenciar por sí mismo la llegada de Esaú y sus hombres. El hecho de que Jacob alzase los ojos para ver a Esaú y sus hombres significa que estaba listo y dispuesto a enfrentar las dificultades que se avecinaba con la ayuda de Dios. De este incidente, podemos aprender que una relación personal e íntima con Dios nos dará seguramente la fuerza para afrontar las dificultades que se avecinan en nuestra vida. El apóstol Pablo escribió en su carta a los Filipenses: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Flp 4:13). Aquí, el apóstol nos enseña que por muy duros que sean nuestros sufrimientos, no debemos perder la esperanza de la presencia de Dios, porque ciertamente Dios nos fortalecerá para que seamos capaces de enfrentar lo imposible.

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  • 6b.

    Después Esaú levantó sus ojos;

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    Después de que Esaú se reunió con Jacob, levantó sus ojos y vio a las mujeres y los niños que estaban con Jacob (Gn 33:5). Más tarde, Jacob le explicó a Esaú que los niños eran la gracia que Dios le había dado (Gn 33:5). Así, al levantar Esaú sus ojos durante el reencuentro, fue testigo de la gracia, el favor y la bendición de Dios sobre la vida de Jacob. Este evento nos enseña que otras personas pueden ver la gracia y los favores de Dios sobre nuestras vidas. De modo que si vivimos nuestras vidas apropiadamente de acuerdo a la voluntad de Dios y estamos siempre agradecidos por su bendición y su presencia, entonces estamos mostrando a otros que Jesús está en nosotros.

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  • 33:8-11

    7a.

    Compare la declaración de Esaú en Gn 33:9 con la de Jacob en Gn 33:11.

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    Por un lado, cuando Esaú recibió el regalo de Jacob, dijo: “Suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo” (Gn 33:9). Por otro lado, mientras rogaba a Esaú que aceptara su regalo, Jacob dijo literalmente: “Pues Dios me ha favorecido y todo lo que hay aquí es mío [NVI—y tengo más de lo que necesito]” (Gn 33:11).

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  • 7b.

    ¿Cómo reflejaron las diferentes declaraciones el carácter de cada uno de los dos hermanos?

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    Esaú tenía lo suficiente mientras que Jacob tenía más de lo que necesitaba. La declaración contrastante entre los dos hermanos fue interesante. De la declaración de Esaú, de que él “tenía lo suficiente”, sabemos que en ese momento tenía ya suficiente ganado y siervos, sin hablar de los cuatrocientos hombres que lo acompañaban en su viaje. De hecho, el libro de Génesis 36 nos dice que más tarde Esaú se convirtió en el padre del reino edomita. Además, Gn 36:7 dice que los bienes de Esaú y Jacob eran tantos que no podían habitar juntos, ni la tierra en donde habitaban los podía sostener a causa de sus ganados. Así, la declaración de Esaú, “Suficiente tengo yo”, reflejó su satisfacción en cuanto a su numerosa riqueza.

    En cuanto a Jacob, en ese momento, recién se acababa de hacer las paces con Labán, después de que huyó de él tomando a sus mujeres, sus hijos y las posesiones que había adquirido en Padan- aram (Gn 31:18). Cuando Jacob rogó a Esaú que aceptara los regalos que le fueron presentados, éstos eran parte de las posesiones que Jacob había adquirido. Aún así, Jacob le dijo a Esaú que tenía más de lo que necesitaba porque Dios le había favorecido (Gn 33:11). Aunque Jacob todavía estaba luchando por huir de Labán, solo tomando con él las posesiones restantes que no eran regalos para Esaú, estaba agradecido debido a la gracia de Dios. Físicamente, Jacob tenía pocas posesiones en comparación con Esaú, pero estaba agradecido por la protección de Dios sobre su familia y la guía de Dios al mantenerlo a salvo de la mala intención de Labán y la posible venganza de Esaú.

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  • 7c.

    ¿Qué enseñanza podemos aprender de esta comparación?

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    Las declaraciones de Esaú y Jacob reflejaron sus caracteres. Por un lado, las palabras de Esaú “Suficiente tengo yo” cumplieron la declaración de su padre Isaac de que a través de su espada y su inquietud viviría (Gn 27:39-40). Es decir, la “suficiente” riqueza que Esaú había obtenido fue por su propio esfuerzo de inquietud y su propia espada. Esaú pensó que había logrado “suficientes” posesiones a través de su propio esfuerzo.

    Por otro lado, las palabras de Jacob reflejaron su fe en Dios. Jacob dijo que tenía más de lo que necesitaba porque Dios le había favorecido (Gn 33:11). La frase de Jacob “Tengo más de lo que necesito” resumía su fe y su agradecimiento hacia Dios. Primero, Jacob estaba agradecido por tener al Dios de Abraham y de Isaac como su Dios. Segundo, Jacob estaba agradecido por la seguridad de sus mujeres, sus hijos y las posesiones restantes. Tercero, Jacob estaba agradecido por su supervivencia al enfrentar las dos grandes dificultades de su vida: la amenaza de Labán y de Esaú.

    Las declaraciones de los dos hermanos nos dan una perspectiva sobre el tipo de persona que somos. A medida que sucumbimos a nuestros asuntos mundanos, alejándonos de Dios y de su voluntad, estamos convirtiéndonos en un carácter como el de Esaú. Empezamos a creer que todos nuestros logros son resultado de nuestros propios esfuerzos, sin darnos cuenta de que la guía de Dios está a la mano. Pero si hacemos todo lo posible para acercarnos a Dios, entonces comenzamos a darnos cuenta de que todo lo que sucede a nuestro alrededor, sea bueno o malo, viene de Dios. Así, mientras estemos agradecidos a Dios, tendremos lo que necesitemos, sin que nos falte algo.

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  • 33:12-17

    8a.

    ¿Cuál fue la propuesta de Esaú a Jacob?

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    Después de que se reencontraron, Esaú le hizo una propuesta a Jacob, pidiéndole que viajaran juntos y que iría delante de él (Gn 33:12).

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  • 8b.

    ¿Cuál fue el significado de la propuesta de Esaú?

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    Con esta propuesta, superficialmente Esaú quería darle protección a Jacob y a sus compañías, pero esencialmente, Esaú estaba afirmando ser el líder de sus compañías y las de Jacob. Por lo tanto, Esaú quería que Jacob lo siguiera, que estuviera bajo su liderazgo. A través de la propuesta, Esaú quería mostrarle a Jacob que podía cumplir la profecía de Isaac, su padre. Ahora, con la inmensa riqueza de Esaú y los hombres bajo su mando, Esaú verdaderamente rompió el yugo de Jacob de su cerviz y ya no serviría más a su hermano. Esaú finalmente podría sobresalir con su poder, y no estaría más bajo la sombra de Jacob (Gn 27:40).

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  • 9a.

    ¿Cuál fue la contrapropuesta de Jacob a Esaú?

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    Ante la propuesta de Esaú, Jacob le hizo una contrapropuesta. Comenzó afirmando que Esaú sabía que las compañías que estaban con Jacob consistían principalmente en niños tiernos y ovejas y vacas paridas. Entonces Jacob apeló a las emociones de Esaú diciendo: “si los hombres las fatigan, en un día morirán todas las ovejas” (Gn 33:13). Después de esto, Jacob se propuso a ir poco a poco al paso del ganado que iba delante de él y al paso que los niños pudieran soportar (Gn 33:13-14).

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  • 9b.

    ¿Cuál fue el significado de la contrapropuesta de Jacob?

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    Con respeto, Jacob se negó a ir con Esaú por varias razones.

    Primero, Jacob era consciente de que sus compañías consistían en niños tiernos y ovejas y vacas paridas (Gn 33:13). Por la seguridad de ellos, Jacob necesitaba ir a paso lento para que los niños y las manadas lo siguieran. De lo contrario, si fueran forzados a seguir el paso de Esaú y sus cuatrocientos hombres, los niños no podrían resistir y los rebaños morirían (Gn 33:14).

    En segundo lugar, Jacob rechazó la propuesta de Esaú de ir con él porque quería construir su familia de forma independiente. Cuando Esaú ofreció dejarle a Jacob parte de su gente que venía con él (Gn 33:15), Jacob cortésmente lo rechazó diciendo: “¿Por qué, si he hallado gracia a los ojos de mi señor?” (Gn 33:15). Así, después de que Esaú regresó a Seir, Jacob viajó a Sucot y allí “se edificó una casa e hizo cabañas para su ganado” (Gn 33:17). A partir de ese momento, Jacob pudo establecer poco a poco su propia familia y se separó de los clanes de Esaú.

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  • 9c.

    ¿Cómo se beneficiaría Jacob si aceptara la propuesta de Esaú?

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    Si Jacob hubiera aceptado la propuesta de Esaú de unirse a él, habría recibido varios beneficios.

    En términos de protección, Jacob no tendría que preocuparse por la seguridad de sus familias, de su ganado e incluso de sí mismo. Hacer el viaje junto con Esaú significaba que los hombres de Esaú podrían rodear y proteger a las compañías de Jacob de cualquier daño. Incluso cuando Jacob suplicaba para tomar un paso más lento, Esaú le ofreció algunos de sus hombres para que se quedaran con Jacob como guardaespaldas (Gn 33:15), manteniendo a salvo de cualquier daño a Jacob y sus familias.

    En términos de riqueza, Jacob ganaría muchas más riquezas y posesiones. Habiendo estado rodeado por la protección de Esaú, el ganado de Jacob podría crecer aún más. En Gn 36:6-8, cuando Esaú y Jacob habitaron juntos por un cierto período de tiempo, su riqueza aumentó demasiado para que la tierra lo sostuviera. Por lo tanto, Esaú “se fue a otra tierra, separándose de su hermano Jacob” y “habitó en los montes de Seir” (Gn 36:6, 8). Si Jacob hubiera continuado estando bajo la protección de Esaú, el crecimiento de su riqueza habría sido inimaginable.

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  • 9d.

    De la contrapropuesta de Jacob, ¿qué podemos aprender acerca de “permanecer firmes” en nuestros principios y nuestras creencias?

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    Aunque, siguiendo a Esaú y viajando juntos, Jacob habría podido recibir protección y ganar más riquezas, se mantuvo firme en tomar el viaje separándose de Esaú y sus hombres. Aunque Jacob inicialmente tenía la intención de llegar hasta Seir, donde estaba Esaú (Gn 33:14), cambió de parecer y habitó en Sucot (Gn 33:17). No fue hasta que el Señor le dijo a Jacob: “Levántate, sube a Bet-el [que estaba en la tierra de Canaán] y quédate allí” (Gn 35:1, 6) que Jacob finalmente decidió mudarse de Siquem y purificar su casa de los dioses ajenos (Gn 35:2). Al final, Jacob y su casa dieron un salto de fe al regresar a “la tierra de su origen” (Gn 31:13) y “habitar… en la tierra de Canaán” (Gn 37:1).

    De la misma forma, permanecer firmes en nuestra fe requiere que tomemos ciertas medidas de acción. El apóstol Pablo nos exhorta en la carta a los Corintios a velar y a estar firmes en la fe, portándonos varonilmente y esforzándonos (1 Co 16:13). Por ejemplo, defender lo que creemos requiere firmeza, valentía y fuerza para rechazar una invitación que nos hará caer en la tentación de pecar o alejarnos más de Dios.

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  • 10a.

    ¿Cómo el hecho de que “Jacob hizo cabañas” en Gn 33:17 estaba asociado con la Fiesta de los Tabernáculos de Israel en Lv 23:33-34?

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    En hebreo, la palabra Sucot también se usa para referirse a “Tabernáculos” como en la Fiesta de los Tabernáculos (Lv 23:33-34). En el libro de Génesis, Jacob hizo cabañas (Sucot) como refugios temporales para su ganado antes de que prosiguiera su viaje a la tierra de Canaán (Gn 33:17-18). Más tarde, durante el éxodo de los israelitas, el Señor les volvió a recordar acerca de Sucot. Esta vez, los israelitas debían celebrar la Fiesta de los Tabernáculos (Lv 23:33-34). Durante el período de la fiesta, los israelitas debían habitar en cabañas hechas de ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos y sauces de los arroyos (Lv 23:40).

    Tal como Sucot fue un recordatorio para Jacob de la protección de Dios en sus viajes, la Fiesta de los Tabernáculos debía ser también un recordatorio para los israelitas del cuidado y la protección del Señor (Sal 27:5) durante su peregrinaje por el desierto (Lv 23:33-43) y de su promesa de protegerlos en el futuro, especialmente en lo que respecta a sus cosechas (Dt 16:15).

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  • 10b.

    ¿Qué enseñanzas podemos inferir de Sucot?

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    De la edificación de cabañas de Jacob y la Fiesta de los Tabernáculos de los israelitas, podemos aprender varias enseñanzas. La edificación de cabañas (Sucot) implica un refugio temporal, lo que significa que las cabañas no se usarán permanentemente, ya que continuarán seguramente su viaje a otro lugar. El apóstol Pablo nos recuerda a través de su carta a los Corintios que nuestro cuerpo físico y nuestra vida en la tierra no es más que un tabernáculo terrenal (2 Co 5:1). El tabernáculo terrenal no es eterno, sino mortal y corruptible (2 Co 5:1-3). Por lo tanto, mientras permanecemos en este tabernáculo temporal y terrenal, debemos seguir adelante, caminando confiados por la fe para avanzar y continuar nuestro camino hacia el edificio eterno en los cielos. Nuestra meta final es regresar a la tierra de nuestro Padre que está en los cielos.

    Además, la edificación de cabañas también nos recuerda que debemos agradecer constantemente por la gracia y la protección de Dios en nuestro caminar diario, ya sea en las dificultades o en los momentos felices. Los salmistas escribieron que en el día del mal, el Señor nos escondió en el lugar secreto de su Tabernáculo (Sal 27:5). Tal como el Señor había guiado a Jacob y a los israelitas a la seguridad en las dificultades de su peregrinaje, el Señor también nos pondrá sobre una roca en alto y nos permitirá superar las dificultades de nuestras vidas.

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  • 33:18-20

    11a.

    ¿Qué tipo de peligro se cernía sobre Jacob y su familia cuando “plantó su tienda delante de la ciudad”?

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    Después de que Jacob llegó a la tierra de Canaán, plantó su tienda frente a la ciudad de Siquem (Gn 33:18). En ese momento, Jacob no se dio cuenta de que su acción pronto haría que su hija, Dina, se mezclara con las hijas de los cananeos (Gn 34:1). Más tarde, Dina sería violada por Siquem, príncipe de aquella tierra (Gn 34:2) donde Jacob había puesto su tienda delante de ella.

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  • 11b.

    ¿En qué se parece el ejemplo de Jacob plantando su tienda delante de la ciudad de Siquem al ejemplo anterior registrado en Gn 13:12, 19:30-38?

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    El ejemplo de Jacob, plantando su tienda delante de la ciudad de Siquem, es similar al de Lot, poniendo sus tiendas hasta Sodoma (Gn 13:12). Tanto Jacob como Lot ignoraron el riesgo que podría causar a ellos al poner sus tiendas frente a la ciudad. Cuando Jacob plantó su tienda delante de la ciudad de Siquem, Dina, su hija, salió a ver a las hijas del país y más tarde fue violada por Siquem (Gn 34:1-3). De manera similar, al habitar en Sodoma, Lot no solo fue “abrumado por la conducta pervertida de los malvados” de los sodomitas (2 Pe 2:7), sino que las dos hijas de Lot se comportaron tan pecaminosamente como la gente de Sodoma (Gn 19:30-38).

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  • 12a.

    ¿En qué se diferencia la erección del altar de Jacob en El-Elohe-Israel de su erección del altar en Bet-el? Véase Gn 28:19.

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    Jacob erigió el altar en Bet-el después de su primer encuentro con el Señor a través de un sueño (Gn 28:16-17). Aquí, en Bet-el, Jacob conoció al Señor Dios de su abuelo Abraham y de su padre Isaac. El propósito de Jacob de erigir el altar era reconocer la promesa de Dios y hacer del Señor su Dios (Gn 28:21). Más tarde, en Gn 33:20, Jacob erigió por segunda vez un altar. Esta vez lo hizo después de que el Señor le había concedido su oración de súplica de librarlo de manos de su hermano Esaú (Gn 32:9-11). Durante su encuentro con Esaú, Jacob dijo que era como si hubiera visto el rostro de Dios (Gn 33:10). Jacob nunca esperó que Esaú se complacería en verlo. El segundo altar, erigido en El-Elohe-Israel, no solo sirve como una conmemoración de la acción de gracias de Jacob por la liberación de Dios, sino también representa el crecimiento de la relación personal de Jacob con Dios. Aquí, en El-Elohe-Israel, Jacob admitió que el Señor Dios no era solo el Dios de su abuelo y de su padre, sino era ciertamente su Dios.

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  • 12b.

    ¿Qué podemos aprender acerca de “crecer en la fe” de una diferencia como la que se muestra arriba?

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    El ejemplo de Jacob, levantando altares en Bet-el y en El-Elohe-Israel, nos deja una lección importante. Nuestra fe en el Señor debe progresar desde la etapa de simplemente conocer a Dios hasta la etapa de tener una relación personal e íntima con el Señor Dios. El autor del libro de Hebreos nos reprende que es necesario el progreso en nuestro camino de la fe. La primera etapa de nuestra fe se asemeja a participar solo de la leche, es decir, conocer a Dios solo superficialmente, inexperto en la palabra de justicia (Heb 5:12-13). Pero uno debe progresar hacia la siguiente etapa, que se asemeja a tener necesidad de alimento sólido. En esta etapa donde uno ha alcanzado madurez, se requiere ejercitar en el discernimiento del bien y del mal (Heb 5:14), teniendo una relación dinámica de obediencia a la voluntad de Dios y de esfuerzo por agradarle.

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