Contexto

Centrándose en la vida de Jacob en la casa de Labán, el pasaje se expande sobre Lea y Raquel, las mujeres de Jacob. A lo largo de la narración, las luchas entre Lea y Raquel fueron evidentes. Sus oposiciones nos dan lecciones importantes sobre las actitudes hacia la rivalidad, la confianza en la misericordia de Dios y la relación en el matrimonio.

Versículo clave

(30:8)

¿Sabía usted que...?

  1. “Lea era menospreciada” (29:31): En hebreo, la expresión se puede traducir literalmente como “Lea fue aborrecida”.
  2. Rubén (29:32): En hebreo, proviene literalmente de la raíz “ver” e “hijo”. Por lo tanto, el nombre se puede traducir como “He aquí, un hijo”.
  3. Simeón (29:33): El nombre proviene literalmente del verbo hebreo “oír”.
  4. Leví (29:34): En hebreo, proviene de la raíz “unir”.
  5. Judá (29:35): En hebreo, se puede traducir literalmente como “dar alabanza”.
  6. Dan (30:6): En hebreo, proviene de la raíz “juez”.
  7. Neftalí (30:8): En hebreo, la palabra se puede traducir literalmente como “mi lucha”.
  8. Gad (30:11): Proviene de la palabra hebrea “fortuna”.
  9. Aser (30:13): En hebreo, significa literalmente “el feliz”.
  10. Mandrágoras (30:14): Son plantas sin tallo con hojas ovaladas, flores de color púrpura y frutos que maduran a un color amarillo o naranja brillante durante “el tiempo de la siega del trigo” (Gn 30:14). Los frutos y la raíz bifurcada carnosa, que se asemeja a la forma del cuerpo humano, se han utilizado tradicionalmente para inducir respuestas amorosas y promover la concepción (de ahí el nombre común “manzana del amor” en algunas versiones traducidas al inglés). El olor de la mandrágora es desagradable para la mayoría de los occidentales, pero aparentemente se consideraba agradable en la época del Antiguo Testamento (Cant 7:13). [ref]
  11. Isacar (30:18): Se origina de la expresión hebrea “hay recompensa”, que también tiene una pronunciación similar a la palabra “alquilar” en Gn 30:16.
  12. “Ahora vivirá conmigo mi marido” (30:20): En hebreo, esta expresión también se puede traducir literalmente como “Ahora, por fin, que mi marido me honre”.
  13. Zabulón (30:20): En hebreo, proviene literalmente de la palabra “morada”.
  14. Dina (30:21): El nombre puede tener un significado raíz similar al del nombre “Dan”.
  15. José (30:24): Puede traducirse literalmente como la expresión hebrea “Él añadirá”.

Esquema

  • Dios abrió la matriz de Lea
  • Raquel envidiaba a su hermana
  • Lea confrontó a Raquel
  • Dios oyó a Lea y a Raquel

Análisis del segmento

  • 29:31-35

    1.

    Después del matrimonio, ¿cómo trató a Lea su marido?

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    Después del matrimonio, Lea no fue amada por su marido, Jacob (Gn 29:31). Incluso después del nacimiento del segundo hijo, Jacob no estaba apegado a su mujer, Lea (Gn 29:34). La aflicción de Lea en su matrimonio fue emocional, sin afecto, cuidado y amor de su marido.

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  • 2a.

    ¿Cómo respondió el Señor a la vida matrimonial de Lea?

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    En respuesta al matrimonio de Lea, el Señor vio que Lea era menospreciada por su marido Jacob. Por lo tanto, el Señor abrió la matriz de Lea (Gn 29:31).

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  • 2b.

    ¿Qué lecciones podemos aprender de la respuesta del Señor al matrimonio de Lea?

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    El Señor vio que Lea no era amada (Gn 29:31). Esta frase nos dice que Dios se preocupa por nuestra vida matrimonial, especialmente por la íntima relación entre el marido y la mujer. Puesto que Dios había establecido la institución del matrimonio (Gn 2:18, 23-24), Él se preocupa por la unión amorosa entre el marido y la mujer. Así, el apóstol Pablo menciona en su carta a los Efesios que los maridos deben amar a sus mujeres, así como Cristo ama a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella (Ef 5:25). La amonestación del apóstol Pablo nos sirve de lección de que la relación amorosa en el matrimonio es esencial para reflejar la enseñanza de una relación como la de Cristo.

    Además, respondiendo al menosprecio de Jacob hacia Lea, el Señor abrió la matriz de Lea (Gn 29:31). El acto de Dios reflejó su compasión hacia Lea, quien fue desatendida y descuidada. Aunque no era amada, Dios le dio a Lea la oportunidad de dar a luz a un hijo primogénito, el supuesto legado para continuar con la herencia familiar (Dt 21:15-17) y el heredero familiar (Gn 15:3-4). Según Gn 29:33-34, Lea esperaba ser amada y unida por su marido a través del nacimiento de sus hijos. Hoy, la llegada de un hijo no solo es una bendición para la adición de miembros de la familia, sino también una bendición para fortalecer el vínculo entre marido y mujer.

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  • 2c.

    Comparta una experiencia de cómo Dios ha ayudado a aliviar el conflicto en su matrimonio o en el de otras personas.

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  • 3a.

    Observe cómo los nombres de los primeros cuatro hijos de Lea reflejaban su agradecimiento y sus súplicas al Señor. Rubén;

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    El nombre de Rubén reflejaba la súplica de Lea al Señor por su esposo que no la amaba. Se consoló cuando llegó Rubén y esperó que su marido, Jacob, volviera a amarla (Gn 29:32).

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  • 3b.

    Simeón;

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    El nombre del segundo hijo de Lea reflejaba su agradecimiento porque el Señor escuchó su oración. Aunque Lea había dado a luz al primogénito, el legado del heredero y la herencia de Jacob, ella siguió siendo menospreciada (Gn 29:33). De modo que Dios la consoló a través del segundo hijo, Simeón.

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  • 3c.

    Leví;

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    Lea nombró a su tercer hijo, Leví, para reflejar la súplica por su matrimonio afligido. Aunque ella había dado a luz a dos hijos, su marido aún se negaba a unirse a ella (Gn 29:34). Por lo tanto, el nombre de Leví sugirió que Lea esperaba que el nacimiento de su tercer hijo pudiera ayudarla a crear un vínculo entre ella y su marido.

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  • 3d.

    Judá;

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    Al nombrar a Judá, el cuarto hijo, Lea resumió su agradecimiento y su alabanza al Señor. Lea sintió las grandes bendiciones del Señor al concederle cuatro hijos hasta ese momento (Gn 29:35). Además, al no mencionar más sobre su aflicción, sugirió que Lea había aceptado su suerte en la vida como la segunda mejor (Gn 33:2). En lugar de enfocarse en sus necesidades emocionales, agradeció a Dios por las bendiciones recibidas.

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  • 30:1-8

    4a.

    ¿Qué hizo que Raquel sintiera envidia de Lea?

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    Raquel tuvo envidia porque vio que mientras Lea ya le había dado a Jacob cuatro hijos, ella misma no le había dado hijos a su marido (Gn 30:1).

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  • 4b.

    ¿Cómo reaccionó Raquel en su envidia?

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    En su envidia, Raquel le dijo a Jacob: “¡Dame hijos, o si no, me muero!” (Gn 30:1). Echó la culpa de su esterilidad a su marido.

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  • 4c.

    Compara la actitud de Raquel hacia su esterilidad con la de Ana. Véase también 1 Sam 1:10-11.

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    En su esterilidad, Raquel no solo tuvo envidia de su hermana Lea, sino que también se quejó y culpó a Jacob, su marido, como si fuera él quien se negaba a darle un hijo (Gn 30:1). Por otro lado, en su esterilidad, Ana oró al Señor en súplica, diciéndole a Dios su angustia y la amargura de su alma, sabiendo que era Dios quien tenía el poder para darle un hijo. En su oración, incluso prometió al Señor devolverle el hijo dado (1 Sam 1:10-11).

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  • 5a.

    ¿Cómo respondió Jacob a las palabras de Raquel? ¿Por qué respondió de tal manera?

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    Al oír las palabras de Raquel, la ira de Jacob se encendió contra ella. Y dijo: “¿Soy yo acaso Dios, que te ha negado el fruto de tu vientre?” (Gn 30:2). La ira de Jacob hacia Raquel fue una respuesta a la acusación de Raquel. Rachel culpó a Jacob de retener su embarazo. Pero Jacob respondió diciendo que tal acusación era como si lo asimilara como Dios mismo que tenía el poder de abrirle la matriz a Raquel.

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  • 5b.

    Compare la actitud de Jacob hacia la esterilidad con la de Isaac.

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    Mientras Jacob estaba enojado y a la defensiva con su mujer estéril, Raquel, Isaac rogó al Señor por su mujer estéril, Rebeca (Gn 25:21). En lugar de culparse uno al otro por la culpa de la esterilidad, Isaac suplicó la misericordia del Señor para abrir el fruto de la matriz.

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  • 5c.

    De los ejemplos de Raquel y Jacob, ¿qué lección podemos aprender sobre el embarazo?

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    De los ejemplos de Raquel y Jacob, Rebeca e Isaac, aprendemos que el embarazo viene del Señor. Muchas parejas casadas, a través de costosos métodos médicos, tratan de conseguir un embarazo exitoso, mientras que otras parejas, sin esfuerzo aparente, pueden obtener muchos hijos. Hay muchos testimonios de miembros de nuestra iglesia, que a pesar de que eran estériles, recibieron finalmente la misericordia de Dios en sus embarazos a través de oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas.

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  • 6a.

    ¿Cómo enfrentó Raquel su esterilidad?

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    Raquel enfrentó su esterilidad dando a Jacob su sierva, Bilha, por mujer (Gn 30:3-4). A través de Bilha, Raquel esperaba tener un hijo sobre sus rodillas.

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  • 6b.

    Observe la similitud entre la acción de Raquel y la acción de Sara cuando se enfrentaron a su esterilidad.

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    Raquel y Sara, sabiendo que eran estériles, tomaron a sus criadas y se las dieron a sus maridos. A través de las siervas, Raquel y Sara esperaban tener hijos para sí mismas (Gn 16:1-2). Tanto Raquel como Sara sintieron que el fruto de sus vientres estaba restringido. Mientras Sara pensaba que el Señor la había hecho estéril, Raquel pensó que su marido, Jacob, la había impedido de dar a luz (Gn 16:2, 30:1-2).

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  • 7a.

    Con base en el hecho de nombrar a los hijos de Bilha en Gn 30:6-8, ¿cómo reflejaba el carácter de Raquel? Dan;

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    El nombre Dan reflejaba la envidia de Raquel por su esterilidad. Ella trajo a Dios para que se pusiera de su lado. Al nombrar a Dan, Raquel dijo: “Me juzgó Dios, pues ha oído mi voz y me ha dado un hijo” (Gn 30:6). Raquel trataba de tener un hijo. Mientras Lea, la no amada, pudo dar a luz a cuatro hijos; Raquel, la amada, era estéril y no podía darle hijos a su marido. Por lo tanto, el nacimiento de un hijo a través de Bilha, la sierva de Raquel, era para Raquel el justo juicio de Dios hacia su esterilidad. Raquel había dejado que su caso con Lea se convirtiera en un asunto personal. El egoísmo de Raquel se vio cuando no pudo aceptar su esterilidad y quiso que Dios hiciera juicio sobre su caso.

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  • 7b.

    Neftalí;

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    El nombre Neftalí resumía la competencia de Raquel con su hermana Lea. Al nombrar a Neftalí, Raquel dijo: “En contienda de Dios he luchado con mi hermana y he vencido” (Gn 30:8). Las grandes luchas no eran más que las competencias de Raquel con Lea, su hermana, de tener la capacidad de dar hijos a Jacob. A los ojos de Raquel, el nacimiento del segundo hijo a través de Bilha probó que ella había ganado. Raquel era el tipo de persona que no podía permitirse perder.

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  • 30:9-16

    8.

    ¿Cómo afectaron a Lea la envidia y la rivalidad de Raquel?

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    Cuando Lea vio que había dejado de dar a luz, tomó a su sierva Zilpa y se la dio a Jacob por mujer (Gn 30:9). Al dar a su sierva a Jacob por mujer, Lea siguió los pasos de Raquel para que pudiera continuar teniendo hijos.

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  • 9.

    Con base en el hecho de nombrar a los hijos de Zilpa, ¿cómo reflejaba el agradecimiento de Lea?

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    Lea nombró a los hijos de Zilpa, Gad y Aser, que en hebreo se puede traducir literalmente como “fortuna” y “el feliz”. Aunque Lea no era amada, estaba agradecida por los hijos adicionales que recibió de Zilpa. El agradecimiento de Lea, en medio de la aflicción de su matrimonio, se manifiesta a través de su alegría expresada después del nacimiento de Aser (Gn 30:13).

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  • 10a.

    ¿Cómo se intensificó el conflicto entre Lea y Raquel?

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    El conflicto entre Lea y Raquel escaló cuando Raquel pidió las mandrágoras que Rubén le había traído a Lea (Gn 30:14-15).

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  • 10b.

    ¿Por qué la petición de Raquel provocó una represalia por parte de Lea?

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    Ante la petición de Raquel por las mandrágoras, Lea respondió: “¿Te parece poco que hayas tomado mi marido, para que también quieras llevarte las mandrágoras de mi hijo? (Gn 30:15). Desde la perspectiva de Lea, Raquel ya se había llevado a Jacob para ella y ahora Raquel quería quitarle las mandrágoras a Lea. En la antigüedad, las mandrágoras eran usadas para inducir respuestas amorosas y promover la concepción. Por lo tanto, pedir las mandrágoras a Lea significaba que Raquel, que ya se había ganado el amor de Jacob, quería quedarse con Jacob para ella aún más.

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  • 11a.

    Qué nos dice el pasaje de Gn 30:15-16 sobre: El dominio de Raquel;

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    A cambio de las mandrágoras, Raquel permitió que Jacob se acostara con Lea esa noche (Gn 30:15). En otras palabras, sin el permiso de Raquel, no era posible para Lea pasar la noche con Jacob.

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  • 11b.

    El dilema de Jacob;

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    Sin saber acerca del conflicto intensificado entre Lea y Raquel, Jacob, después de que volvió del campo, tuvo que aceptar el acuerdo hecho por las dos hermanas, el de acostarse con Lea esa noche (Gn 30:16). Aunque Jacob amaba a Raquel, ya había sido contratado para acostarse con Lea, a quien no amaba.

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  • 11c.

    La persistencia de Lea;

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    Aceptando el hecho de que era menospreciada, Lea hizo todo lo posible por estar con Jacob. Lea esperó a Jacob hasta que volvió del campo por la tarde y salió a su encuentro (Gn 30:16). Como el intercambio de las mandrágoras era solo por una noche con Jacob, Lea aprovechó cada oportunidad para esperar la llegada de Jacob.

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  • 30:17-24

    12a.

    Enumere los versículos en las Escrituras que muestran que “Dios oye” nuestros clamores de aflicción.

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    Así como Dios oyó a Lea y a Raquel, Dios también oyó las aflicciones de varios personajes de las Escrituras:

    1) Dios oyó la voz del muchacho Ismael cuando le faltó el agua en el desierto (Gn 21:17),

    2) Dios oyó el gemido de los hijos de Israel a causa de la servidumbre en Egipto (Ex 2:24),

    3) El Señor escuchó la voz de Israel acerca de sus enemigos, los cananeos (Nm 21:3),

    4) El Señor oyó la voz de Israel, vio su aflicción, su trabajo y su opresión (Dt 26:7),

    5) El Señor oyó las oraciones y los clamores del salmista (Sal 40:1, 55:17).

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  • 12b.

    ¿Qué podemos aprender de la frase “Dios oyó / Dios se acordó” en el contexto de Gn 30:17, 22?

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    Dios oyó los clamores de Lea y Raquel. Aunque ambas hermanas lucharon entre sí, ambas tenían sus aflicciones. Mientras que Lea no era amada por su marido, Raquel era una afrenta para las personas que la rodeaban debido a su esterilidad. Al final, Dios oyó sus súplicas y vio sus desesperaciones y les dio el consuelo que necesitaban.

    De los ejemplos de Lea y Raquel, aprendemos que el Señor no solo ve las dificultades que enfrentamos, sino también “espera” que clamemos por su ayuda y misericordia. Por un lado, estamos “demasiado ocupados” y somos “demasiado arrogantes” para clamar por la ayuda de Dios. Confiamos solo en nuestras propias fuerzas para resolver el problema en cuestión, hasta que nos damos cuenta de que son inútiles. Por otro lado, estamos “demasiado desesperados” y pensamos que la ayuda de Dios no nos llegará. Pero el salmista, en Sal 40:1, nos advierte que esperar pacientemente es un requisito para que el Señor se incline a nosotros y oiga nuestro clamor. Los ejemplos de Lea y Raquel nos muestran que Dios oye y da el consuelo necesario en el momento oportuno.

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  • 13a.

    Cómo los nombres de los hijos adicionales de Lea reflejaban: El sentimiento personal de Lea hacia su vida matrimonial (Isacar);

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    Para Lea, el nacimiento de Isacar fue algo inesperado. Anteriormente, Lea había dejado de tener hijos (Gn 30:9) y por eso le dio Zilpa a Jacob como madre sustituta para que siguiera teniendo hijos. Cuando nació Isacar, Lea sintió que Dios le había dado su recompensa (Gn 30:18) por su paciencia de ser menospreciada y la aceptación de ser incapaz para concebir nuevamente después de dar a luz a cuatro hijos.

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  • 13b.

    La relación personal de Lea con su marido Jacob (Zabulón);

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    Para Lea, el nacimiento de Zabulón también fue una gran sorpresa. Esto implicaba que su marido, Jacob, ahora viviría con ella nuevamente porque le había dado a luz a seis hijos, un total que sobrepasaba al número de Bilha, Zilpa y Raquel combinados. Así, Lea sintió que a través de Zabulón, Dios le había dado una buena dote (Gn 30:20).

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  • 14a.

    De Gn 30:22-24, ¿qué podemos decir acerca de la entrega de Raquel a la voluntad de Dios?

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    En ese momento, aunque Raquel era amada por su marido, Jacob, sentía que su vida y su matrimonio no eran más que una afrenta (Gn 30:23) para las personas que la rodeaban. Sabiendo que era estéril, quiso tener hijos a través de sus propios esfuerzos, dándole a su sierva para que fuera una madre sustituta y consumiendo las mandrágoras. Sin embargo, esos esfuerzos personales fueron en vano. Al final, Raquel tuvo que entregarse al poder y a la voluntad de Dios, admitiendo que fue el Señor quien pudo darle hijos en su momento oportuno y bajo su voluntad.

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  • 14b.

    En comparación con los nombres de los dos hijos anteriores de Raquel, ¿cómo el nombre de José reflejó el cambio en la fe de Raquel?

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    Anteriormente, los nombres de Dan y Neftalí reflejaban la venganza personal de Raquel contra Lea en su competencia para darle un heredero a Jacob. Además, los nombres de los dos hijos también reflejaron el egoísmo y la ambición de Raquel en su deseo de ganar las luchas con su hermana (Gn 30:6-8). Ahora, al nombrar a José, pudimos ver los cambios dentro de Raquel. El nombre de José tenía el significado de “Jehová me añadirá otro hijo” (Gn 30:24). Ahora, Raquel se rindió a la omnipotencia del Señor, sabiendo que el Señor era quien tenía el poder de darle un hijo, quien podía quitarle su oprobio y quien podía darle su propio hijo (Gn 30:23-24).

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  • 15.

    Comparta la razón y el significado de su nombre o el de su hijo/hijos.

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