Contexto

Aunque Abram logró obtener un hijo a través de la sierva Agar, el Señor se le apareció y le pidió que anduviera delante de Él y fuera perfecto. De la narración, el Señor estableció su pacto perpetuo con Abram y le dijo que guardara la señal del pacto. Aquí, la conversación entre Dios y Abram nos enseña sobre las diversas etapas de la fe, desde dudar, creer hasta hacer las obras de la fe.

Versículo clave

(17:9)

¿Sabía usted que...?

Esquema

  • Advertencia y promesa de Dios a Abram
  • El pacto de Dios y su señal
  • La promesa de Dios a Sarai e Ismael
  • La realización de la circuncisión

Análisis del segmento

  • 17:1-8

    1.

    Compare la edad de Abram en Gn 16:16 con Gn 17:1.

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    En Gn 16:16, “Abram tenía ochenta y seis años de edad cuando Agar dio a luz a Ismael”. En Gn 17:1 habían transcurrido trece años y “Abram tenía noventa y nueve años de edad” cuando el Señor se le apareció.

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  • 2.

    ¿Qué podemos aprender del mandato del Señor a Abram en relación con la realización del pacto de Dios?

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    Aunque el Señor le prometió a Abram y le reiteró su promesa al hacer un pacto con él, el Señor le pidió a Abram que “anduviera delante de [Él] y fuera perfecto” (Gn 17:1). El mandato del Señor significaba que lo que Abram había pensado en su corazón y lo que hizo con sus obras para obtener un heredero a través de su sierva no fue aprobado por el Señor. Este incidente nos enseña que ser perfecto no se trata solo de mantenernos alejados de la iniquidad, sino de someternos a la voluntad de Dios con todo nuestro corazón, no apoyándonos en nuestro propio entendimiento o método para obtener lo que queremos (Pr 3:5).

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  • 3.

    ¿Cuál era el contenido del pacto?

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    En su pacto, el Señor dijo que Abram sería padre de muchedumbre de gentes y que de él saldrían naciones y reyes. No sólo establecería el Señor su pacto con Abram, sino también con su descendencia después de él, de generación en generación: un pacto perpetuo. El Señor también estableció que Él sería Dios de Abram y de su descendencia después de él. Además, el Señor daría a Abram y a su descendencia después de él toda la tierra de Canaán, como heredad perpetua (Gn 17:4-8).

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  • 4.

    ¿Por qué Dios cambió el nombre de Abram? ¿Y qué significaba el nuevo nombre?

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    Dios cambió el nombre de Abram a Abraham para mostrar que el pacto de Dios se había hecho (Gn 17:2) y establecido con Abraham (Gn 17:4). El nuevo nombre Abraham significaba que Dios había puesto a Abraham por padre de muchedumbre de gentes (Gn 17:5) y Dios “multiplicaría [a Abraham] en gran manera” y de él “saldrían naciones y reyes” (Gn 17:2, 6).

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  • 5a.

    ¿Qué significaba la frase “seré el Dios de ellos” en Gn 17:8 para Abraham?

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    Según el libro de Levítico, la declaración de Dios como el Dios de su pueblo mostró que Él se acordaría de ellos por el pacto antiguo (Lv 26:45). Por lo tanto, la declaración del Señor a Abraham como su Dios y el de sus descendientes implicaba que el Señor recordaría y respetaría siempre el convenio que había hecho previamente con Abraham y sus descendientes. Tal declaración de Dios también requería que Abraham y sus descendientes tuvieran la responsabilidad de guardar el pacto de Dios a lo largo de sus generaciones (Gn 17:9).

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  • 5b.

    Hoy, ¿qué significa para nosotros tener al Señor como nuestro Dios? Véase Jer 24:7, 31:33; Ez 11:20, 37:23.

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    Según el libro de Jeremías, el hecho de que el Señor sea su Dios significaba que Él pondría su ley en la mente y el corazón de su pueblo (Jer 31:33). Una vez que la ley de Dios estuviera en sus mentes y corazones, su pueblo conocería al Señor sin necesidad de que fueran enseñado nuevamente (Jer 31:34). El profeta Jeremías explicó que “Conocer al Señor” significaba que volverían a Dios de todo corazón a través del arrepentimiento de sus malos caminos y de la maldad de sus obras (Jer 24:7, 25:5). Además, agregó el profeta Ezequiel que cuando uno anduviera en las ordenanzas de Dios, guardara sus decretos y los cumpliera, el Señor sería su Dios (Ez 11:20).

    Estos versículos nos enseñan que tener al Señor como nuestro Dios significa que debemos guardar su ley y su decreto en nuestros corazones y nuestras mentes para que podamos conocerlo personalmente y reconocer su voluntad. Aunque el profeta Jeremías dijo que como pueblo de Dios, el Señor perdonaría nuestra iniquidad y no se acordaría de nuestros pecados (Jer 31:34), es nuestra responsabilidad seguir andando en las “ordenanzas” y los “decretos” de Dios (Ez 11:20). De esta manera, estamos volviendo a Dios de todo corazón, alejándonos de nuestro estilo de vida pecaminoso.

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  • 17:9-14

    6.

    ¿Cómo iba a guardar Abraham el pacto de Dios?

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    Así como Dios prometió bendiciones a Abraham y a sus descendientes, Abraham también debía guardar el pacto de Dios. La responsabilidad de Abraham de guardar el pacto podría dividirse de la siguiente manera: Primero, después de que Dios había establecido su pacto con Abraham (Gn 17:7), Abraham tuvo que “obedecer las condiciones del pacto” (NTV). Segundo, las “condiciones del pacto” debían ser obedecidas “continuamente” por Abraham y por toda su descendencia (Gn 17:9). Tercero, las condiciones del pacto debían cumplirse circuncidando a todo varón de entre los de Abraham (Gn 17:10), “[cortando] la carne del prepucio [de uno] por señal del pacto” (Gn 17:11). En cuarto lugar, el deber mencionado de las condiciones del pacto se aplicaba no solo a los miembros de la familia de Abraham, sino también a los siervos nacidos en la casa de Abraham y a los siervos nacidos en el extranjero que Abraham había comprado (Gn 17:12). Por último, la marca del pacto perpetuo de Dios debía llevarse a través de la “carne” de los que habían sido circuncidados (Gn 17:13).

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  • 7.

    ¿Cuál era el resultado de no guardar la señal del pacto de Dios?

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    El varón que no guardara la señal del pacto de Dios, es decir, que no hubiera sido circuncidado en la carne de su prepucio, debería ser eliminado de su pueblo por haber violado el pacto de Dios (Gn 17:14).

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  • 8.

    Según las Escrituras, ¿qué nos enseñan los profetas y los apóstoles acerca de la circuncisión? Véase también Ro 2:26-29; Dt 10:12-16 y Jer 4:1-4.

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    En el Antiguo Testamento, la circuncisión del corazón nos enseña varias cosas. Según el libro de Deuteronomio, la circuncisión del corazón significa que uno ya no es duro de cerviz en el camino de Dios, sino que anda en sus caminos, ama y sirve al Señor con todo el corazón y con toda el alma (Dt 10:12, 16, 30:6). Con un tono similar, el profeta Jeremías enfatiza que debemos volver al Señor quitando el prepucio de nuestro corazón delante del Señor. Por tanto, apartando del Señor la maldad de nuestras obras, y evitando provocar la ira de Dios (Jer 4:1, 4).

    En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo dice: “Si el incircunciso guarda las ordenanzas de la Ley, ¿no será considerada su incircuncisión como circuncisión?” (Ro 2:26). Con respecto a tal declaración, el apóstol Pablo explica aún más detalladamente: “No es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu y no según la letra. La alabanza del tal no viene de los hombres, sino de Dios” (Ro 2:28-29). En otras palabras, guardar la señal del pacto de Dios, la circuncisión, no se hace a través de una apariencia externa, sino que se hace en el corazón mediante nuestra obediencia al guardar la ley de Dios.

    Hoy, los seguidores de Cristo deben seguir estas enseñanzas. Si decimos que estamos guardando el pacto de Dios, pero en la vida diaria no andamos en los caminos de Dios, sino que negamos a servir a Dios “con todo [nuestro] corazón y con toda [nuestra] alma” (Dt 10:12) , entonces somos considerados como los que no han circuncidado “los prepucios de [nuestros] corazones” (Jer 4:4) y los que no han guardado el pacto de Dios.

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  • 17:15-22

    9.

    ¿Por qué Dios cambió el nombre de Sarai? ¿Y qué significaba el nuevo nombre?

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    El cambio del nombre de Sarai por parte del Señor fue para confirmarle a Abraham que el pacto perpetuo de Dios también incluía a Sarai. Su nuevo nombre Sara, significaba que Dios la bendeciría y también le daría a Abraham un hijo de ella. Sara sería también madre de naciones y de ella nacerían reyes de pueblos (Gn 17:15-16).

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  • 10.

    ¿Cuál fue la reacción de Abraham a la declaración de Dios acerca de Sarai? ¿Y por qué Abraham reaccionó de esa manera?

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    Después de escuchar del Señor sobre las bendiciones a Sarai y el hijo prometido, Abraham se postró sobre su rostro y se rió. También dijo en su corazón: “¿A un hombre de cien años habrá de nacerle un hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, habrá de concebir?” (Gn 17:17). Abraham y Sarai no habían tenido hijos durante toda su vida de casados. Ahora que eran muy avanzados en edad, Abraham parecía haber perdido la esperanza.

    De hecho, Abraham le rogó a Dios: “¡Ojalá viva Ismael delante de ti!” (Gn 17:18). Aunque el Señor ya le había prometido a Abraham un hijo a través de Sara, Abraham aún rogaba que Ismael viviera delante de Dios. En otras palabras, Abraham creía que Ismael era su hijo prometido, esperaba que Ismael fuera su heredero y que las bendiciones de Dios se cumplieran a través de Ismael.

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  • 11.

    ¿Cómo respondió Dios a la súplica de Abraham?

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    El Señor le respondió a Abraham que el hijo prometido aún vendría de Sara y que su nombre debería llamarse Isaac. El Señor también le confirmó a Abraham que Él solo establecería su pacto perpetuo con Isaac y con los descendientes después de él. Pero en cuanto a Ismael, Dios oyó la súplica de Abraham, y también bendijo a Ismael (Gn 17:19-20).

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  • 12.

    ¿Cuáles fueron las bendiciones de Dios para Ismael?

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    Aunque Dios no hizo un pacto perpetuo con Ismael, pero a causa de la súplica de Abraham, Dios aun así bendijo a Ismael. El Señor haría a Ismael fructífero y lo multiplicaría mucho en gran manera. Ismael engendraría doce príncipes y Dios haría de él una gran nación (Gn 17:20).

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  • 13.

    ¿En qué se diferencia la promesa de Dios en Gn 17:21 de las tres anteriores registradas en Génesis 12, 13 y 15?

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    En comparación con las tres promesas registradas anteriormente en Génesis 12, 13 y 15, en Gn 17:21, el Señor le dijo específicamente a Abraham que Él establecería su pacto con Isaac, el que Sara le daría a luz a Abraham “el año que viene por este tiempo”. El Señor dio un tiempo y una fecha específica para el cumplimiento de su promesa. Las palabras del Señor eran de gran estímulo para la fe de Abraham.

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  • 17:23-27

    14.

    ¿Cómo reaccionó Abraham esta vez después de que el Señor se apartó de él?

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    Después de que el Señor se apartó de él, Abraham hizo exactamente de acuerdo con las palabras de Dios. Gn 17:23 dice: “Entonces tomó Abraham a su hijo Ismael, a todos los siervos nacidos en su casa y a todos los comprados por su dinero, a todo varón de la casa de Abraham, y circuncidó la carne del prepucio de ellos en aquel mismo día”. Abraham guardó el pacto de Dios al realizar la circuncisión, y aceptó que, en lugar de Ismael, su propio hijo Isaac sería el heredero prometido bajo el pacto perpetuo de Dios.

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  • 15.

    ¿Qué podemos aprender del hecho de que Ismael también fue circuncidado por Abraham?

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    Aunque Ismael no era el heredero prometido, ni era aquel con quien Dios establecería su pacto perpetuo, Ismael estaba incluido en el pacto perpetuo de Dios. Por cuanto Dios le había dicho a Abraham que la señal del pacto entre Dios y él era la circuncisión, y todo varón debería ser circuncidado (Gn 17:10-11). En otras palabras, aunque Dios no hizo un pacto perpetuo con Ismael, Dios incluyó a Ismael bajo su pacto con Abraham.

    Hoy, la inclusión de Ismael en el pacto de Dios nos recuerda nuestro estado frente a Dios. El apóstol Pablo escribe en su carta a los Romanos que somos semejantes a un olivo silvestre que ha sido injertado y ha sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo (Ro 11:17). Al igual que Ismael, originalmente no pertenecíamos al pacto perpetuo de Dios, pero debido a su misericordia, ahora somos injertados en Él y somos hechos participantes de su pacto.

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