Contexto

Cuando Pablo comienza a hablar del poder del evangelio a través de los ministros del evangelio, se apresura a notar que él y sus compañeros no se recomiendan a sí mismos. Más bien, los ministros del evangelio de Cristo no necesitan carta de recomendación; los creyentes son su carta de recomendación. Pablo explica que su capacidad, como ministros de un nuevo pacto, no proviene de ellos mismos sino de Dios. El presente pasaje continúa este tema y explica cómo el nuevo pacto es mucho más glorioso que el antiguo pacto.

Versículo clave

(4:6)

¿Sabía usted que...?

  1. El velo de Moisés (3:13): Pablo hace alusión a la narración sobre el rostro resplandeciente de Moisés después de descender del monte Sinaí, registrada en Éxodo 34:29-35.

Esquema

Análisis general

  • 1.

    Basado en este pasaje, ¿qué le da a Pablo tanta confianza y coraje en su ministerio?

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    Pablo considera su ministerio aún mayor que el de Moisés (2 Co 3:7-18). Es mucho más glorioso porque transforma a las personas para que reflejen la gloria de Dios (3:17-18). El evangelio que predica es una comisión gloriosa porque trae a la gente la luz del conocimiento de la gloria de Dios (4:4, 6).

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Análisis del segmento

  • 3:7–11

    1.

    ¿Cuál es la palabra recurrente en este segmento que lo convierte en el tema del segmento?

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  • 2.

    Identifique los pares de contrastes que Pablo está haciendo en este segmento.

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    1. “El ministerio de muerte” y “el ministerio del Espíritu” (vv. 7, 8)
    2. “El ministerio de condenación” y “el ministerio de justicia” (v. 9)
    3. “Lo que fue glorioso” y “la gloria más eminente” (v. 10)
    4. “Lo que perece” y “lo que permanece” (v. 11)
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  • 3.

    ¿Por qué se le llama al antiguo pacto “el ministerio de muerte” (3:7)?

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    El antiguo pacto es el ministerio de muerte porque trae condenación. Por eso Pablo también lo llama “el ministerio de condenación” (2 Co 3:9). Bajo el antiguo pacto, la ley regulaba únicamente el comportamiento externo del hombre, pero no podía cambiar el corazón de una persona. La obediencia del hombre era pasiva, como si Dios tuviera que tomarlo de la mano (cf. Jer 31:31-32). Sin el deseo interno de obedecer a Dios, los que solo guardan la letra de la ley no pueden satisfacer la justa demanda de la ley de Dios. La ley, en consecuencia, trae solo condenación y maldición (cf. Ro 7:9-10; Gl 3:10).

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  • 4.

    Explique el término “el ministerio de justicia” (3:9)

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    Contrariamente al ministerio de condenación, al nuevo pacto se le llama “el ministerio de justicia” porque el requisito justo de la ley se cumple en aquellos que están en Cristo Jesús y andan conforme al Espíritu (Ro 8:1-4). En otras palabras, aquellos que se encomiendan al Señor Jesucristo y se someten a su Espíritu son capaces de llevar a cabo la justicia que Dios busca en su ley.

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  • 5.

    ¿Por qué el nuevo pacto es aún más glorioso?

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    El nuevo pacto, establecido por la expiación de Cristo, puede cumplir lo que era imposible para el antiguo pacto por la debilidad del hombre (cf. Ro 8:3). El nuevo pacto trae justicia en lugar de condenación. Es permanente en lugar de transitorio.

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  • 3:12–18

    6.

    ¿Cómo nuestra esperanza gloriosa nos ayuda a tener confianza en nuestra fe y audacia en nuestra predicación (cf. v. 12)?

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    Nosotros, como ministros del evangelio, al saber que el nuevo pacto tiene mucho que ofrecer, podemos tener una gran confianza en el mensaje que predicamos. Sabemos que no es en vano nuestra labor en la predicación del evangelio porque éste puede llevar a las personas a Dios y capacitarlas para vivir una nueva vida. Sabemos también que cuando predicamos fielmente a Jesucristo, el Señor mismo hará lo que nosotros no somos capaces de hacer (cf. 2 Co 3:4-5).

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  • 7.

    Según Pablo, ¿qué representa el velo de Moisés?

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    Moisés necesitaba poner un velo en su rostro porque los israelitas tenían miedo de acercarse a él cuando vieron que su rostro resplandecía (Ex 34:30). Como resultado, el velo hizo una separación entre los israelitas y la gloria de Dios. En este pasaje, Pablo usa el velo como una metáfora del endurecimiento de la mente de uno cuando lee el antiguo pacto (2 Co 3:14). Los incrédulos, que no aceptan el evangelio de Cristo, están ciegos al evangelio de la gloria de Cristo (2 Co 4:3-4). Es como si su corazón hubiera sido cubierto con un velo.

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  • 8.

    ¿Qué hace que nuestras mentes se endurezcan? ¿Cuáles son algunas causas posibles?

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    Cuando en lugar de la luz elegimos vivir en las tinieblas, nos endurecemos y detestamos la luz (Jn 3:19-20). También podemos endurecernos cuando no estamos alertas espiritualmente y somos engañados por el pecado (Heb 3:12-13). Además, cuando una persona persiste en la incredulidad y la falta de arrepentimiento, Dios también puede endurecer su corazón (Jn 12:40; cf. Ro 11:7).

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  • 9.

    ¿Cómo el velo es quitado por medio de Cristo (v. 14)? ¿Cómo nos “convertimos al Señor” (v. 16)?

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    En lugar de optar por permanecer en el pecado o confiar en nuestra propia justicia, debemos presentarnos ante el Señor Jesucristo, confesar nuestros pecados y reconocerlo como nuestro Señor. También necesitamos obedecer al Señor en nuestra vida y andar bajo la guía de su Espíritu (cf. Ro 8:10; Gl 5:24).

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  • 10.

    ¿Cuál es el resultado de convertirse al Señor (vv. 16-18)?

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    Cuando nos convertimos al Señor, el velo se quita de nuestros corazones y nuestras mentes. Al contemplar la gloria del Señor a cara descubierta, estamos siendo transformados a la imagen de Dios por la acción de su Espíritu (2 Co 3:16-18). El Espíritu del Señor nos libera del pecado y de la muerte, otorgando el poder para no vivir bajo el control del pecado (cf. Jn 8:31-36; Ro 8:1-4). Para poder llevar una vida tan gloriosa también requiere elección y esfuerzo de nuestra parte. Debemos despojarnos del viejo hombre que está corrompido por los deseos pecaminosos y vestirnos del nuevo hombre que es creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Ef 4:17-24).

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  • 4:1–6

    11.

    ¿De qué manera inspira este glorioso ministerio a Pablo?

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    Pablo cree que es por la misericordia de Dios que puede tener este ministerio. Por lo cual, no se desmaya (2 Co 4:1). Debido a que este ministerio es tan glorioso, ha procurado ser completamente veraz en la predicación tanto ante Dios como ante los hombres (v. 2). En caso de que algunos rechacen el evangelio, es porque sus corazones han sido velados (v. 3-4). No hay razón para que Pablo se desanime.

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  • 12.

    ¿Por qué alejarse del evangelio es alejarse de Cristo?

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    Cuando predicamos el evangelio, no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor (2 Co 4:5). Así que rechazar el evangelio es rechazar al Señor Jesucristo.

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  • 13.

    ¿Cuál es la forma correcta de vernos a nosotros mismos cuando compartimos el evangelio con los demás?

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    No somos el centro de atención cuando compartimos las buenas nuevas con los demás. Cristo es el contenido y la meta de nuestra predicación. Nuestro trabajo no es impresionar a otros con nuestra elocuencia o atraer a nuestros propios seguidores. Queremos que otros crean en el Señor Jesús y reciban la luz de Dios. Al igual que Pablo, debemos considerarnos siervos de los demás por amor de Jesús (2 Co 4:5). No somos más que instrumentos para traer bendiciones a la vida de los creyentes, y nos ofrecemos voluntariamente porque el amor de Cristo nos ha constreñido a vivir para Él (cf. 2 Co 5:14-15).

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