Contexto

Mientras seguimos en el tema de las divisiones en la iglesia, Pablo señala francamente la condición espiritual de los Corintios. El corazón del problema es su inmadurez espiritual, el cual contribuye a su jactancia y a idolatrar a los obreros de Dios. En el presente pasaje, Pablo nos enseña a cómo vernos correctamente a nosotros mismos y a nuestros ministerios, sabiendo que es a Dios a quien finalmente respondemos.

Versículo clave

(3:23)

¿Sabía usted que...?

  1. En los versículos 16 y 17 usa el “vosotros” en plural.
  2. Las citas bíblicas de los versículos 19 y 20 están tomadas de Job 5:13 y Sal 94:11.

Esquema

  • Inmadurez espiritual de los Corintios
  • Servidores de Dios
  • Responsabilidad por la obra de cada uno
  • Los creyentes como templo de Dios
  • Ninguno se gloríe en los hombres

Análisis general

  • 1.

    ¿Qué metáforas usa Pablo en este pasaje?

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    Niños (1); leche, alimentos sólidos (2); plantar, regar (6-8); colaboradores de Dios, labranza de Dios, edificio de Dios (9); fundamento (10-12); oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca (12); fuego (13); templo (16-17). En el versículo 10, “perito arquitecto” es un símil.

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Análisis del segmento

  • 3:1–4

    1.

    ¿Qué representan la leche y los alimentos sólidos?

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    Las mismas metáforas también se encuentran en Hebreos 5:11-14, para contrastar las enseñanzas básicas en contraposición a las enseñanzas para los espiritualmente maduros. De igual forma podemos aplicar esta interpretación al contexto de este pasaje. Los creyentes de Corinto, debido a su inmadurez espiritual, necesitan que se les enseñen una vez más las enseñanzas básicas sobre la humildad y la necesidad de exaltar a Dios en lugar de glorificar al hombre. No están preparados para enseñanzas más duras como las de dar, sacrificarse y sufrir por el Señor.

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  • 2.

    ¿Cómo los celos y las contiendas entre los Corintios reflejan su estado espiritual?

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    Los celos, las contiendas y las disensiones entre los Corintios reflejan el hecho de que son sabios a sus propios ojos pero incapaces de considerar a los demás como mejores que ellos mismos. Son como niños que solo piensan por sí mismos y pelean por lo que quieren. Su comprensión acerca de Dios y de sí mismos también es gravemente deficiente.

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  • 3a.

    ¿Por qué el reclamar lealtad a ciertos líderes de la iglesia es una señal de “ser carnales”?

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    En este pasaje, las expresiones (NVI) “comportar según criterios meramente humanos” (v. 3) y “ser humanos” (v. 4) son paralelas a “ser carnales” (v. 3) y contrastan con “ser espirituales” (v. 1). Por lo tanto, la implicación es que “ser humano” significa andar según los deseos de la carne. La idea es similar a la descrita en Efesios acerca de la forma de conducta que los creyentes tenían en otro tiempo, en la que “seguían la corriente de este mundo” y hacían “lo mismo que los demás” (Ef 2:1-4). Así, el idolatrar a los trabajadores por parte de los Corintios y su jactancia constituyen un comportamiento similar al del resto de la humanidad que no conoce a Dios. En lugar de dar gloria a Dios como debe hacerlo un creyente, compiten entre sí y tienen celos unos de otros.

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  • 3b.

    Mencione algunos ejemplos de andar según los deseos de la carne.

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  • 4.

    ¿Qué características están asociadas con ser espirituales?

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    Pablo resume la meta de la vida cristiana como “ser imitadores de Dios” (Ef 5:1). En el pasaje que sigue, así como en muchas otras exhortaciones similares, la Biblia nos muestra las cualidades divinas que son dignas de nuestra imitación (p. ej., 1 Pe 2:1-4:19; Ef 5:2-6:9; Ro 12:1-15:7; Gl 5:22-26; Flp 2:1-18; Col 3:1-4:1). Todas estas son características de ser espirituales.

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  • 3:5–9

    5.

    ¿Qué enseña este segmento acerca de los servidores de Dios?

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    Si bien los servidores de Dios pueden haber hecho mucho trabajo en su servicio a Dios, y ciertamente Dios los recompensará de acuerdo con su trabajo, no se les debe dar el crédito. Son instrumentos de Dios a través de los cuales llegamos a creer en Dios. Por importantes que sean, no son el objeto de nuestra fe.

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  • 6.

    ¿Qué enseña este segmento sobre el lugar de Dios?

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    Dios es Aquel que lleva a buen término el trabajo de sus siervos. Sólo Él es digno de toda gloria, y sólo Él es nuestro Señor a quien podemos adorar.

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  • 7.

    ¿Cuál es el mensaje del versículo 9?

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    Tanto los servidores de Dios como los creyentes a quienes sirven los obreros de Dios pertenecen a Dios (Note la repetición de “de Dios”). Dios es el supremo Señor y Amo. Ya sea que estemos sirviendo a los creyentes o que nos beneficiemos del servicio a los demás, debemos tener en cuenta que todos respondemos ante Dios.

    Otra lección que podemos aprender de este versículo es la certeza de que Dios está detrás de los ministerios que emprendemos y que se preocupa personalmente por nuestro bienestar. Cuando servimos, estamos trabajando junto a Dios. Él nos fortalece en nuestra debilidad. Como labranza y edificio de Dios, confiamos en que Dios nos cuidará y se asegurará de que florezcamos bajo su cuidado.

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  • 3:10–15

    8.

    Explique cómo el Señor Jesús es el único fundamento.

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    La Biblia enseña que nosotros los creyentes somos miembros del cuerpo de Cristo y Cristo es la cabeza del cuerpo (1 Co 12:12-13, 27; Ef 5:23; Col 1:18). Cristo es el Salvador de la iglesia, la razón misma de nuestra existencia espiritual, y en quien crecemos espiritualmente (Ef 5:23; Col 3:4). Cristo es nuestra sabiduría, justicia, santificación y redención (1 Co 1:30). Él es el único objeto de nuestra fe y es el corazón del mensaje evangélico (1 Co 2:1). En este sentido, Jesucristo es el único fundamento tanto de la fe como de la iglesia. Él es la piedra angular sobre la cual todos los creyentes se integran y crecen juntos (1 Pe 2:4-5; Ef 2:19-22).

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  • 9.

    ¿Qué significa para nosotros edificar sobre Jesucristo el fundamento?

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    El versículo 14 menciona que en el último día toda persona cuya obra permanezca firme recibirá recompensa. La palabra para “recompensa” es la misma que la palabra para “salario” en el versículo 8. Por lo tanto, podemos inferir que la obra de la que habla Pablo es la labor que uno realiza por causa del Señor en la edificación de la iglesia, así como Pablo plantó y Apolos regó para ayudar a los creyentes a crecer en su fe. De manera similar, Colosenses 2:7 y Judas 1:20 también hablan sobre la edificación en Cristo, en el sentido de estar confirmados en nuestra fe. Nosotros los creyentes tenemos la responsabilidad de edificarnos a nosotros mismos y unos a otros (cf. Ro 14:19, 15:2)(1 Co 14:12)(2 Co 12:19; Ef 4:16)(1 Tes 5:11).

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  • 10.

    ¿Cómo mide la calidad de sus materiales de construcción y mano de obra?

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    El ser humano tiende a mirar el desempeño y los resultados, pero Dios mira el corazón (cf. 1 Co 4:5). Estas son algunas de las formas en que podemos verificar la calidad de nuestro trabajo para edificar nuestra fe, así como la fe de otros creyentes:

    1. ¿Hago todas las cosas voluntariamente y no por ganancia? (cf. 1 Pe 5:2)
    2. ¿Sirvo a los demás por amor? (cf. 1 Co 8:1-13, 13:13; Ro 13:13-15:21)
    3. ¿Me esfuerzo en lo que hago por responder a Dios? (cf. 1 Co 4:2-5; Ro 14:6-8)(2 Co 5:9-10; Gl 1:10)
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  • 3:16–17

    11.

    ¿Cómo la enseñanza de que los creyentes son templo de Dios se relaciona con el problema de la división en la iglesia?

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    Los creyentes en su conjunto son el templo de Dios y el Espíritu de Dios mora en ellos (v. 16). Esta realidad espiritual revela la santidad y el esplendor de la congregación de creyentes. El que ama a la iglesia ama a Dios, y el que destruye la iglesia peca contra Dios (cf. 1 Co 8:11-12; Ro 14:20). Las divisiones que había en la iglesia de Corinto destruyeron la unidad de los creyentes y fueron perjudiciales para la fe de los creyentes. Si entendemos cuán sagrado es el cuerpo de Cristo, no permitiremos que las divisiones destruyan la iglesia de Dios.

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  • 12.

    ¿Qué tipo de acciones se consideran destructivas para el templo de Dios?

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    Cuando hacemos mal uso de nuestro conocimiento o de nuestra autoridad en la iglesia, podemos llegar a ser destructivos para el templo de Dios (cf. 1 Co 8:11)(2 Co 10:8, 13:10). Esto sucede cuando sólo consideramos nuestro propio bien en lugar del bien de otros creyentes. Incluso cuando estamos sirviendo diligentemente en la iglesia, si no actuamos por amor o de acuerdo al camino de Dios, podemos hacer más daño que bien.

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  • 3:18–23

    13.

    ¿Cómo nos hacemos ignorantes para ser verdaderamente sabios (v. 18)?

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    Ser ignorante en el presente contexto significa ser necio según los estándares mundanos, ya que Pablo contrasta la sabiduría del mundo con la sabiduría de Dios (cf. v. 19). Más específicamente, el punto de Pablo es que debemos ser humildes en lugar de jactanciosos. Aunque la humildad nos hace parecer necios y débiles ante el mundo, es ser sabio a los ojos de Dios. Aplicando este principio a la unidad en la iglesia, debemos amarnos, respetarnos y servirnos unos a otros con humildad, en lugar de pensar más alto de nosotros mismos y formar facciones para elevarnos.

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  • 14.

    ¿Cómo puede eliminar la jactancia al entender que “todo es vuestro”?

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    Pablo invierte la jactancia de los Corintios. Mientras que afirman pertenecer a los trabajadores que admiran, diciendo: “Yo soy de Pablo”, “Yo soy de Apolos” y “Yo soy de Cefas”, Pablo les dice que tanto Pablo, Apolos o Cefas, el mundo, la vida o la muerte, como lo presente o lo por venir, todo es suyo. Como servidores, Pablo, Apolos o Cefas pertenecen a los creyentes, así que no hay razón para que los creyentes exalten o se gloríen en ellos. Al mismo tiempo, dado que los creyentes ya tienen su noble estatus en Cristo, no es necesario ser ambicioso como la gente del mundo y buscar superarse unos a otros.

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  • 15.

    ¿Cómo puede eliminar la jactancia el entender que “vosotros sois de Cristo y Cristo es de Dios”?

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    En el cuerpo de Cristo, todos pertenecemos a Cristo tal como Cristo pertenece a Dios. Siendo Dios nuestro único amo a quien adoramos y servimos, no debe haber lugar para idolatrar a los trabajadores o competir entre los creyentes.

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