Autor

El contenido (1:1) evidencia con claridad a Pablo como el autor. Ampliamente se ha aceptado que Pablo escribió esta carta mientras estaba preso en Roma (ver 3:1,13; 4:1; 6:20) igual que otras llamadas ‘cartas de la prisión’: Filipenses, Colosenses y Filemón. En el siglo XIX algunos cuestionaron la autoría de Pablo, y eligieron creer que la carta había sido escrita por alguno de los discípulos de Pablo. Pero de haber sido escrita por otra persona usando el nombre de Pablo, entonces no podríamos confiar en la epístola como palabra de Dios. Rechazamos totalmente esta postura, dado que pone en duda la veracidad de la Biblia. Además, tal perspectiva (no sólo dudar de Efesios, sino de muchos otros libros de la Biblia) está respaldada por suposiciones, análisis y metodología inciertos.

Destinatario

La evidencia interna (1:1) declara que los destinatarios son “los santos que están en Éfeso”. Pero algunos de los manuscritos griegos más antiguos omiten “en Éfeso” y la ausencia de salutaciones personales hace que probablemente la carta haya sido escrita a varias iglesias, una de las cuales era la de Éfeso.

Fecha

Durante el encarcelamiento de Pablo en Roma (59-64 d.C.). Es incierto si fue durante el primer encarcelamiento (arresto domiciliario) de dos años (59-61 d.C.) mencionado en Hch 28:30 o durante un encarcelamiento más severo previo a su ejecución.

Características únicas

  1. La epístola no aborda problemas específicos en la iglesia. 
  2. No hay salutaciones personales. 
  3. La forma literaria es una combinación de doxología, oración, teología y exhortaciones. Dicha composición de forma libre es el resultado de la naturaleza sublime de las doctrinas en la epístola.

Versículo central

“…en toda sabiduría e inteligencia. Él nos dio a conocer el misterio de su voluntad…”. (1:8, 9).

Visión panorámica

Para tener una idea general de Efesios, lea todo el libro y anote un encabezado para cada una de  las secciones en que se divide el cuadro B.

Temas

En los lugares celestiales

Los cristianos han de discernir que existe un dominio junto al mundo físico en el que vivimos. Los lugares celestiales que se mencionan cinco veces en la epístola, no se refieren al cielo en el que moraremos por la eternidad (ver 2 Co 5:2), sino a una dimensión espiritual donde los cristianos salvos se sientan con Jesús (2:6), quien está a la diestra del poder (1:20). Aquí Dios bendice a los cristianos (1:3) y les revela su multiforme sabiduría a través de su congregación, la iglesia, a los principados y poderes espirituales (3:10), y esto resulta en una lucha contra las huestes espirituales de maldad (6:12). Con esta percepción adicional, los cristianos que disciernen se preparan espiritualmente para la lucha en los lugares celestiales, poniéndose la armadura de Dios (6:11-18). Este mundo espiritual es real y es un truco de Satanás para engañar a la gente del mundo, haciéndoles creer que la espiritualidad es la Nueva Era vinculada a la naturaleza o que la espiritualidad es el espiritismo, el ocultismo y la magia negra.

Estar espiritualmente informado

En dos oraciones famosas, Pablo pide que los efesios sean iluminados espiritualmente. En 1:18-21, pide que conozcan la esperanza, la gloria de su herencia y la grandeza del poder de Dios. Este conocimiento fortalece la fe y hace al creyente comprender lo valiosísimo de tener al Espíritu Santo en él (1:13-16). Él es la garantía de su herencia. En 3:17-19, Pablo pide que los efesios tengan el poder de comprender el amor de Cristo. Este conocimiento le permite a uno estar lleno de la plenitud de Dios (3:19) y ser sujeto a Él, el cristiano es fortalecido en su amor por los demás (2 Co 5:14, 15).

Unidad

La iglesia al inicio corría el riesgo de dividirse en dos, una parte judía y la otra gentil. También estaba bajo el peligro de preservar una parte al precio de transigir en la doctrina de Cristo: los judíos insistían que los gentiles observaran los requerimientos de la ley de Moisés para ser seguidores de Cristo (Gl 5:1-12). Pablo enfatiza que la unidad se logra a través de abolir en la carne de Cristo la ley de los mandamientos contenidos en las ordenanzas (2:14-18) y recalca aún más que el cuerpo de Cristo, la iglesia, debe ser uno (2:19, 3:6, 4:3-6). Por ello, la iglesia debe esforzarse por la unidad, pero no una unidad fuera del único cuerpo de Cristo.

La iglesia

Este tema trasciende en toda la epístola. Dice mucho sobre la iglesia: que la iglesia es el cuerpo de Cristo (1:22, 23); que la iglesia es la casa de Dios edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Jesucristo mismo la principal piedra del ángulo (2:19, 20); que a través de la iglesia, su cuerpo, los judíos y los gentiles son reconciliados en uno (3:6, 12); que hay una sola iglesia (4:4); y que Cristo es la cabeza de la iglesia y su esposo (5:23, 31, 32). La carta también trata de lo que se espera de la iglesia: que los dones son distribuidos para equipar a los santos para la obra del ministerio y para la edificación de la iglesia (4:11, 12); que los cristianos deben revestirse del nuevo hombre al estar en el cuerpo de Cristo (4:24), y por ende caminar en la luz y no en tinieblas (4:17-5:20).

La nueva naturaleza y la vieja naturaleza

Pablo afirma que la vida cristiana es totalmente diferente a la vida de un inconverso. Son polos opuestos, como lo nuevo comparado a lo viejo (4:22-24) y la luz comparada a las tinieblas (5:8). Ef 4:17-5:20 es una fuerte invitación para notar esta gran diferencia y aconseja con claridad sobre cómo vivir la vida acorde a eso. Pablo extiende su exhortación a cómo los cristianos deben percibir su relación con los demás, como esposo y esposa (5:21-33); como hijos y padres (6:1-4); y como esclavos y amos (6:5-9).