Contexto

A continuación de la lección anterior, ahora vemos cómo el faraón promovió a José y lo puso como gobernante de todo Egipto. En su nueva posición, José tenía la responsabilidad de prepararse para enfrentar la calamidad que estaba por caer sobre las tierras de Egipto. Del relato aprendemos sobre la revelación del plan de Dios detrás de todos los desafíos y todas las dificultades que hemos experimentado.

Versículo clave

(41:38)

¿Sabía usted que...?

  1. Anillo de sello (41:42): En la burocracia egipcia, el hecho de que el faraón pusiera su anillo de sello en la mano de José significaba la delegación de autoridad para validar documentos en nombre del rey. [ref]
  2. Lino finísimo (41:42): La palabra hebrea “lino fino” es una palabra prestada del egipcio “byssus”, que se refiere a una tela egipcia de calidad excepcional. La palabra “lino fino” también se usaba en Israel para el mobiliario del Tabernáculo y las vestiduras sacerdotales. [ref]
  3. Carro (41:43): No solo era parte de la instalación de la alta oficina, sino también se refería al carro de guerra tirado por caballos. [ref]
  4. “¡Doblad la rodilla!” (41:43): Es una expresión que se encuentra en los tárgumes rabínicos, que puede interpretarse literalmente como “padre del rey”. Mientras que los comentaristas medievales judíos tradujeron el término como “¡doblar la rodilla!”, esta exclamación en egipcio puede traducirse como “¡atención!” [ref]
  5. Zafnat-panea (41:45): En hebreo, esta expresión puede traducirse literalmente como “revelador de cosas ocultas”. Además, en egipcio, la expresión puede traducirse literalmente como “Dios habla, Él vive”. La Septuaginta griega transcribió esta expresión y puede traducirse literalmente como “el sustentador de la vida”. [ref]
  6. Asenat (41:45): En egipcio, puede traducirse literalmente como “la que pertenece a la diosa Neith” [ref]  o “ella pertenece a su padre” o “ella te pertenece a ti”. [ref]
  7. Potifera (41:45): En egipcio, puede traducirse literalmente como “aquel a quien el dios del sol Re ha dado”. [ref]
  8. El sacerdote de On (41:45): La Septuaginta griega lo tradujo literalmente como “Heliópolis” o “la ciudad del sol”. Esta ciudad estaba situada a 7 millas al noreste del Cairo moderno y era el gran centro de culto del dios sol Re o Bet-Shemesh en hebreo (Jer 43:13). Además, en egipcio, la palabra “On” significa “columna”, lo que refleja las destacadas columnas y columnatas arquitectónicas de la ciudad. El sumo sacerdote de On ostentaba el exaltado título de “El más grande de los videntes”. La casta sacerdotal también era de gran influencia en la vida egipcia. Por lo tanto, José se casó con la élite de la nobleza egipcia. [ref]
  9. “Salió José y recorrió toda la tierra de Egipto” (41:46): Varios ejemplos históricos prueban que no era nada extraordinario que los extranjeros, y los semitas en particular, fueran acogidos por la corte y ascendieran a puestos de responsabilidad y poder en el gobierno de Egipto. [ref]
  10. Gran cantidad (41:47): En hebreo, esta expresión se traduce literalmente como “a puñados” o “tantos tallos de maíz como lo puede agarrar el segador con su mano izquierda”.
  11. Manasés (41:51): En la tradición, el nombre “Manasés”, que literalmente significaba “el que hace olvidar”, se le daba muy probablemente al niño nacido después de alguna desgracia, como la muerte de un niño anterior o del padre. Aquí, José adaptó el nombre a su propio caso. [ref]
  12. “Mi aflicción” (41:52): En griego-Septuaginta, la frase puede traducirse literalmente como “mi humillación”.
  13. Hambre (41:54): Del sur de Sudán, el río Nilo recibía suministro de agua de la lluvia. La cantidad inadecuada de lluvia reducía significativamente el agua del Nilo, afectando gravemente a la agricultura egipcia. [ref]

Esquema

  • José fue ascendido por el faraón
  • José supervisó la tierra de Egipto
  • José estaba listo para la hambruna

Análisis general

  • 1.

    ¿Cómo refleja el libro de Génesis capítulo 41 el poder absoluto de Dios sobre la humanidad y el curso de la historia?

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    El libro de Génesis capítulo 41 refleja la omnipotencia de Dios sobre la humanidad y el curso de la historia. Primero, a través de la narración, el capítulo 41 del libro de Génesis expresó cómo el Señor era omnipotente sobre el poder de los hombres. Aunque el faraón era el gobernador más poderoso de todas las tierras de Egipto, quien tenía también a sus magos y a sus sabios por todas las tierras, no pudo interpretar el misterio de sus sueños (Gn 41:8). Solo pudo entender el significado de sus sueños cuando Dios se lo reveló a través de José (Gn 41:25-32).

    Segundo, la narración del capítulo 41 revela cómo Dios tenía el control final sobre el curso de la historia de las naciones. Aunque Egipto era una nación conocida por sus riquezas, sus placeres pecaminosos, por los magos y los sabios (Heb 11:25-26; Gn 41:8), esta poderosa nación fue impotente contra los siete años de hambre severa provenientes del Señor (Gn 41:30-31). Si no fuera por la misericordia de Dios, todas las tierras de Egipto hubieran perecido (Gn 41:36). El Señor, a través de su siervo José, advirtió y guió con gracia a la nación para prepararse ante la venida de la calamidad (Gn 41:53-57). Así, todas las tierras de Egipto y los países circundantes podrían preservarse en la historia de aquel entonces, sin tener que perecer de la severa hambruna.

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Análisis del segmento

  • 41:37-45

    1a.

    ¿Cómo vieron los egipcios el consejo de José?

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    Cuando José dio su consejo sobre la calamidad revelada en los sueños, el asunto pareció bien al faraón y a sus siervos (Gn 41:37).

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  • 1b.

    ¿Cómo respondió el faraón ante el consejo de José?

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    Ante la respuesta de José, el faraón expresó su asombro, diciendo a sus siervos que el espíritu de Dios residía en el mismo hombre que no solo interpretó sus sueños, sino que le dio también consejos (Gn 41:38).

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  • 2a.

    ¿Cómo el faraón aplicó el consejo de José en Gn 41:33-36?

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    Después de que el faraón escuchó el consejo de José en Gn 41:33-36, actuó de inmediato. José aconsejó al faraón que eligiera a un hombre prudente y sabio, y lo pusiera sobre la tierra de Egipto para el almacenamiento de comidas (Gn 41:33-36). Siguiendo el consejo, el faraón notó que no había entendido ni sabio como José (Gn 41:39), ni siquiera sus propios magos y sabios de Egipto (Gn 41:8). Así, eligió a José, el hombre más perspicaz y sabio a los ojos del faraón, y lo puso sobre toda la tierra de Egipto (Gn 41:41). Una vez que el faraón había nombrado a José sobre todo Egipto, le ordenó que estuviera sobre su casa, que gobernara a su pueblo y que hiciera la preparación necesaria en base a lo aconsejado (Gn 41:40, 34-36).

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  • 2b.

    A partir de la respuesta del faraón a José, ¿qué aprendemos sobre el faraón? Sobre su humildad: Véase Flp 2:3.

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    De la respuesta del faraón a José, podemos aprender acerca de su humildad. Aunque José era anteriormente el siervo de Potifar (Gn 39:1) y prisionero del capitán de la guardia (Gn 40:4), el faraón estaba dispuesto a prestar atención a las palabras de José. Aunque José, el siervo hebreo, no estaba entre los magos y los sabios de Egipto, el faraón no subestimó el consejo de José. De lo contrario, el faraón reconoció y aceptó completamente el consejo de José.

    Hoy nos sirve de ejemplo la respuesta del faraón ante el consejo de José. El apóstol Pablo, en su carta a los filipenses, exhortó una vez a los miembros a estimar a los demás como superiores a uno mismo con humildad (Flp 2:3). Tal como el faraón, que en su grandeza y alto estatus no despreció las palabras de José sino que las aceptó, nosotros tampoco debemos despreciar a nuestros hermanos en base a su bajo nivel económico o educativo. De lo contrario, debemos tratarlos con humildad, estimando a los demás como superiores a nosotros mismos. Por ejemplo, nosotros, que ya hemos servido regularmente en la iglesia, debemos brindar todo nuestro apoyo a los que recién se unieron al campo de trabajo, fomentando su potencial y talento para que sean mejores que nosotros.

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  • 2c.

    Acerca de su desinterés: Véase Flp 2:4.

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    Después de escuchar el consejo de José, el faraón reconoció su limitación. Aunque era el faraón, el titular del trono y el gobernador sobre toda la tierra de Egipto (Gn 41:40, 44), no pudo comprender ni prever la calamidad inminente, tampoco tuvo la sabiduría para enfrentar la severa hambruna. En lugar de mantener su poder y gloria, el faraón estaba dispuesto a poner a José para que fuera el gobernador de toda la tierra de Egipto (Gn 41:41). Ante el peligro inminente, con desinterés, el faraón nombró a José para que fuera el segundo del faraón en su autoridad, con el fin de salvar a toda la casa del faraón, los egipcios y toda la tierra de Egipto.

    Hoy nos sirve de ejemplo que el faraón nombrara a José para que fuera su segundo en autoridad. El apóstol Pablo, en su carta a los filipenses, nos recuerda que no debemos buscar nuestro propio provecho, sino el de los demás (Flp 2:4). Por ejemplo, cuando nos enteramos de que nuestros hermanos son más talentosos que nosotros en ciertos trabajos de la iglesia, no solo debemos orar por el acompañamiento continuo de Dios en él, sino también debemos animar a otros a apoyarlos, por el bien del crecimiento de la iglesia y para la gloria del Señor.

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  • 3a.

    Con base en las Escrituras, haga una lista de los hombres en quienes estaba el espíritu de Dios y poseían talentos únicos. Véase también 1 Sam 10:10; Ex 31:3, 35:31; Nm 24:2; Ez 11:24 y 2 Cr 15:1, 24:20.

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    En las Escrituras, además de José, había varios hombres en quienes residía el espíritu de Dios y que poseían talentos únicos. Por ejemplo, Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá, estaba lleno del espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para la edificación del Tabernáculo (Ex 31:2-5, 35:31-33). A continuación, vino el espíritu de Dios sobre Balaam, hijo de Beor, y pronunció su profecía y bendijo a Israel (Nm 24:2-9). Además, el libro de 1 Samuel menciona que el espíritu de Dios vino a Saúl, y guió a los israelitas a pelear contra los amonitas (1 Sam 10:10, 11:6-7). Por otro lado, el profeta Ezequiel fue alguien que tenía el espíritu de Dios en él y fue llevado en una visión a la tierra de los caldeos, a donde habló a los judíos que estaban en cautiverio (Ez 11:24). Por último, vino el espíritu de Dios sobre Azarías, hijo de Oded (2 Cr 15:1), y Zacarías, hijo del sacerdote Joiada (2 Cr 24:20), y advirtieron a los israelitas de su transgresión.

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  • 3b.

    A partir de los ejemplos mencionados anteriormente de las Escrituras, ¿cuál es el significado de la frase “en quien está el espíritu de Dios”?

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    La frase “en quien está el espíritu de Dios” juega un papel importante en los ejemplos de las Escrituras. Primero, la frase “en quien está el espíritu de Dios” nos revela que el Señor es quien da sabiduría, conocimiento, entendimiento, destrezas y habilidades a las personas. Por ejemplo, el reconocimiento por parte del faraón de la sabiduría y el discernimiento que José tenía (Gn 41:38) y el reconocimiento por parte del rey de Babilonia de la luz, el entendimiento y la mayor sabiduría que se hallaba en Daniel (Dn 5:14). Por lo tanto, aquel en quien está el espíritu de Dios es capaz de realizar tareas o solucionar asuntos que se consideran demasiado difíciles o imposibles de manejar. 

    Por otro lado, la frase “en quien está el espíritu de Dios” muestra que el Señor da coraje al que va a juzgar y al que dará advertencias acerca de calamidades inminentes o transgresiones de otros. Por ejemplo, sabiendo que los sueños del faraón contenían revelaciones ominosas, José con valentía dió las advertencias del juicio inminente al gobernador de toda la tierra de Egipto (Gn 41:25-36). Además, el autor del libro de 1 Samuel menciona cómo Saúl, sobre quien vino el espíritu de Dios, condujo valientemente a los israelitas a luchar contra los amonitas (1 Sam 11:6-7). El libro de 2 Crónicas también menciona cómo Azarías (2 Cr 15:1) y Zacarías (2 Cr 24:20) advirtieron valientemente a los israelitas de sus transgresiones contra Dios. Por lo tanto, aquel “en quien está el Espíritu de Dios” es capaz de dar con valentía las advertencias contra las transgresiones de otros, sin importar la posibilidad de ser aborrecido o dañado.

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  • 3c.

    ¿Qué aprendemos de la frase “en quién está el espíritu de Dios”?

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    Del ejemplo de José, en quien estaba el espíritu de Dios, podemos aprender varias lecciones. Primero, tal como José quien fue discernidor y sabio a través del espíritu de Dios, nosotros también debemos pedirle a Dios la sabiduría de lo alto. El autor del libro de Santiago exhortó a los que tienen falta de sabiduría que deben pedirle a Dios (Sant 1:5). El autor explicó además que la sabiduría que es de lo alto es “primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía” (Sant 3:17). Por lo tanto, con la sabiduría de lo alto, tenemos la capacidad de discernir el mal y la hipocresía del mundo que nos rodea y elegir sabiamente el camino de la paz y la misericordia en nuestra interacción con los demás.

    En segundo lugar, tal como José, que en él estaba el espíritu de Dios, tuvo el valor de revelar el peligro inminente y dar solución a lo imposible, también nosotros lo podemos todo en Cristo. El apóstol Pablo, en su carta a los filipenses, nos anima a que “lo podemos todo en Cristo que nos fortalece” (Flp 4:13). En consecuencia, la angustia y el sufrimiento que enfrentamos nos sirven como un medio para confiar en la fuerza de Dios para levantarnos nuevamente. Además, a través de la fuerza de Dios, somos capaces de soportar y escapar de las dificultades presentes.

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  • 4a.

    ¿Cómo los siguientes actos del faraón confirmaron el nuevo estatus de José sobre Egipto? El faraón puso su anillo en la mano de José: Véase también Est 3:12; Dn 6:17 y 1 Re 21:8.

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    Para confirmar el nuevo estatus de José sobre toda la tierra de Egipto, el faraón puso su anillo en la mano de José (Gn 41:42). En las Escrituras, el anillo de sello representa la autoridad de quien lo lleva para realizar un sello, decreto o mandato legal o real. Por ejemplo, en nombre del rey Asuero fue escrito un decreto, y éste fue sellado con el anillo del rey (Est 3:12). También está el acuerdo acerca de Daniel, el cual fue reafirmado con el sello del anillo del rey y el de sus príncipes para que no hubiera cambios (Dn 6:17). Además, está la carta de juicio contra Nabot, escrita por Jezabel en nombre del rey Acab y sellada con su sello (1 Re 21:8). En el libro de Génesis, vemos que el faraón puso su anillo en la mano de José para que éste pudiera implementar todos los medios administrativos necesarios para realizar los deberes que había sugerido previamente en nombre del faraón, como el de recoger la quinta parte de las cosechas de Egipto (Gn 41:34) y almacenar el trigo para mantenimiento de las ciudades durante la hambruna (Gn 41:35-36).

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  • 4b.

    El faraón puso a José el nombre de Zafnat-panea;

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    Para confirmar la autoridad otorgada a José sobre Egipto y todos los países, el faraón puso a José el nombre de Zafnat-panea (Gn 41:45). Además, a fin de reafirmar el nuevo estatus de José, el faraón hizo lo siguiente. Primero, el faraón lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, le puso un collar de oro en su cuello y lo hizo subir en el segundo carro para que el pueblo doblara la rodilla ante José (Gn 41:42-43). Todo esto apoyaba la nueva autoridad de José para hacer cumplir su política sobre el sustento de los egipcios. Además, el faraón hizo cumplir personalmente la autoridad de José sobre el pueblo, ordenando que fueran a José e hicieran lo que José les dijera (Gn 41:55). En otras palabras, sin el consentimiento de José, nadie podía alzar la mano ni el pie en toda la tierra de Egipto (Gn 41:44). Así, se confirmó la autoridad de José sobre toda la tierra de Egipto, lo que le permitió no solo cambiar la política de la nación, sino también exigir la obediencia del pueblo sobre los mandatos.

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  • 41:46-52

    5a.

    ¿Qué implicaba la frase “era José de edad de treinta años” en Gn 41:46? En cuanto a su cambio de carácter;

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    La frase “era José de edad de treinta años” en Gn 41:46 implicaba un cambio en su carácter. La frase significaba que José había pasado trece años (Gn 37:2) de aflicción en tierra extranjera (Gn 41:52). En su juventud, José fue mimado por su padre (Gn 37:3) y sus hermanos lo consideraban no sólo como el que informaba de la mala fama de ellos (Gn 37:2) sino también como una persona presumida, especialmente de sus propios sueños (Gn 37:8, 11). Pero a través de los trece años combinados de esclavitud en la casa de Potifar (Gn 39:1s) y trato injusto en la cárcel (Gn 39:20s), el carácter de José maduró. Durante sus aflicciones y dificultades, José no se detuvo en la autocompasión ni en la desesperación, sino que aprendió a ser sensible hacia los necesitados (Gn 40:7) y a confiar fielmente en la fuerza de Dios para enfrentar sus aflicciones (Gn 41:16, 51, 52).

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  • 5b.

    En cuanto a su preparación frente a la tarea en cuestión;

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    La frase “era José de edad de treinta años” en Gn 41:46 indicaba que José estaba preparado para aceptar la tarea encomendada por el faraón. Durante sus trece años combinados de esclavitud y encarcelamiento, José aprendió a cómo manejar la casa de Potifar (Gn 39:4), oficial del faraón y capitán de la guardia (Gn 37:36), incluyendo los asuntos de la casa de Potifar y los de los que trabajaban en la casa. Además, mientras estuvo en prisión, José aprendió a cómo administrar los asuntos de la prisión y a cómo manejar a los presos (Gn 39:22). Por otra parte, a través de la interacción con los dos oficiales principales del faraón, el panadero y el copero (Gn 40), José pudo vislumbrar la situación del gobierno de aquel entonces. Mediante todas estas experiencias, José fue preparándose para ayudar al faraón en el gobierno de Egipto, incluyendo la agricultura, la tesorería, el poder judicial y militar.

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  • 6a.

    ¿Qué nos cuenta la acción inmediata de José de “recorrer toda la tierra de Egipto” acerca de su sensibilidad frente a la inminente advertencia?

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    Después de que el faraón puso a José el nombre de Zafnat-panea (Gn 41:45), inmediatamente salió de delante del faraón y recorrió toda la tierra de Egipto con el propósito de hacer cumplir el plan que le había trazado al faraón. José sintió que el tiempo era esencial. Sabía del peligro inminente que pronto caería sobre toda la tierra de Egipto (Gn 41:30-31, 36). Por lo tanto, no se demoró en hacer los preparativos necesarios ni demoró el tiempo en familiarizarse con las condiciones del gobierno local. Más bien, tomó en serio la advertencia de los sueños y aprovechó todas las oportunidades para administrar la recolección y el almacenamiento del trigo para la hambruna que se avecinaba (Gn 41:46-49).

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  • 6b.

    En lugar de “recorrer toda la tierra de Egipto”, con su nuevo nombre de Zafnat-panea, ¿qué podría haber hecho José? Véase también el ejemplo de Moisés en Heb 11:24-26.

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    Ahora, José, con su nombre de Zafnat-panea dado por el faraón, podría haber dado por sentado su nuevo puesto. Al asumir esta nueva posición, José podría haberse acomodado para disfrutar los placeres y las riquezas de Egipto. Pero José no hizo tales cosas. Se concentró en la tarea asignada y no se aprovechó de su nuevo estatus. José siguió aferrándose fielmente a la guía del Señor y al recuerdo de su familia y de su patria. De manera similar, el autor del libro de Hebreos narra cómo Moisés, como hijo de la hija del faraón, podría haber disfrutado “los deleites temporales del pecado” y “los tesoros de los egipcios”. Sin embargo, Moisés rehusó llamarse hijo de la hija del faraón y optó ser “maltratado con el pueblo de Dios”, teniendo por mayores riquezas “el oprobio de Cristo” (Heb 11:24-26).

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  • 7.

    Describa los siete años de abundancia.

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    Los siete años de abundancia fueron lo siguiente: Primero, la tierra produjo en gran cantidad (Gn 41:47). Segundo, esta abundancia permitió a José almacenar alimentos en cada ciudad (Gn 41:48). Tercero, el trigo recogido era como la arena del mar, era incalculable (Gn 41:49). Cuarto, la abundancia de trigo pudo alimentar incluso a todos los países además de Egipto (Gn 41:57).

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  • 8.

    Compare y contraste la actitud de José con la actitud de Esaú y de Salomón con respecto al matrimonio con una mujer extranjera. Véase también Gn 26:34-35, 28:8-9 y 1 Re 3:1, 11:1-4.

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    De los ejemplos de matrimonios con mujeres extranjeras, podemos ver la diferente actitud de José con la de Esaú y la de Salomón.

    Cuando Esaú tomó por mujeres a dos hijas de Canaán (Gn 26:34), las tomó por su propia voluntad y su propio placer, sin importar la advertencia y el agravio de sus padres (Gn 26:35, 28:8) y siguiendo el camino de Lamec, uno de los descendientes de Caín (Gn 4:23). El matrimonio con las hijas cananeas le facilitó para adquirir completamente la tierra de Seir de las manos de los horeos (Gn 36:8, 20). Además, Esaú tomó por mujer a Mahalat, hija de Ismael (Gn 28:9), la cual le permitió fortalecer la alianza entre los edomitas y los ismaelitas. Así, a través de los matrimonios, Esaú pudo expandir política y territorialmente su dominio de gobierno.

    A continuación, el autor del libro 1 de Reyes menciona cómo Salomón se casó con la hija del faraón, rey de Egipto. Éste se casó con la hija del faraón por el tratado que hizo con Egipto (1 Re 3:1). Además, se casó con otras mujeres extranjeras por su propio deseo de placer. El autor del libro de 1 Reyes explicó cómo Salomón amó a muchas mujeres extranjeras y se juntó con ellas por amor (1 Re 11:1-2). Estas mujeres hicieron que el corazón de Salomón se inclinara tras otros dioses ajenos (1 Re 11:4).

    Aunque José se casó con una mujer extranjera, la hija del sacerdote de On (Gn 41:50), su actitud fue diferente a la de Esaú y Salomón. Después de que José se casó con Asenat, la hija del sacerdote egipcio, no hizo mal uso de su nuevo poder para influir en las élites y los sacerdotes egipcios para beneficio propio, como apoderarse gradualmente del reino egipcio. Este matrimonio tampoco cambió la fe y la lealtad de José hacia el Señor. A través del significado de los nombres de sus dos hijos (Gn 41:51-52), José compartió su experiencia personal con el Señor y guió a su familia a conocer al Señor Dios.

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  • 9a.

    ¿Cómo el significado de los nombres de sus dos hijos reflejó la experiencia de José con Dios? Manasés;

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    José llamó a su hijo primogénito Manasés, porque dijo: “Dios me hizo olvidar todos mis sufrimientos, y a toda la casa de mi padre” (Gn 41:51). El nombre Manasés no solo expresaba el agradecimiento de José por la guía de Dios en su vida, sino también confirmaba que el Señor estuvo con él todo el tiempo.

    Cuando Potifar compró a José de los ismaelitas que lo habían llevado allá, lo puso para que sirviera y más tarde lo hizo mayordomo de su casa (Gn 39:1, 4). Arrebatado de su tierra natal en contra de su voluntad, José se afanó para servir al amo de una tierra extranjera. Pero el Señor “lo hacía prosperar en todas sus empresas” (Gn 39:3). El Señor incluso bendijo “la casa del egipcio a causa de José” (Gn 39:5), literalmente haciendo olvidar a José todo su arduo trabajo a través de su prosperidad.

    Más tarde, durante el injusto encarcelamiento, José mencionó cómo fue “raptado de la tierra de los hebreos” (Gn 40:15). El pensamiento en su padre, en su familia y en la tierra de los hebreos debe haber pasado varias veces por la mente de José. Pero el Señor estaba con José, incluso en la cárcel (Gn 39:23). El Señor hizo que José se ganara el favor del jefe de la cárcel. Estas comodidades hicieron que José pudiera olvidarse de “toda la casa de [su] padre”.

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  • 9b.

    Efraín;

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    Al segundo hijo José lo llamó Efraín, porque dijo: “Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción” (Gn 41:52). El nombre de Efraín no fue solo para probar el cumplimiento de los sueños de José por parte de Dios, sino también para confirmar el plan bondadoso de Dios para la vida de José.

    Ahora, llevando el nombre de Zafnat-panea, José pudo ver cómo Dios cumplió gradualmente sus sueños. Desde los manojos hasta el sol, la luna y las estrellas, en los sueños de José, todos se inclinaban hacia él (Gn 37:7, 9). Después de que el faraón puso a José el nombre de Zafnat-panea, no solo que la familia vino a comprarle trigo a José y se inclinaron e hicieron reverencia ante él (Gn 43:28), sino que todo el pueblo de Egipto y toda la tierra de Egipto se inclinaron ante él (Gn 41:43) y estaban bajo el mando de José (Gn 41:55). Incluso de todos los países venían a Egipto para comprar grano a José, porque por toda la tierra había crecido el hambre (Gn 41:57). Mediante el cumplimiento de sus sueños, José experimentó abundantes bendiciones en su vida.

    Además, todos los malos tratos que experimentó José, desde la esclavitud hasta la falsa acusación, el encarcelamiento injusto y el olvido, fueron para prepararlo para ser la persona que sería, el que salvaría a toda la tierra de Egipto de la severa hambruna (Gn 45:7, 8). Sin darse cuenta, la experiencia que tuvo durante la esclavitud y el encarcelamiento preparó a José y también construyó su carácter, el conocimiento y la sabiduría para gobernar sobre toda la tierra de Egipto. La bondad de Dios (Gn 50:20) hizo que José se diera cuenta verdaderamente de lo fructífero que se había vuelto en medio de su aflicción.

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  • 10a.

    Si fuera José, ¿qué aflicciones le gustaría olvidar?

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    Si fuéramos José, habría varias aflicciones que nos gustaría olvidar. Primero, cuando fuimos arrojados y abandonados por los hermanos en la cisterna (Gn 37:24). Teníamos que llevar la noticia del bienestar de los hermanos a Jacob (Gn 37:14), pero fuimos maltratados. Segundo, cuando nos vendieron como esclavos y nos forzaron a servir en tierra ajena (Gn 37:36, 39:1). Éramos como víctimas, “robadas de la tierra de los hebreos” (Gn 40:15). Tercero, cuando fuimos falsamente acusados y arrojados a la cárcel por el amo que servimos (Gn 39:19-20, 40:15). En la casa de Potifar, servimos fielmente y nunca nos aprovechamos de nuestro estatus. Sin embargo, el amo nos juzgó ciega e injustamente en base a una falsa acusación (Gn 39:17-18). Cuarto, cuando fuimos olvidados por el jefe de los coperos del faraón que lo habíamos ayudado a interpretar su sueño (Gn 40:23). Le rogamos que tuviera misericordia e hiciera mención de nuestro caso al faraón (Gn 40:14-15). Sin embargo, después de que éste fue restaurado a su puesto, no hizo nada al respecto.

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  • 10b.

    Comparta una experiencia de la cual Dios le haya hecho olvidar las dificultades de su vida.

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  • 10c.

    Comparta una experiencia de la cual Dios le haya hecho salir adelante en medio de las aflicciones.

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  • 41:53-57

    11.

    Describa la severidad de los siete años de hambre.

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    La severidad de los siete años de hambre fue la siguiente: Primero, se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó por pan al faraón (Gn 41:55). Segundo, se abrieron todos los graneros que contenían el trigo almacenado de los siete años de abundancia para la compra de grano (Gn 41:56). Tercero, por toda la tierra había crecido el hambre, afectando también a otros países (Gn 41:56). Cuarto, de todos los países venían a Egipto para comprar grano a José (Gn 41:57).

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  • 12.

    Compare y contraste entre los siete años de hambre en Gn 41:54 con el de 2 Re 8:1.

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    Por un lado, el libro de Génesis registra que los siete años de hambre en Egipto fueron severos (Gn 41:56). La hambruna severa no solo estaba afectando a Egipto y las tierras circundantes, sino que también estaba afectando a otros países (Gn 41:54, 57). La hambruna fue tan severa que el pueblo de Egipto clamó al faraón por pan y José tuvo que abrir todos los graneros que contenían el trigo almacenado de los siete años de abundancia (Gn 51:55-56).

    Por otro lado, los siete años de hambre en 2 Re 8:1 estaban afectando solo al área de Samaria (2 Re 7:18). La sunamita y su familia, a quienes el profeta Eliseo les había comunicado la advertencia de Dios, se fueron a vivir durante siete años a tierra de los filisteos (2 Re 8:2). Además, aunque la hambruna en Samaria era severa (2 Re 6:25), al menos aún se conseguía la cebada y la flor de harina a un precio significativamente alto (2 Re 7:18).

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  • 13.

    Enumere las representaciones de hambrunas mencionadas en las Escrituras.

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    Las diversas representaciones de las hambrunas mencionadas en las Escrituras son las siguientes: Primero, el hambre como un desastre natural (Gn 12:10, 26:1, 41:27, 56, 42:5; Rut 1:1 y 2 Re 4:38). Segundo, el hambre como castigo del Señor por culpa de sangre (2 Sam 21:1, 24:11-13; Is 51:19-20 y 1 Cr 21:9-12). Tercero, el hambre, junto con la espada y la pestilencia, como castigo del Señor por los pecados cometidos (Jer 5:7-13, 11:22, 14:12-18, 15:2, 16:4, 21:7, 9, 24:10, 27:8, 34:17, 38:2, 42:16, 22, 44:12; Ez 5:12, 16, 6:11, 7:15, 14:13 y 2 Cr 20:9). Cuarto, el hambre, acompañado de pestilencia, pulgones o bestias feroces, como castigo del Señor por los pecados cometidos (1 Re 8:37; Is 14:30; Ez 5:17 y 2 Cr 6:28). Quinto, el hambre como medio utilizado por los enemigos para asediar (2 Re 6:25, 7:4, 25:3; Jer 52:6 y 2 Cr 32:11). Sexto, el hambre como oprobio (Ez 36:30). Séptimo, el hambre como hambre de oír la palabra del Señor (Am 8:11).

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  • 14a.

    Según las Escrituras, ¿qué es una hambruna espiritual?

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    El autor del libro de Amós explica cómo el Señor Dios enviará hambre a la tierra. Pero no es hambre de pan ni sed de agua. Es el hambre de oír las palabras del Señor (Am 8:11). En otras palabras, cuando el pueblo de Dios ha explotado a los menesterosos, ha arruinado a los pobres de la tierra (Am 8:4), ha despreciado la Luna Nueva y el Día de Reposo del Señor (Am 8:5), ellos han apartado su corazón de Dios. Y como resultado, la presencia de Dios y las palabras del Señor ya no están más con ellos.

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  • 14b.

    Según las Escrituras, ¿cuáles son las señales de hambre espiritual en la sociedad actual? Véase también 1 Jn 2:4-5 y 2 Ti 3:1-4.

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    Según el profeta Amós, el hambre espiritual es el hambre de oír las palabras del Señor (Am 8:11). En otras palabras, es la condición donde el corazón de los hombres carecen de la palabra de Dios. El autor de la carta de Juan explica que el que guarda la palabra de Dios, el amor de Dios y la verdad están en él (1 Jn 2:4-5). Por tanto, cualquiera que no tiene la palabra de Dios en él, no ama a Dios y la verdad de Dios no está en él.

    Además, el apóstol Pablo en su carta a Timoteo advierte que las señales de los que no aman a Dios son las siguientes: Serán amadores de sí mismos, avaros, vanidosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin templanza, crueles, enemigos de lo bueno, traidores, impetuosos, engreídos, amadores de los deleites (2 Ti 3:1-4).

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  • 14c.

    Según las Escrituras, ¿cuál es la solución a la hambruna espiritual? Véase Jn 1:1, 6:35, 16:13.

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    Las Escrituras nos dan la solución ante la hambruna espiritual. El autor del libro de Juan nos anima diciendo que el que viene al Señor Jesús, el pan de vida, nunca tendrá hambre espiritual (Jn 6:35). Al confiar y mantenernos cerca del Señor Jesús, la palabra de Dios (Jn 1:1), se nos recordarán constantemente las palabras del Señor Jesús y sus enseñanzas. Además, el autor del libro de Juan nos explica que el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, nos guiará “a toda la verdad” (Jn 16:13), enseñándonos a guardar las palabras de Dios en nuestro corazón. A través del Espíritu Santo, podemos tener la fuerza para no seguir el deseo de los pecados, sino para buscar la justicia y caminar en sus estatutos. Así, nuestra espiritualidad ya no estará hambrienta sino llena por el poder del Espíritu Santo.

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