Contexto

El pasaje anterior inició la segunda advertencia de la carta. Hace un llamado a guardarse de un corazón de amargura y de incredulidad, que conduce a rechazar a Dios. Aprendimos del ejemplo de los israelitas que el resultado de la incredulidad es no poder entrar en el reposo de Dios. El pasaje de esta lección expande este tema de entrar al reposo de Dios con una aplicación práctica para la vida de los creyentes hoy.

Versículo clave

(4:11)

¿Sabía usted que...?

Esquema

  • Advertencia contra fracasar en alcanzar la meta
  • Designación de otro día y exhortación a entrar en el reposo
  • El efecto penetrante de la palabra de Dios

Análisis general

  • 1.

    Anote lo que el pasaje dice respecto al “reposo”.

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    Permanece aún la promesa de entrar en el reposo de Dios (1). Temamos, no sea que alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado (1). Los que hemos creído entramos en el reposo (3). Dios juró en su ira que los israelitas no entrarían en su reposo (3,5). Dios reposó en el séptimo día de todas sus obras (4). Algunos están por entrar en el reposo, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de la desobediencia (6). Josué no dio reposo a los israelitas, queda un reposo para el pueblo de Dios (8-9). El que ha entrado en su reposo, ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas (10). Procuremos entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga (11).

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Análisis del segmento

  • 4:1-2

    1.

    ¿Por qué el autor nos indica que temamos en el versículo 1? Explique la consecuencia que debemos evitar.

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    El versículo 1 dice: “Temamos, no sea que alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado”. El ejemplo de los israelitas nos enseña que nosotros los creyentes también podríamos no entrar en el reposo de Dios si nos descuidamos. Este es un peligro real, no hipotético. Si nos endurecemos de corazón como ellos, entonces también perderemos la gracia de Dios y no podremos entrar en su reposo.

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  • 2a.

    ¿Cuál es “el evangelio” predicado tanto a nosotros como a los israelitas?

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    La palabra “evangelio” puede entenderse en sentido más amplio como “buena nueva”. La buena nueva a los israelitas era que entrarían en el reposo de Dios si creían en Él y en sus promesas. Hoy, la buena nueva para nosotros es que entraremos en el reposo de Dios si creemos en el Señor y en su promesa de salvación.

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  • 2b.

    ​​¿Por qué a ellos de nada les sirvió haber oído la palabra?

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    La palabra no les sirvió de nada porque no estaba “acompañada de fe en los que la oyeron…” (2). Ellos no dispusieron sus corazones con fe para que la semilla de la palabra de Dios creciera y diera fruto (cf. Lc 8:15). Aunque sabían lo que Dios les había prometido, aún se rebelaron contra Dios. De igual forma, si solo conocemos la palabra de Dios pero no respondemos con fe, tanto en nuestro corazón como en nuestras acciones, entonces no nos será de provecho. Su palabra nos juzgará en el día final (Jn 12:47-48).

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  • 3.

    ¿Falló la promesa de reposo en Dios a los israelitas? Por los caídos en el desierto, ¿qué lecciones aprendemos sobre recibir el reposo prometido por Dios?

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    Los israelitas cayeron en el desierto, no porque la promesa de Dios falló, sino porque no creyeron en Dios y lo rechazaron. Aunque eran el pueblo escogido, su falta de fe les impidió entrar en el reposo. Por tanto, no debemos sentirnos complacientes, pensando que ya obtuvimos la promesa de Dios. Debemos tener cuidado, acompañar de fe en la palabra que oímos, y ponerla en práctica en nuestras vidas.

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  • 4:3-11

    4.

    ¿Cuándo comenzó el reposo de Dios?

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    Luego de la creación, cuando Dios descansó de sus obras (3-4).

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  • 5.

    ¿Cómo se muestra que aún permanece la promesa de reposo?

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    Aunque el reposo de Dios aconteció primero en la fundación del mundo, este reposo continuó en la historia debido a que Dios habló en Salmos del fracaso de Israel para entrar en su reposo (5). Como era la voluntad de Dios que entraran en su reposo, pero los israelitas no entraron debido a la desobediencia, Dios determinó otro día de reposo: Hoy (6-8). Que Dios hablara de otro día muestra que la promesa no fue reclamada por los israelitas y que permanece hasta el día de hoy.

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  • 6.

    ¿Qué significa “reposo”? ¿Qué significa entrar en el reposo de Dios y reposar de las obras?

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    El descanso aquí es el reposo de Dios, el que Dios tuvo después de completar su creación, cuando vio que todo lo que había creado era bueno. Conlleva el sentido de perfección y satisfacción. Este reposo divino es algo que podemos experimentar en nuestras almas a través de Jesucristo (Mt 11:28-30). Cuando nos sometemos a Cristo y seguimos su ejemplo, ya no llevamos cargas pesadas en el alma. Habiendo sido reconciliados con Dios, estamos en paz con Dios. Ya no estamos atormentados por el pecado y el dolor, sino que tenemos paz interna. En vez de depender de nuestros esfuerzos, podemos confiar todo en el Señor.

    Su reposo será nuestro eternamente al morir en Él. “…Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen” (Ap 14:13). Al dejar este mundo, descansaremos del afán y el dolor de esta vida para estar con el Señor por siempre.

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  • 7.

    ¿Quién puede entrar en el reposo de Dios? ¿Has entrado en ese reposo?

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    Los que creen y obedecen al Señor entran en su reposo (3,6).

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  • 8a.

    “Procuremos, pues, entrar en aquel reposo” (11)  y “ha reposado de sus obras” (10) parecieran contradictorios. ¿Cómo reposamos de nuestras obras pero aún seguimos siendo diligentes? ¿Qué significa esforzarse por entrar en ese reposo?

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    Reposar de nuestras obras no es ser perezosos ni estancados en nuestro crecimiento espiritual. Significa estar libre del pecado y de la tristeza, sin intentar más depender de nuestras propias obras de justicia para alcanzar a Dios. Reposar de nuestras obras no contradice que tenemos que ser diligentes en Cristo. Pablo al hablar de ser hallado justo por fe, indicó: “…prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús … ; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Flp 3:12-14).

    Nuestra diligencia en Cristo solo es posible porque fuimos asidos por Cristo. Todos nuestros esfuerzos se basan en la gracia salvadora de Cristo, y no independientes de ella. Pedro también habló de la diligencia en Cristo basada en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesús (2 Pe 1:5-8, 3:17-18). Nuestro objetivo es aferrarnos a Cristo, no sea que nos apartemos de Él. Esto es ser diligentes para entrar en ese reposo, y es en consistencia con las exhortaciones y advertencias que hemos visto hasta ahora en Hebreos.

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  • 8b.

    ¿Qué nos enseña tal diligencia respecto a la naturaleza de la fe?

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    La fe es dinámica. La verdadera fe nos acerca más y más a Cristo. Un cristiano con verdadera fe es diligente en su progreso espiritual según la palabra de Dios.

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  • 4:12-13

    9.

    ¿Cómo es viva y eficaz la palabra de Dios? Explique sus efectos.

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    La palabra de Dios no es un simple libro de historia. Cumple el propósito de Dios (Is 55:11). Según el pasaje, tiene un efecto penetrante. Discierne los pensamientos y las intenciones del corazón, poniéndolos al descubierto ante Dios. Nos traspasa el corazón y nos conduce al arrepentimiento. Como un espejo, la palabra de Dios nos constriñe a enfrentarnos con nuestros pecados e incompetencias, dejándonos al descubierto frente a Dios (cf. Sant 1:23-24). Debido a que la palabra de Dios nos hace estar conscientes de los sentimientos y pensamientos más profundos, es  “útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia…” (2 Ti 3:16-17).

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  • 10.

    ¿Qué relación hay entre la palabra de Dios y su juicio?

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    Debido a que la palabra de Dios puede discernir los pensamientos y las intenciones de nuestro corazón, esta será la base para el juicio de Dios, momento en el cual todos tendremos que rendir cuentas ante Dios (13).

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  • 11.

    ¿Qué tiene que ver la palabra de Dios con entrar en el reposo de Dios? (Para responder esta pregunta, lea todo el pasaje de esta lección.) ¿Qué función tiene su palabra en nuestra salvación?

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    Nuestra respuesta ante la palabra de Dios determina si somos verdaderos creyentes o no. La palabra de Dios, que penetra nuestros corazones, juzga si tenemos fe. 

    Los israelitas oyeron la palabra, pero no les fue de provecho porque no acompañaron de fe en la palabra que oyeron (2). En consecuencia, no entraron en el reposo de Dios porque no guardaron su palabra. Por otra parte, los que creyeron y obedecieron pudieron entrar en el reposo de Dios.

    La palabra de Dios es vital para nuestra salvación porque nos conduce a Cristo, dado que “la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Ro 10:17). Su palabra nos hace “sabios para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Ti 3:15). Si creemos en su palabra, la cual se centra en Él, tendremos fe en el Señor Jesucristo. Por otra parte, rechazar la palabra de Dios es rechazar a Jesucristo. Por esto, siempre debemos creer y obedecer la palabra de Dios. Debemos permitir que esta ponga al descubierto nuestros corazones y nos conduzca a la gracia de Cristo. Si somos diligentes en someternos a ella, entraremos en su prometido reposo.

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