Contexto

Después de la huida de Jacob y su familia, Labán comenzó a perseguirlo con vehemencia con la intención de hacerle daño. El pasaje se centró en cómo Labán y Jacob se habrían visto atrapados en acaloradas acusaciones y confrontaciones, si no fuera por la intervención del Señor. Estos hechos nos recuerdan que el Señor puede impedir que uno perjudique a su pueblo, también juzga y es testigo de las acciones y conductas de uno.

Versículo clave

(31:49)

¿Sabía usted que...?

  1. Galaad (31:23) en hebreo, el nombre significa literalmente “monumento de piedras”. Galaad a veces se refiere a toda la Transjordania israelita (Jos 22:9), pero a menudo se restringe solo a las áreas entre los ríos Jaboc y Yarmuk al sur (Nm 32:29). Es una zona montañosa escarpada (Gn 31:21, 23, 25) cortada por valles fluviales y bordeada por Basán al norte. [ref]
  2. Jegar Sahaduta (31:47) en arameo, significa literalmente “montón de testigos”.
  3. Galaad (31:47) en hebreo, significa literalmente “montón de testigos”. El nombre tiene un significado similar al nombre “Jegar Sahaduta”, llamado por Labán. Probablemente la familia de Nacor originalmente hablaba arameo, y Abraham y sus descendientes aprendieron hebreo, un dialecto afín, en la tierra de Canaán. [ref]

Esquema

  • Dios vino a Labán en un sueño
  • Labán confrontó a Jacob
  • Jacob reprendió a Labán
  • Tanto Labán como Jacob hicieron un pacto

Análisis del segmento

  • 31:22-25

    1.

    ¿Cómo reaccionó Labán al escuchar que Jacob había huido?

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    Después de que le dijeron a Labán que Jacob había huido, tomó consigo a sus parientes, y fue tras Jacob. Siete días después lo alcanzó en los montes de Galaad (Gn 31:23).

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  • 2a.

    ¿Cuál era la intención inicial de Labán de alcanzar a Jacob?

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    Inicialmente, Labán quería hacerle daño a Jacob después de alcanzarlo, por haberse llevado a sus hijas como prisioneras de guerra (Gn 31:29, 26).

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  • 2b.

    ¿Qué provocó el cambio de intención?

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    El cambio de intención de Labán de dañar a Jacob fue provocado por la intervención de Dios a través de un sueño nocturno, donde Dios le advirtió a Labán diciendo: “Cuídate de hablarle a Jacob descomedidamente” (Gn 31:24, 29).

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  • 3a.

    ¿Qué podemos aprender sobre el carácter de Dios a partir de su intervención?

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    De la intervención de Dios hacia la intención dañina de Labán, podemos aprender que Dios es fiel a su promesa. Anteriormente, el Señor le había prometido a Jacob que estaría con él (Gn 31:3) en su viaje de regreso a la tierra de su familia. Por lo tanto, cuando Labán estaba persiguiendo a Jacob con la intención de interferir con el progreso del regreso de Jacob, el Señor intervino a través de un sueño de advertencia. Además, la intervención del Señor también mostró su bondad amorosa para proteger a su pueblo. Previamente, en Gn 31:7, el Señor había protegido a Jacob para que no sufriera daño por el engaño de Labán. Ahora, el Señor le advirtió a Labán que tuviera cuidado en su discurso (Gn 31:24), sabiendo que Labán tenía la intención de dañar a Jacob.

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  • 3b.

    ¿Qué podemos aprender sobre el carácter de Labán a partir de la intervención del Señor?

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    En Gn 31:24, el Señor se le apareció a Labán en un sueño de noche y le advirtió que tuviera cuidado al hablarle a Jacob. De aquí aprendemos que Labán es una persona que no toma en consideración lo que dice a otras personas. A partir de las palabras de Labán en Gn 31:29, sabemos que es capaz de hablar mal a Jacob, además de las palabras engañosas que ha dicho (Gn 31:7, 29:26-27).

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  • 31:26-35

    4a.

    ¿Cuáles fueron las acusaciones de Labán a Jacob?

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    Después que Labán había alcanzado a Jacob en los montes de Galaad, Labán acusó a Jacob de varias cosas: Primero, lo acusó de robar y llevarse a sus hijas como prisioneras de guerra (Gn 31:26). En segundo lugar, lo culpó por huir en secreto, quitándole la oportunidad de despedirlo apropiadamente con alegría, con cantares, con tamborín y arpa (Gn 31:27). Tercero, lo consideró como un loco por impedirle besar a sus hijos e hijas (Gn 31:28). Cuarto, lo acusó de robar sus dioses (Gn 31:30).

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  • 4b.

    ¿Estaban justificadas las acusaciones de Labán contra Jacob?

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    Las cuatro acusaciones de Labán contra Jacob no estaban del todo justificadas. Aunque Jacob no se llevó a las hijas y a los nietos de Labán como prisioneros, la huida en secreto de Jacob impidió que Labán se despidiera formalmente de ellos. En cuanto a la acusación de robar a los dioses, aunque Labán se apresuró a asumir que Jacob era el culpable, era lógico concluir que los dioses domésticos desaparecieron al mismo tiempo que Jacob huía en secreto. Por último, con respecto a la acusación de quitarle a Labán la oportunidad de despedir a Jacob adecuadamente, era más bien débil porque Labán nunca tuvo la intención de despedir a Jacob, y mucho menos hacerle una despedida con alegría.

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  • 5a.

    ¿Cómo respondió Jacob a las acusaciones de Labán?

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    Ante las acusaciones de Labán, Jacob explicó que tomó las hijas y los hijos de Labán porque temía que quizá Labán se los llevaría por fuerza (Gn 31:31). El temor de Jacob estaba respaldado por la vacilación de Labán de dejar ir a Jacob (Gn 30:27, 28) y la acción de Labán al quitarle la herencia a sus hijas (Gn 31:14, 15). Además, Jacob desafió a Labán a identificar su pertenencia robada y a no dejar vivir a la persona en cuyo poder encontrara sus dioses (Gn 31:32).

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  • 5b.

    ¿Estaban justificadas las respuestas de Jacob a Labán?

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    Las respuestas de Jacob a Labán no estaban del todo justificadas. El desafío de Jacob a Labán sobre los dioses domésticos mostró que estaba demasiado confiado. Jacob no sabía que era un miembro de su familia, su mujer Raquel, quien había robado los dioses domésticos. Sin embargo, Jacob se atrevió a desafiar a Labán para que matara al perpetrador. Si Labán hubiera buscado en la montura del camello de Raquel, Jacob se habría quedado estupefacto para responder a su propio desafío. Además, Jacob le dijo a Labán que había huido porque le tenía miedo. Pero tal declaración fue una excusa para cubrir su engaño. Aunque Labán insistió en retener a Jacob para que lo sirviera, todo seguía estando bajo el acuerdo y el consentimiento de Jacob sobre el pago negociado que recibiría.

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  • 6.

    ¿Qué podemos aprender de las diferencias de opiniones entre Labán y Jacob?

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    De las diferencias de opiniones entre Labán, el suegro, y Jacob, el yerno, podemos aprender la importancia de la comunicación entre los miembros de la familia. Como suegro, Labán debería haber aprendido a escuchar a su yerno. Después de que Raquel dio a luz a José, Jacob le rogó a Labán que lo dejara ir a su propio lugar y a su tierra junto con sus mujeres e hijos (Gn 30:25-26). Jacob también pidió a Labán que le permitiera trabajar para su propia casa (Gn 30:29-30), comenzando una nueva vida en su tierra de origen. Sin embargo, Labán estaba indeciso cuando accedió a la súplica de Jacob (Gn 30:34) y luego cambió de opinión al violar su propio acuerdo con Jacob (Gn 30:35-36). El trato injusto y engañoso de Labán hacia su yerno hizo que Jacob se desvinculara de su suegro. En la epístola a los Efesios, el apóstol Pablo advierte específicamente a los padres que no provoquen ira a sus hijos, sino que los críen en disciplina y amonestación del Señor (Ef 6:4). Si Labán hubiera podido escuchar y atender las necesidades de su yerno, el final de su relación habría sido diferente.

    Como yerno, Jacob debería haber mostrado su honor y respeto a Labán sin importar cuán engañoso fuera su suegro. En Gn 31:20, Jacob huyó a escondidas con todo lo que tenía sin decírselo a Labán. Jacob no puso en consideración que fue Labán quien primero lo acogió, lo dejó quedarse en su lugar (Gn 29:13-14) y le dio permiso para casarse con Raquel (Gn 29:19) y Lea (Gn 29:26), las hijas de Labán que dieron hijos a Jacob. Huir sin permiso y quitarle al suegro la oportunidad de despedirse de las hijas y los nietos como era debido sería deshonrar al hombre que ya le había dado a Jacob su riqueza y su familia. Además, engañar a Labán llevando a escondidas todo su ganado y su familia cuando Labán había ido a trasquilar sus ovejas (Gn 31:19) fue un acto de deshonra de Jacob hacia su suegro. En su carta a los Efesios, el apóstol Pablo amonestó a los hijos para honrar a su padre y a su madre (Ef 6:1). Aunque Jacob fue maltratado y engañado por Labán, como yerno, debió haber respetado y honrado a su suegro.

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  • 7a.

    ¿A qué extremo llegaron Labán y Raquel por el bien de los dioses domésticos? Labán;

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    Al suponer que Jacob había robado los dioses de su casa (Gn 31:30), Labán tomó consigo a sus parientes, fue tras Jacob, y después de siete días de camino lo alcanzó (Gn 31:23). Más tarde, Labán acusó a Jacob y examinó intensamente las tiendas de Jacob y las tiendas de sus mujeres (Gn 31:26-30, 33-35). Finalmente, al no querer Labán aceptar los dioses domésticos perdidos y al insistir en buscarlos en las propiedades de Jacob, esto hizo que la ira de Jacob se encendiera contra Labán (Gn 31:36-42).

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  • 7b.

    Raquel;

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    Después de que Raquel robó los dioses de la casa (Gn 31:32), los escondió en un lugar donde nadie pudiera encontrarlos. Incluso cuando su padre, Labán, los buscó desesperadamente en la tienda de Jacob, la tienda de Lea, las tiendas de las dos siervas y la tienda de Raquel (Gn 31:33), Raquel mintió descaradamente sobre el paradero de los ídolos porque quería guardarlos para ella. (Gn 31:34, 35).

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  • 8.

    ¿Qué podemos aprender de la ironía entre la frase “Raquel había hurtado los dioses” en Gn 31:32 y la frase “el Dios del padre de Jacob había estado con Jacob” en Gn 31:42?

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    Fue irónico ver a Jacob darse cuenta de que el Dios de su padre había estado con él (Gn 31:42), mientras que su mujer, Raquel, aún se aferraba a los dioses domésticos (Gn 31:32). Aunque Jacob amaba a Raquel y la tomó por mujer (Gn 29:18, 30), su amor no pudo influenciar a Raquel para que se aferrara al Dios de Abraham, tal como lo hizo él.

    La ironía entre Raquel y Jacob nos enseña una lección sobre la relación entre el marido y la mujer. En su carta a los Corintios, el apóstol Pablo recordaba a los miembros que la mujer o el marido eran santificados por el cónyuge (1 Co 7:14, 16). En otras palabras, el marido o la mujer debe influenciar espiritualmente a su cónyuge en forma activa para su salvación. Por lo tanto, él o ella debe hacer todo lo posible para santificar al cónyuge tanto en obras como en pensamientos. El marido y la mujer no solo deben cuidarse el uno al otro física y mentalmente, sino también influenciar y santificar la fe del cónyuge.

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  • 9a.

    ¿Cuál fue el propósito del autor al incluir Gn 31:34?

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    El autor del libro de Génesis incluyó Gn 31:34 en el pasaje para que los lectores supieran que era Raquel, la perpetradora, quien había robado los dioses domésticos perdidos de Labán. Si bien Labán y Jacob no sabían quién se había llevado a los dioses, los lectores sabían exactamente quién se los había llevado.

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  • 9b.

    ¿Cómo fue Raquel responsable del conflicto entre su padre, Labán, y su marido, Jacob?

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    Cuando Labán fue tras Jacob y lo alcanzó, Raquel sabía que Labán estaba buscando desesperadamente a los dioses de su hogar (Gn 31:30). Sin embargo, Raquel le mintió a Labán con respecto al paradero de los dioses domésticos (Gn 31:35). Si Raquel le hubiera dicho la verdad a su padre, Labán no habría acusado a Jacob con tanta dureza y Jacob no se habría ofendido tanto por el maltrato de Labán.

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  • 9c.

    Observe el carácter de Raquel a partir de sus acciones en Gn 31:34-35.

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    Por lo que le había hecho a su padre y a su marido, sabemos que Raquel era una persona egoísta. Primero, Raquel robó intencional y secretamente los dioses que pertenecían a su padre. Ella sabía que los dioses eran muy importantes para él y que los buscaba intensamente (Gn 31:30-35). Ella estaba dispuesta a mentirle a su padre, solo para quedarse con los dioses robados (Gn 31:35). En segundo lugar, solo se preocupaba por sí misma. Incluso después de que Jacob anunciara que al que había robado los dioses debía quitársele la vida (Gn 31:32), Raquel no hizo ningún intento por corregir su error, tampoco evitó la creciente desconfianza entre su padre y su marido. De lo contrario, hizo que los dioses permanecieran escondidos en la montura de su camello (Gn 31:34) y se aseguró de que nadie los encontrara, incluyendo su padre. A Raquel solo le importaba quedarse con los ídolos robados y no mostraba ningún interés por el conflicto entre Labán y Jacob.

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  • 31:36-42

    10.

    ¿Por qué se enojó Jacob? ¿Por qué reprendió a Labán?

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    La ira de Jacob se encendió y reprendió a Labán por cómo lo trató a él y a sus mujeres. Labán trató a Jacob como si hubiera cometido una transgresión contra Labán. Y Labán buscó intensamente la tienda de Jacob y las tiendas de sus mujeres (Gn 31:33-35) como si fueran ladrones. Jacob reprendió a Labán por no estar dispuesto a aceptar que Jacob no había robado nada de los enseres de su casa (Gn 31:37) y tampoco había pecado contra Labán.

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  • 11a.

    Observe la ética de trabajo de Jacob en Gn 31:38-40.

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    A partir de Gn 31:38-40, podemos observar varias de las éticas de trabajo de Jacob. Primero, Jacob era responsable en el cumplimiento de su deber. En el transcurso de sus veinte años de servicio, las ovejas y las cabras de Labán nunca abortaron. Jacob nunca le traía a Labán lo arrebatado por las fieras, sino que pagaba el daño (Gn 31:38-39). Segundo, Jacob era honesto en su servicio. Admitió a Labán que en sus veinte años de servicio, nunca comió carnero del rebaño de Labán (Gn 31:38). Tercero, Jacob estaba comprometido en su servicio. Aunque la sequía lo consumía y el sueño huía de sus ojos, Jacob vigilaba el rebaño de Labán con el calor del día y la escarcha de la noche (Gn 31:40).

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  • 11b.

    Observe el carácter de Labán como patrón en Gn 31:39-42.

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    En Gn 31:39-42 nos muestra varias características de Labán como patrón. Primero, Labán era el tipo de empleador que culpaba a su empleado por la pérdida de su negocio. Cuando sus rebaños eran arrebatados por las fieras o hurtados de día o de noche, Labán le exigía a Jacob para que pagara el daño y cubriera la pérdida (Gn 31:38). En segundo lugar, Labán era el tipo de empleador que se quedaba con las ganancias para sí mismo. No solo cambió y estafó diez veces el salario de Jacob, también habría enviado a Jacob con las manos vacías (Gn 31:41-42) si no hubiera sido por la intervención de Dios.

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  • 12a.

    ¿Cuál es el significado de la frase “Terror de Isaac” o “aquel a quien temía Isaac” en Gn 31:42, 53? Véase también 1 Sam 11:7; Is 2:19, 21; Sal 119:120; Job 13:11 y 2 Cr 17:10, 19:7.

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    La frase “Terror de Isaac” tiene un significado significativo. En Gn 31:53, el autor explica que Jacob juró por aquel a quien temía Isaac, su padre. En Gn 31:42, el autor hace referencia al “Terror” como el Dios de Abraham, el Dios de su padre, Isaac.

    Además, a lo largo de las Escrituras, “terror” o “temor” representa la majestad y la gloria del Señor (Is 2:19, 21). El libro de Isaías explica cómo los hombres que confiaban en los ídolos se esconderían del terror del Señor debido a su gloria, a su majestad y al poder que sacudía la tierra fuertemente. Además, el salmista hace referencia al temor por el juicio de Dios (Sal 119:120). El autor del libro de Job describe el terror como el pavor de la majestad del Señor (Job 13:11). Y el libro de 2 Crónicas explica el temor del Señor como la liberación de la iniquidad y la parcialidad (2 Cr 19:7).

    Por último, según el libro de 1 Samuel, el temor de Dios llevaría a la obediencia y al consentimiento (1 Sam 11:7). En 2 Cr 17:10, el terror de Dios haría que los enemigos se abstuvieran de hacer la guerra contra el pueblo de Dios.

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  • 12b.

    ¿Qué significaba la frase “Terror de Isaac” para Jacob?

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    La frase “Terror de Isaac” fue significativa para Jacob. La frase reflejaba su experiencia personal en la guía del Señor. El Dios de Isaac, su padre, vio en verdad la aflicción de Jacob y el trabajo de sus manos (Gn 31:42). En otras palabras, la confesión por parte de Jacob del Terror de Isaac resultó ser un consuelo ante el maltrato y la deshonestidad de Labán, y una fortaleza ante la impotencia de Jacob frente a su propio suegro y patrón.

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  • 12c.

    Comparta su experiencia de cómo el temor de Dios influye en la forma en que toma una decisión determinada.

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  • 31:43-55

    13a.

    ¿Qué desesperación notaste en las palabras de Labán en Gn 31:43? ¿Por qué pronunció tales palabras?

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    Ante la reprensión de Jacob, Labán dijo que las mujeres y los hijos de Jacob eran en realidad las hijas y los hijos de Labán (Gn 31:43), porque seguían viviendo bajo el techo de Labán. Sin embargo, ahora Labán sabía que Jacob estaba decidido a regresar a su tierra de origen, junto con sus mujeres e hijos (Gn 30:26, 31:30). Además, Jacob llevaba consigo los rebaños que se ganaron con la pérdida de Labán. Por lo tanto, Labán estaba en una amarga desesperación al ver que Jacob llevaba las riquezas que había ganado y que originalmente habían sido quitados de sus rebaños.

    Además, las últimas palabras de Labán “¿qué les puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a los hijos que ellas han dado a luz?” describieron su intensa desesperación (Gn 31:43). Como sus hijas y los hijos de ellas estaban con Jacob, Labán sintió que ya no podía ejercer ninguna autoridad como antes lo hacía con ellos y creyó que se habían vuelto contra él. Pero desde el punto de vista del autor, fue Labán quien había considerado a las hijas como extrañas, consumido todo lo que era de ellas y tomado la herencia que les pertenecía a ellas (Gn 31:14-16).

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  • 13b.

    En respuesta a su reacción, ¿qué orden dio Labán a Jacob? ¿Por qué hizo tal orden?

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    Después de su respuesta a Jacob, Labán le ordenó a Jacob que hiciera un pacto con él. Labán sabía que ya no podía hacer nada a sus hijas y a los hijos de ellas. Había aceptado el hecho de que Lea, Raquel y los hijos de ellas iban a seguir adelante sus camino sin él. Sin embargo, esto seguía tocándole la fibra sensible pensando en que tal vez nunca más los volvería a ver y quería que Jacob le asegurara algo. Por lo tanto, el pacto se convirtió en un testimonio entre los dos (Gn 31:44).

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  • 14a.

    ¿Qué significó el montón de testigos para Labán?

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    Para Labán, este montón de piedras se convirtió en testigo entre él y Jacob una vez que se apartaron el uno del otro (Gn 31:49). El montón de piedras fue testigo del pacto de que Dios estaría observando si alguna vez las hijas de Labán eran maltratadas por Jacob o si Jacob tomaba otras mujeres además de las hijas de Labán (Gn 31:50). Además, el montón de piedras actuó como testigo de que Labán no pasaría de este montón para ir contra Jacob, ni Jacob pasaría de este montón para ir contra Labán (Gn 31:51-52).

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  • 14b.

    ¿Qué significó el montón de testigos para Jacob?

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    Para Jacob, este montón de piedras actuó como testigo de que él no pasaría de este montón para ir contra Labán (Gn 31:52). Además, fue una oportunidad para que ofreciera un sacrificio en el monte y comiera pan junto con sus hermanos y Labán (Gn 31:54). En otras palabras, el montón de piedras actuó como testigo de que Dios había protegido a Jacob del daño de Labán y había convertido la persecución en un acuerdo pacífico entre suegro y yerno. El montón de piedras se convirtió en testigo de que el Señor había guiado a Jacob y a su familia de regreso a su tierra de origen, impidiendo que Labán quitara por fuerza la familia de Jacob (Gn 31:31).

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  • 15.

    Para nosotros, ¿cuál es el significado de la frase “Aunque nadie esté con nosotros, Dios es testigo”?

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    La frase de Labán en Gn 31:50 nos sirve de advertencia hoy. Labán hizo una declaración importante: “Aunque nadie esté con nosotros, mira, Dios es testigo entre nosotros dos”. En otras palabras, aunque no había testigos alrededor de Jacob, Dios era el testigo para ver qué obras y pensamientos estaba planeando hacer Jacob. Del mismo modo, el autor del libro de los Proverbios nos explica que “los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos” (Pr 15:3). La amonestación del autor de Proverbios nos dice que los ojos de Dios están siempre vigilantes, observando cada paso, cada pensamiento y cada conducta que hacemos en secreto o al descubierto. Por lo tanto, tanto la frase de Labán como la advertencia del autor de Proverbios deberían disuadirnos de pecar y hacer cosas malas, a pesar de que nadie vea lo que hacemos o pensemos.

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