Contexto

Después del incidente en Gerar, entre Isaac y Abimelec, la narración se enfoca ahora en las interacciones dentro de la familia de Isaac. En este pasaje, es evidente la lucha entre los dos hermanos por la bendición final de su padre antes de que éste muriera. La lección nos advierte sobre el engaño, el valor de la bendición de Dios, la lucha dentro de una familia y la supremacía de la voluntad de Dios sobre la voluntad del hombre.

Versículo clave

(27:29)

¿Sabía usted que...?

  1. Se estremeció Isaac grandemente (27:33): en hebreo, la frase se puede traducir literalmente como “Isaac tembló sobremanera con gran temor”.
  2. Bien llamaron su nombre Jacob (27:36): en hebreo, el nombre Jacob suena similar a la palabra hebrea “talón”.

Esquema

Análisis del segmento

  • 27:1-17

    1a.

    Describa el rasgo físico y el hábito de Isaac en su vejez.

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    Cuando Isaac envejeció, sus ojos se oscurecieron y se quedó sin vista (Gn 27:1). Además, le encantaba comer alimentos sabrosos de la caza de Esaú (Gn 27:3, 4).

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  • 1b.

    ¿Cuál era el deseo de Isaac antes del día de su muerte?

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    Antes del día de su muerte, Isaac le pidió a Esaú que le hiciera un guisado como a él le gustaba y que se lo trajera para que pudiera comer y bendecirlo antes que muriera (Gn 27:2-4).

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  • 1c.

    ¿Cuál fue la razón de Isaac al elegir a Esaú en lugar de Jacob para su bendición?

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    Aparte de que Esaú era el hijo primogénito (Gn 27:32), Isaac prefirió a Esaú porque lo amaba y comía de su caza (Gn 25:27-28).

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  • 1d.

    Compare el hábito de Isaac en su vejez con la advertencia en Ro 16:18 y Flp 3:19. ¿Qué lección podemos aprender de tal comparación?

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    La razón por la que Isaac amaba a Esaú más que a Jacob era porque amaba la sabrosa comida de la caza de Esaú. En sus cartas, el apóstol Pablo nos advierte que los que sirven a sus propios vientres se asemejan a los que solo piensan en lo terrenal, saciando solo su carne (Ro 16:17-18; Flp 3:18-19). El amor de Isaac por su hijo fue cegado por su amor a la comida sabrosa, el cual afectó también su decisión de dar la bendición. De aquí aprendemos que nuestro deseo carnal puede afectar nuestra forma de tomar decisiones y de juzgar. A menudo, estamos rodeados de los placeres de las cosas terrenales y la gratificación de los deseos carnales, de manera que nuestras mentes ya no están más puestas en las cosas celestiales. En nuestro camino espiritual, solo cuando dejamos de servir a nuestros propios vientres o a los placeres carnales, podemos volver a poner nuestra mente en servicio al Señor.

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  • 2a.

    ¿Cómo reaccionó Rebeca cuando escuchó la conversación entre Isaac y Esaú?

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    Cuando Rebeca escuchó la conversación entre Isaac y Esaú, inmediatamente habló a Jacob, pidiéndole que obedeciera su voz, que trajera dos buenos cabritos de las cabras para la preparación de un guisado y que lo llevara a su padre para recibir su bendición antes de su muerte (Gn 27:5-10).

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  • 2b.

    ¿Cómo reaccionó Jacob a las órdenes de Rebeca?

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    Ante las órdenes de Rebeca, Jacob vaciló debido a que su hermano Esaú era hombre velloso y él era lampiño, y por temor a que su padre lo maldijera al haberlo engañado (Gn 27:11-12).

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  • 2c.

    ¿Cómo prosiguió Rebeca su plan con gran detalle?

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    Rebeca prosiguió su plan para engañar a Isaac preparando el guisado exactamente como le gustaba a Isaac. Después tomó Rebeca los vestidos de Esaú y se los vistió a Jacob, en consideración a que Isaac pudiera oler a Jacob. Luego, con las pieles de los cabritos, cubrió las manos de Jacob y la parte de su cuello donde no tenía vello, por si Isaac tocaba las manos de Jacob (Gn 27:14-16).

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  • 2d.

    ¿Qué hizo que Rebeca prosiguiera tal plan por el bien de Jacob? Véase también Gn 25:23, 28.

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    Rebeca prosiguió cuidadosamente y llevó a cabo el plan por el bien de Jacob para que éste recibiera la bendición de Isaac. Aparte de su amor por el hijo menor, Jacob (Gn 25:28), su determinación en la promesa de Dios de que el mayor serviría al menor (Gn 25:23) también influyó en sus acciones hasta el punto de engañar a su marido para asegurar las bendiciones de Jacob.

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  • 2e.

    ¿Qué lección podemos aprender del engaño de Rebeca a su marido? Véase también Ro 10:2.

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    Aunque el Señor le había dicho a Rebeca que el mayor serviría al menor, el engaño de Rebeca a Isaac no justificaba su fe en la promesa. El apóstol Pablo nos advierte en su carta a los Romanos que “el fin no justifica los medios”. El apóstol Pablo menciona acerca de sus hermanos israelitas que tienen celo por Dios, pero no conforme al verdadero conocimiento, sino ignorando la justicia de Dios (Ro 10:2-3). Por lo tanto, este celo ciego que tienen se convierte en una rebelión contra la justicia de Dios.

    De manera similar, debido al celo ciego que tenía por la bendición de Jacob, Rebeca justificó sus propias acciones engañando a su marido y ordenando a su hijo que mintiera a su padre. Hoy, debido al celo ciego, es posible que persigamos ambiciosamente un cierto estatus en la iglesia usando cualquier medio necesario. También es probable que realicemos vigorosamente muchos trabajos de la iglesia abandonando nuestra relación social con los miembros de la familia. El apóstol Pablo nos advierte que un celo ciego puede llevarnos a establecer nuestra propia justicia, pero “no estaríamos sometiendo a la justicia de Dios” (Ro 10:3).

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  • 27:18-24

    3a.

    ¿De qué manera Jacob le mintió a Isaac? Al sentido del oído de Isaac;

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    Cuando Isaac escuchó la voz de su hijo, supo que era la voz de Jacob (Gn 27:22). Pero Jacob dijo que él era Esaú el primogénito que había hecho tal como Isaac le había dicho (Gn 27:18-19).

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  • 3b.

    Al sentido de confianza de Isaac;

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    Isaac tenía dudas de que su hijo pudiera hallar la caza tan pronto. Sin embargo, Jacob calmó la duda de Isaac diciendo que era el Señor, Dios de Isaac, quien hizo que la encontrara delante de él (Gn 27:20).

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  • 3c.

    Al sentido del tacto de Isaac;

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    En ese momento, Isaac ya estaba sospechoso. Como Isaac no veía, le dijo a su hijo que se acercara para que pudiera palparlo. Isaac sabía la diferencia entre sus hijos: Esaú era velloso y Jacob era lampiño (Gn 27:21). Pero las pieles del cabrito que Rebeca había puesto en las manos de Jacob vencieron la sospecha de Isaac, de modo que Isaac creyó que estaba palpando las manos de Esaú (Gn 27:22).

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  • 3d.

    Al sentido del olfato de Isaac;

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    Para asegurarse por última vez de que el hijo que tenía la voz de Jacob era verdaderamente Esaú, su primogénito, Isaac le dijo a su hijo que se acercara para que lo besara (Gn 27:26). Esta vez, a través del sentido del olfato de Isaac, pudo notar la diferencia entre el olor del campo, el olor de Esaú, y el olor de las tiendas, el olor de Jacob (Gn 25:27). Como Jacob tenía puesto el vestido de Esaú, Isaac creyó que su hijo era el primogénito de Esaú (Gn 27:27).

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  • 4.

    ¿Por qué Isaac dudó en creer las palabras de Jacob?

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    Por un momento, Isaac dudó en creer que el hijo frente a él era Esaú por varias razones: 1) La voz era de Jacob, no de Esaú (Gn 27:22), 2) La caza era demasiada rápida para ser hallada y preparada (Gn 27:20), 3) Era difícil de reconocer porque el sonido de su voz y el tacto de sus manos eran contradictorios (Gn 27:23).

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  • 27:25-29

    5a.

    ¿Cuáles fueron las bendiciones de Isaac a Jacob? Abundancia;

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    La bendición de Dios del rocío del cielo, de los frutos de la tierra y de la abundancia de trigo y de mosto (Gn 27:28).

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  • 5b.

    Autoridad;

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    Los pueblos le servirán, las naciones y los hijos de su madre se inclinarán delante de él, y será señor de sus hermanos (Gn 27:29).

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  • 5c.

    La presencia de Dios;

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    Los que lo maldigan serán malditos y los que lo bendigan serán benditos (Gn 27:29).

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  • 6a.

    ¿En qué se parecen las bendiciones de Isaac a las de Abraham? Véase Gn 12:2-3, 13:14-15, 15:18-21, 22:17. Abundancia;

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    Entre las bendiciones, el Señor prometió a Abraham que sería bendición y en él serían benditas todas las familias de la tierra (Gn 12:2-3). Después de que Abram se separó de Lot, el Señor lo consoló diciéndole que toda la tierra que había visto le sería dada a él y a su descendencia (Gn 13:14-15, 15:18-21).

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  • 6b.

    Autoridad;

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    El Señor prometió a Abraham que haría de él una nación grande, engrandecería su nombre (Gn 12:2) y su descendencia se adueñaría de las puertas de sus enemigos (Gn 22:17).

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  • 6c.

    La presencia de Dios;

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    En Gn 12:3, el Señor le prometió a Abraham que bendeciría a los que lo bendijeran y que maldeciría a los que lo maldijeran.

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  • 6d.

    ¿Qué podemos aprender acerca de las bendiciones de Isaac con respecto a las bendiciones de Dios para Abraham?

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    Las bendiciones que Isaac le dio a Jacob fueron similares a las bendiciones de Dios a Abraham. En sus palabras, Isaac dijo que era el Señor quien daba las bendiciones (Gn 27:28). Por lo tanto, el acto de bendición de Isaac a Jacob fue simplemente un reflejo de la voluntad del Señor de transmitir y reconfirmar sus promesas y bendiciones a los descendientes de Abraham.

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  • 7a.

    Hoy, ¿cómo la bendición de Isaac a Jacob se aplica a nosotros? Véase también Mt 6:26, 31-33; Mc 16:16; Jn 20:23. Abundancia;

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    Isaac bendijo a Jacob con la bendición del rocío del cielo, los frutos de la tierra y la abundancia de trigo y de mosto (Gn 27:28). Así como Isaac bendijo a Jacob con respecto a las necesidades físicas de Esaú, el Señor Jesús nos consuela que todas las cosas relacionadas a la comida, la bebida y la vestimenta nos serán añadidas, siempre que busquemos primeramente el reino de Dios y su justicia (Mt 6:26, 31-33).

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  • 7b.

    Autoridad;

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    En las bendiciones a Jacob, Isaac mencionó que los pueblos le servirían, que las naciones y los hijos de su madre se inclinarían delante de él, y que él sería señor de sus hermanos (Gn 27:29). De manera similar, el apóstol Pablo afirmó que como ciudadanos de la casa de Dios (Ef 2:19), nosotros y los santos tenemos la autoridad, no sólo de juzgar al mundo y sus injusticias, sino también de juzgar a los ángeles (1 Co 6:2, 3).

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  • 7c.

    La presencia de Dios;

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    Isaac le dijo a Jacob que los que maldijeran a Jacob serían malditos y los que bendijeran a Jacob serían benditos (Gn 27:29). De manera similar, esta promesa de maldición y bendición también se aplica a nosotros hoy. El Señor Jesús incluso reduce la promesa de maldición y bendición a la maldición de condenación y la bendición de salvación. En el evangelio de Mc 16:16, el Señor Jesús enfatiza que el que crea y sea bautizado, será salvo, pero el que no crea, será condenado. Más tarde, el Señor Jesús también transmite la autoridad de la maldición y la bendición a la iglesia. El evangelio de Juan menciona cómo el Señor Jesús da autoridad a sus discípulos de que a quienes les perdonen los pecados, les son perdonados, pero a quienes se los retengan, les son retenidos (Jn 20:23). En otras palabras, aquellos que rechacen el poder del evangelio serán condenados a la maldición. Pero los que creen en la promesa del evangelio recibirán la bendición de la salvación.

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  • 8.

    Según las Escrituras, ¿qué representa “los frutos de la tierra y el rocío del cielo” de Jacob? Véase Dt 33:28 y Zac 8:12.

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    En las Escrituras, la frase “los frutos de la tierra y el rocío del cielo” aparece en varios lugares. En el libro de Deuteronomio, el profeta Moisés una vez dio las bendiciones finales a cada una de las tribus de Israel. En una de sus bendiciones, Moisés dijo: “Israel habitará confiado, la fuente de Jacob habitará sola en tierra de grano y de vino; hasta sus cielos destilarán rocío” (Dt 33:28). Esta bendición representa la paz y la providencia del Señor para su pueblo.

    Además, el profeta Zacarías profetizó acerca del remanente de Israel diciendo: “Habrá simiente de paz: la vid dará su fruto, la tierra, su producto, y los cielos, su rocío” (Zac 8:12). El profeta continuó en su profecía diciendo que el remanente de Israel sería salvo por el Señor y sería una bendición (Zac 8:13). Así, como explica el libro de Zacarías, “En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, y le dirán: ‘Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros’” (Zac 8:23). En otras palabras, la bendición de los frutos de la tierra y el rocío de los cielos del remanente de Israel representa hoy la salvación y la presencia de Dios entre su pueblo que será buscada por las naciones de toda lengua.

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  • 27:30-37

    9.

    ¿Por qué Isaac se estremeció grandemente?

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    Cuando Esaú le pidió a su padre que comiera de su caza para que luego lo bendijera, Isaac se estremeció grandemente (Gn 27:33). Isaac se estremeció grandemente por varias razones.

    Primero, Isaac se estremeció porque supo que había sido engañado por Jacob (Gn 27:35). Cuando Isaac escuchó por primera vez la voz de su hijo, sospechó que era la voz de Jacob. Para aclarar su confusión, Isaac le pidió a su hijo que se acercara para palparlo y para que lo besara (Gn 27:21-27).

    Segundo, Isaac se estremeció porque se dio cuenta de que había bendecido erróneamente a su hijo. Su intención era que Esaú, su primogénito, fuera bendecido (Gn 27:2-4). A través de la bendición, Isaac quería que Esaú fuera el señor de sus hermanos. Pero ahora la bendición de Dios a Abraham e Isaac pasó a Jacob.

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  • 10a.

    ¿Cuál fue la reacción de Esaú después de oír las palabras de su padre? Compare la reacción de Esaú en Gn 27:34 con la de Gn 25:34.

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    Al saber que Isaac había bendecido a Jacob en lugar de él, Esaú lanzó una muy grande y muy amarga exclamación (Gn 27:34). Al darse cuenta también de que no había otra bendición para él, Esaú alzó su voz y lloró (Gn 27:38). Pero anteriormente Esaú había menospreciado su primogenitura y la vendió a Jacob a cambio del guisado de las lentejas (Gn 25:34).

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  • 10b.

    ¿Qué lección podemos aprender de las reacciones contrastadas de Esaú? Véase también Heb 12:17, 6:4-6.

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    El autor de Hebreos dice que cuando Esaú deseó heredar la bendición después de que había vendido su primogenitura, fue desechado. El autor continúa diciendo: “No tuvo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas” (Heb 12:17). Por lo tanto, desde la perspectiva humana, Esaú fue engañado por Jacob para que no recibiera la bendición, pero desde la perspectiva de Dios, Esaú fue quien menospreció la primogenitura causando que fuera desechado por Dios.

    El rechazo de Dios hacia Esaú nos sirve de advertencia. Así como a Esaú se le había dado el derecho de primogenitura, a nosotros también se nos ha dado el don celestial y nos hemos hecho partícipes del Espíritu Santo. Pero si nos recaemos, es imposible que seamos otra vez renovados para arrepentimiento (Heb 6:4-6).

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  • 11a.

    Según Esaú, ¿por qué llamaron bien al nombre de Jacob?

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    Cuando Jacob tomó su bendición, Esaú dijo que era correcto que llamaran a su hermano por nombre Jacob porque le había suplantado dos veces. Primero, Jacob se apoderó de la primogenitura de Esaú. Luego, Jacob le quitó la bendición a Esaú (Gn 27:36).

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  • 11b.

    Como hermano de Esaú, ¿qué podría haber hecho Jacob en su lugar? ¿Qué lección podemos aprender de esto? Véase también 1 Jn 4:11, 20.

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    Como hermano y miembro de la familia de Esaú, Jacob podría haberlo amado incondicionalmente y haberlo respetado. En lugar de aprovecharse de su hermano Esaú y pensar solo en su meta y su ambición personal, Jacob podría haber actuado como el “guardián de su hermano”, respetando el derecho de primogenitura de su hermano y honrando la decisión de su padre de bendecir al primogénito.

    Asimismo, hoy en la iglesia, como miembros de la familia de la casa de Dios, debemos amarnos unos a otros incondicionalmente. El autor de la epístola de Juan nos recuerda que si Dios nos ha amado así, también debemos amarnos unos a otros (1 Jn 4:11). Además, el autor enfatiza que el que ama a Dios pero odia a su hermano, es mentiroso (1 Jn 4:20). Por otra parte, los mensajes del profeta Ezequiel también nos sirven como advertencia con respecto al egoísmo. El libro de Ezequiel describe el egoísmo de los pastores con los siguientes ejemplos: Primero, los pastores de Israel sólo pensaban en ellos mismos (Ez 34:2). Segundo, se aprovechaban de los rebaños (Ez 34:3). Tercero, fueron negligentes en sus deberes (Ez 34:4). Cuarto, fueron advertidos por el Señor Dios (Ez 34:7s). Así como Dios responsabilizó a los pastores negligentes de Israel, nosotros también seremos responsables ante Dios si abandonamos, engañamos o nos aprovechamos de nuestros hermanos y hermanas de la iglesia.

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  • 12.

    Compare Gn 27:37-38 con Gn 25:23, ¿qué podemos aprender acerca de la voluntad del hombre versus la voluntad de Dios?

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    Isaac le dijo a Esaú que ya le había dado a su hermano Jacob todas las bendiciones y que no le quedaba nada para él (Gn 27:37). La bendición que Isaac tenía reservada para Esaú ahora permanecía en Jacob. Aunque Isaac insistió en que Esaú fuera bendecido, la promesa de Dios de que el hijo menor fuera bendecido (Gn 25:23) se cumplió finalmente. Aunque Jacob obtuvo la bendición a través del esfuerzo humano, el hecho de que fuera dada a Jacob seguía dependiendo de la decisión y la misericordia del Señor. La comparación entre la voluntad de Isaac y la voluntad de Dios nos muestra que la voluntad de Dios prevalece sobre la voluntad del hombre. De manera similar, el autor de la epístola de Santiago nos recuerda que en lugar de despreciar la voluntad de Dios y forzar la nuestra para planificar todo, debemos respetar y aceptar humildemente la voluntad del Señor para nuestras vidas (Sant 4:13-15).

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  • 27:38-40

    13a.

    ¿Cuáles fueron las anti-bendiciones de Isaac a Esaú?

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    Cuando Esaú alzó su voz y lloró, Isaac respondió que la morada de Esaú estaría lejos de la tierra fértil y del rocío del cielo. Además, Esaú viviría de su espada y serviría a su hermano. Pero una vez que se fortaleciera, rompería el yugo de su hermano de su cerviz (Gn 27:39-40).

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  • 13b.

    ¿Cómo la frase “De tu espada vivirás” reflejó la vida en general de Esaú?

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    La frase “De tu espada vivirás” en Gn 27:40 reflejó la dependencia de Esaú en sus propios esfuerzos para llevar su vida. Gn 25:27 nos dice que Esaú era diestro en la caza y un hombre que sabía usar sus armas, su aljaba y su arco (Gn 27:3). Así, según la frase de Gn 27:40, Esaú vivió su vida, logró su éxito y su ambición dependiendo únicamente en sus propias habilidades.

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  • 14.

    Explique la frase “Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras” en Heb 11:20.

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    El autor de Hebreos narra que “Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras” (Heb 11:20). En otras palabras, Isaac lo hizo por su fe en Dios. La fe de Isaac al darles las bendiciones se basa en la promesa de Dios a Abraham, su padre (Gn 12:2, 3, 13:15-17, 15:5, 17:6-8, 22:17-18), y en las palabras de Dios a Rebeca, su mujer (Gn 25:23).

    Además, las palabras que Isaac dijo a Jacob y a Esaú no se limitaron a las cosas presentes y físicas, sino también a las cosas del futuro. Por ejemplo, las Escrituras nos dicen que la sumisión de los edomitas a los israelitas sucedió generaciones después del tiempo de Esaú (2 Sam 8:12-14; Ex 15:15; Nm 24:18; Am 9:11-12; Abd 1:18 y 1 Re 11:14-16). Por otra parte, la bendición a Jacob de los frutos de la tierra y el rocío del cielo no se refería solo a la bendición física per se del tiempo de Jacob sino también a la salvación y la presencia de Dios entre su pueblo hasta el día de hoy (Zac 8:23).

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