Contexto

Años después de la prueba del Señor a Abraham, Sara murió en la tierra de Canaán. El siguiente evento registra cómo Abraham se puso de duelo por su esposa y cómo pidió a Efrón el heteo comprarle la cueva como lugar de sepultura para Sara. El capítulo nos adentrará más en el acto de fe de Abraham como prueba de su creencia en las promesas anteriores de Dios.

Versículo clave

(23:19)

¿Sabía usted que...?

  1. Quiriat-arba (23:2) en hebreo puede traducirse literalmente como “ciudad de Arba”. El nombre original de la ciudad era Hebrón. El nombre ‘Arba’ tiene su origen en su fundador, uno de los anaquitas. Según Jos 15:13, Arbá fue el padre de Anac.
  2. Hititas (hijos de Het) (23:3): Según Gn 10:15, Het era hijo de Canaán. Por lo tanto, los hititas eran descendientes de Het.
  3. Príncipe de Dios (23:6): este título en hebreo se puede traducir literalmente como “el levantado por Dios”.
  4. Macpela (23:9) fue el lugar donde fueron sepultados Abraham y Sara, Isaac y Rebeca, Jacob y Lea (Gn 23:19, 25:9, 49:31, 50:13). A lo largo de la historia, se erigió una antigua iglesia cristiana sobre la cueva, probablemente en tiempos de Justiniano, el emperador romano. Más tarde, esta iglesia se ha convertido en una mezquita mahometana. [ref]
  5. Cuatrocientos siclos (23:15): La palabra “siclo” en hebreo significa literalmente “un peso”. Aquí, el siclo, utilizado por primera vez, no era una moneda estampada sino una pieza de metal de peso definido. Según Ex 30:13, un siclo equivalía a veinte geras o frijoles. El dinero acuñado era desconocido para los hebreos hasta después del cautiverio. [ref]

Esquema

  • Abraham hizo duelo por Sara
  • Abraham pidió el lugar de sepultura de Efrón
  • Abraham poseyó la cueva de Macpela

Análisis del segmento

  • 23:1-2

    1.

    ¿Qué edad tenía Sara cuando murió? ¿Y dónde murió?

    •  
    •  
    •  
    •  
    Mostrar respuesta

    Sara tenía ciento veintisiete años cuando murió. Y murió en Quiriat-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán (Gn 23:1-2).

    Ocultar respuesta

  • 23:3-16

    2.

    ¿Qué hizo Abraham en respuesta a la muerte de su mujer?

    •  
    •  
    •  
    •  
    Mostrar respuesta

    Cuando Sara, su mujer, murió, Abraham vino a hacer duelo y a llorarla. Después, habló a los hijos de Het, pidiendo en propiedad una sepultura para enterrar a Sara, su mujer (Gn 23:2-3).

    Ocultar respuesta

  • 3a.

    ¿Cómo podía Abraham, un extranjero y un forastero, ser considerado como un príncipe de Dios por los hijos de Het?

    •  
    •  
    •  
    •  
    Mostrar respuesta

    Aunque Abraham era un extranjero y un forastero en la tierra de Canaán, los hijos de Het lo consideraban un príncipe poderoso o, literalmente, “el levantado por Dios” (Gn 23:5-6). A Abraham no solo se le dio el título de “príncipe poderoso”, sino que también fue aceptado y respetado con tal título de parte de los hijos de Het. Una consideración tan alta hacia un extranjero y un forastero por parte de los residentes locales muestra que hubo una fuerte conexión entre el título de Abraham y la providencia de Dios a lo largo de su vida en la tierra de Canaán.

    Ocultar respuesta

  • 3b.

    Comparta su experiencia personal sobre cómo otros “pueden ver a Jesús en usted”.

    •  
    •  
    •  
    •  
    Mostrar respuesta
    (La respuesta está vacía)
    Ocultar respuesta

  • 4.

    ¿Por qué Abraham enterró a Sara en la tierra de Canaán en lugar de su tierra natal?

    •  
    •  
    •  
    •  
    Mostrar respuesta

    La decisión de Abraham de enterrar a Sara en la tierra de Canaán muestra la continuación de su fe del capítulo anterior. Previamente, en Génesis 22, la prueba de Abraham demostró que temía a Dios y confiaba en la promesa de Dios. Aunque Abraham y su mujer no eran más que extranjeros y forasteros, la decisión de enterrar a Sara en la tierra de Canaán muestra la fuerte creencia de Abraham en la promesa de Dios y la confirmación de Dios en tal promesa (Gn 12:1, 15:7, 17:8, 22:17). Abraham enterró a Sara allí porque creía que la tierra de Canaán era la tierra prometida que Dios le había dado.

    Ocultar respuesta

  • 5.

    Haga una lista de las personas que fueron enterradas en la cueva de Macpela. Véase también Gn 25:9, 35:29, 49:31, 50:13.

    •  
    •  
    •  
    •  
    Mostrar respuesta

    Las personas que fueron sepultadas dentro de la cueva de Macpela fueron: Sara (Gn 23:19), Abraham (Gn 25:9), Isaac (Gn 35:29), Rebeca (Gn 49:31), Jacob (Gn 50:13) y Lea (Gn 49:31).

    Ocultar respuesta

  • 6a.

    Compare el entierro de Sara en la tierra de Canaán con la orden de José de sacar sus huesos de Egipto. Véase también Gn 50:24, 25 y Jos 24:32.

    •  
    •  
    •  
    •  
    Mostrar respuesta

    A partir de la decisión de Abraham de enterrar a Sara en Canaán, la fe en la tierra prometida de Dios se transmitió de generación en generación hasta la generación de José. Aunque la familia de Sara todavía estaba en Mesopotamia, Abraham decidió enterrar a su mujer en la tierra prometida de Dios, Canaán. En tiempos de José, José tenía una fe similar a la de Abraham, de que sus huesos debían ser sacados de Egipto junto con los hijos de Israel, a quienes Dios conduciría a la tierra que les había jurado a Abraham, a Isaac y a Jacob (Gn 50:24, 25). Finalmente, en el tiempo de Josué, los huesos de José fueron enterrados en Siquem, la tierra de Canaán (Jos 24:32).

    Ocultar respuesta

  • 6b.

    ¿Qué podemos aprender de la fe de nuestros antepasados con respecto a su sepultura en la tierra prometida?

    •  
    •  
    •  
    •  
    Mostrar respuesta

    Como extranjeros, Abraham y Sara estaban dispuestos a ser sepultados en la tierra extranjera debido a su confianza en la promesa de Dios. De manera similar, aunque José vivía en Egipto, ordenó que sacaran sus huesos de allí, sabiendo que Dios llevaría a los hijos de Israel a la tierra prometida. El autor del libro de Hebreos menciona que José dio tal mandato por fe (Heb 11:22). Además, el libro de Hebreos también afirma que los antepasados anhelaban una mejor, es decir, una patria celestial (Heb 11:16). Por tal esperanza, aunque no habían recibido las promesas, las habían visto de lejos, creyendo en ellas, las habían saludado, confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra (Heb 11:13). Asimismo, debemos emular la fe de nuestros antepasados, confesando que nuestra vida en la tierra, nuestras pertenencias, nuestros logros son solo temporales y fugaces. Al aceptar estos hechos, nos prepararemos mejor para desear la prometida patria celestial de Dios.

    Ocultar respuesta

  • 7a.

    ¿Cómo respondió Efrón al pedido de Abraham de la propiedad del entierro? ¿Efrón era tan generoso como decía?

    •  
    •  
    •  
    •  
    Mostrar respuesta

    Al principio, en presencia de los hijos de Het, su pueblo, Efrón declaró que estaba dispuesto a dar la heredad y la cueva que había en ella a Abraham para enterrar a su muerta (Gn 23:10-11). Pero en respuesta a la oferta de Abraham de pagar el precio de la heredad, Efrón respondió que la tierra valía cuatrocientos siclos de plata, una suma de dinero muy considerable en ese momento. Y para minimizar un precio tan caro, Efrón argumentó que el dinero era un asunto trivial para él (Gn 23:15). Efrón no fue tan generoso como había afirmado.

    Ocultar respuesta

  • 7b.

    ¿Qué enseñanza podemos aprender de Efrón y sus sucesivas respuestas a Abraham?

    •  
    •  
    •  
    •  
    Mostrar respuesta

    Aunque Efrón parecía ser generoso con su tierra, sus últimas palabras mostraron el verdadero deseo de su corazón. La costosa suma de dinero estaba envuelta por la afirmación de generosidad de Efrón y la minimización de la importancia del dinero para él. Quería que la gente reconociera su generosidad pero, al mismo tiempo, también quería el dinero.

    Este evento es similar a lo que Ananías y Safira le hicieron al apóstol Pedro. En Hch 5:2-3, después de que vendieron su posesión, pusieron el dinero a los pies del apóstol y se quedaron con parte de ello. No solo querían que el apóstol y la congregación reconocieran su sacrificio, también querían parte de la suma de dinero para ellos.

    Hoy, los dos eventos anteriores pueden servir como una advertencia a nuestro corazón y motivo. El Señor Jesús nos advierte en el evangelio de Mateo 5:37 que nuestro ‘sí’ debe ser ‘sí’ y nuestro ‘no’ debe ser ‘no’. En otras palabras, no debemos dejar que nuestras palabras e intenciones se vean envueltas en motivos engañosos o ambiciones egoístas.

    Ocultar respuesta

  • 8.

    ¿Por qué Abraham rechazó la oferta de Efrón e insistió en comprar la tierra?

    •  
    •  
    •  
    •  
    Mostrar respuesta

    Aunque Efrón dijo que le daría a Abraham la heredad y la cueva que estaba en ella, Abraham insistió en comprar la tierra (Gn 23:11-13). La intención de Abraham de comprar la tierra legalmente, en lugar de simplemente recibir la generosa oferta como un gesto cortés, reflejó su creencia de que Dios prometió la tierra también a las generaciones de Abraham (Gn 22:17). Como extranjero y forastero, Abraham consideró que la compra legal de la tierra era un acto necesario para asegurar legalmente la tierra para sus descendientes en presencia de los cananeos nativos.

    Ocultar respuesta

  • 23:17-20

    9.

    ¿Cuál fue el significado de esta tierra comprada en relación con la promesa de Dios a Abraham en Gn 22:17?

    •  
    •  
    •  
    •  
    Mostrar respuesta

    Aparte de la tierra comprada de los hititas que se convirtió en el lugar de entierro de la familia de los antepasados, la tierra comprada en Canaán se convirtió en el precursor del cumplimiento de la promesa de Dios. En Gn 22:17, el Señor le prometió a Abraham que su descendencia “se adueñaría de las puertas de sus enemigos”. Aunque comprar un terreno de sepultura en la tierra de los hititas para su familia no equivalía a adueñarse de las puertas de sus enemigos, el acto de comprar en sí sirvió como prueba de su fe en que la promesa se haría realidad. El libro de Hebreos nos dice que los antepasados, incluyendo a Abraham, solo vieron las promesas de lejos, sin embargo, creyeron en ellas y las saludaron (Heb 11:13). Posteriormente, la promesa mencionada en Gn 22:17 se cumplió en tiempos de Josué, donde los israelitas lograron derrotar a los reyes cananeos, incluyendo la tierra de los hititas (Jos 12:8).

    Ocultar respuesta

  • 10.

    ¿Por qué Abraham estuvo dispuesto a enterrar a su mujer en la tierra de Canaán pero se negó a dejar que su hijo buscara una mujer en la tierra de Canaán?

    •  
    •  
    •  
    •  
    Mostrar respuesta

    La decisión de Abraham de enterrar a su mujer en la tierra de Canaán reflejó su fe en Dios con respecto a la tierra prometida (Gn 15:7). Su negativa a permitir que su hijo buscara una esposa de la tierra de Canaán también reflejó su fe en la promesa de Dios. La negativa de Abraham significaba que estaba seleccionando cuidadosamente una mujer para su hijo con el propósito de formar descendientes piadosos. En Gn 17:8f, el Señor le dijo a Abraham que Él sería Dios para él y su descendencia, en heredad perpetua. Pero a su vez, Abraham y sus descendientes debían guardar el pacto de Dios.

    Por lo tanto, para guardar el pacto de Dios, Abraham estuvo dispuesto a dejar atrás a su familia en Ur, quienes servían a otros dioses (Jos 24:2), y siguió al Señor (Gn 12:4). En el libro de Levítico, el autor mencionó cómo el Señor advirtió a los hijos de Israel que no hicieran conforme a las obras de la tierra de Canaán ni que andaran en sus estatutos (Lv 18:3) una vez que entraran en la tierra de Canaán (Lv 14:34). De manera similar, tal advertencia había sido obedecida por Abraham, el antepasado de los hijos de Israel. Aunque el Señor le prometió darle la tierra de Canaán (Gn 12:7), Abraham guardó cuidadosamente a su hijo de “las obras de la tierra de Canaán” y de “sus estatutos” al no casar a su hijo con una hija cananea.

    Hay algunos ejemplos con respecto a tomar una mujer del pueblo cananeo. Cuando Esaú tomó por mujer a los hititas, ellas fueron amargura de espíritu para Isaac y para Rebeca (Gn 26:34-35). Incluso en el libro de Levítico, Dios ordenó a los israelitas que no hicieran según las costumbres de la tierra de Canaán, incluyendo el asunto de la moralidad sexual y el matrimonio (Lv 18:3-7). Por lo tanto, la negativa de Abraham a tomar una mujer de Canaán para Isaac reflejó su esfuerzo por preservar la fe en Dios de su hijo y su descendencia después de él.

    Ocultar respuesta