Contexto

Esta vez, el Señor vino nuevamente a Abraham para reconfirmarle específicamente el cumplimiento del tiempo del hijo prometido. El relato continuó cuando el Señor y los dos ángeles vinieron a Abraham como invitados, quienes viajaron más tarde a Sodoma para ver cómo sus pecados se habían agravado en extremo. Las respuestas e interacciones de Abraham con el Señor nos enseñan sobre el acto de hospitalidad y la actitud en las oraciones de intercesión.

Versículo clave

(18:3)

¿Sabía usted que...?

  1. A la hora de más calor (18:1): En Medio Oriente, la hora del mediodía es la hora del descanso (cf. Cant 1:7) y la hora de la comida (Gn 43:16, 25). En este caso, Abraham probablemente había ya comido y estaba descansando. [ref]
  2. Se postró en tierra (18:2): Tal expresión indica “la postración completa del cuerpo cayendo primero de rodillas, y luego inclinando la cabeza hacia adelante hasta tocar el suelo”. Este era un modo de saludo practicado por la gente del Antiguo Testamento hacia los extranjeros (Gn 18:2, 19:1), hacia alguien con una posición respetada (Gn 33:3; Ex 18:7 y 1 Re 2:19) y hacia los reyes (1 Sam 24:8 y 2 Sam 9:8)(1 Re 1:23). Además, este modo también se utiliza como signo de adoración hacia los ídolos (1 Re 16:31; Dt 17:3; Is 44:15 y 2 Re 21:3) o hacia el Señor (Gn 24:26; Ex 34:8; Nm 22:31; Job 1:20 y 2 Sam 12:20). [ref]
  3. Lavéis vuestros pies (18:4): Lavar los pies de los invitados era un acto estándar de hospitalidad en el clima seco y polvoriento del antiguo Cercano Oriente (Gn 19:2, 24:32, 43:24; Jue 19:21).
  4. Tres medidas (18:6) equivalen alrededor de 7 a 12 litros. [ref]
  5. Un becerro tierno y bueno (18:7): Las comidas comunes en el Medio Oriente consisten en un guiso de verduras o lentejas hecho en una olla grande y sazonado con hierbas y sal. Rara vez la carne asada, la caza o el pescado se presentan en las comidas habituales. Solo en ocasiones especiales, como en un sacrificio o en un día festivo, se le agrega carne al plato. [ref]
  6. Le había cesado el período de las mujeres (18:11): Esta frase también se puede traducir como “el camino como mujer había cesado”, dando un tono adicional de que la esperanza de Sara como mujer ha terminado.
  7. La edad para tener hijos (18:11): En ese momento, Sara tenía 90 años. Hoy en día, según el Centro de Fertilidad Avanzada de Chicago, muy pocas mujeres mayores de 44 años siguen siendo fértiles. Incluso la mayoría de los centros de fertilización in vitro solo harán el intento de utilizar los óvulos de la pareja femenina hasta aproximadamente los 43-45 años. [ref]  Según el libro Guinness de los récords, en 1997, una mujer británica de 59 años se convirtió en la madre natural de mayor edad al dar a luz a un hijo por cesárea. [ref] Además, los riesgos asociados con la maternidad después de los 50 años incluyen una mayor incidencia de diabetes gestacional, hipertensión, parto por cesárea, aborto espontáneo, preeclampsia y placenta previa. [ref]  En otras palabras, la anciana Sara, en vista de nuestra avanzada tecnología médica, no solo se consideraba de alto riesgo para tener hijos, sino que también se consideraba imposible para dar a luz de forma natural o por cesárea.
  8. Miraron hacia Sodoma… iba con ellos (18:16): La distancia de Mamre a Sodoma es de aproximadamente 38,57 millas o más. Este viaje requería que los tres hombres y Abraham atravesaran las montañas al este de Hebrón hasta Caphar-barucha. Lo más probable es que Abraham acompañó a los tres hombres escoltándolos durante parte de su viaje. [ref]

Esquema

  • Abraham recibió a los tres varones
  • El Señor prometió un hijo a Sara
  • El Señor le dijo a Abraham acerca de su plan contra Sodoma
  • Abraham intercedió por Sodoma

Análisis del segmento

  • 18:1-8

    1.

    ¿Cuál fue el propósito de la visita del Señor a Abraham?

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    El Señor visitó a Abraham con el propósito de informarle sobre el nacimiento del hijo prometido. También quería que Abraham supiera lo que estaba a punto de hacer con la ciudad de Sodoma y Gomorra (Gn 18:10, 17, 20).

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  • 2a.

    Describa la forma en que Abraham dio la bienvenida a los tres varones.

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    Cuando Abraham vio a los tres varones que estaban junto a él, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos y se postró en la tierra. Abraham también les ofreció agua para lavarse los pies y les sugirió que descansaran debajo del árbol. Además, Abraham también los invitó a tomar un bocado de pan para reponer sus fuerzas antes de seguir su viaje (Gn 18:2-4).

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  • 2b.

    ¿Cómo trató realmente Abraham a los tres varones?

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    Después de que los tres varones acordaron quedarse, Abraham rápidamente le pidió a Sara, su mujer, que preparara tres medidas (7-12 litros) de flor de harina fina para hacer panes cocidos. Abraham también preparó mantequilla, leche y un becerro tierno y bueno para ser puesto delante de ellos (Gn 18:6-8). Inicialmente, Abraham solo los invitó por un bocado de pan. Pero cuando los tres varones acordaron quedarse, Abraham les dio algo más que un bocado de pan. Les preparó una comida suntuosa que constaba de tres medidas de flor de harina, mantequilla, leche y un becerro tierno y bueno.

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  • 3.

    ¿Qué podemos aprender de la hospitalidad de Abraham hacia los tres varones? Véase también Gl 4:14; Ro 12:13 y Heb 13:2.

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    Aunque Abraham estaba descansando a la hora de más calor, de buena gana recibió a los invitados en su tienda. Su generosidad hacia los extraños también se mostró cuando les ofreció una comida suntuosa en lugar de solo un bocado de pan.

    Podemos aprender de Abraham en cuanto a la hospitalidad hacia los demás. Los libros del Nuevo Testamento nos dan varias enseñanzas sobre la hospitalidad. El apóstol Pablo escribe en su carta a los Gálatas, alabandolos por recibirlo como un ángel de Dios, incluso como Cristo Jesús, sin despreciar ni rechazarlo por su condición física (Gl 4:14). Asimismo, al recibir a alguien, debemos hacerlo sin juzgar ni despreciar su apariencia exterior. Además, a los romanos, el apóstol Pablo les recuerda que la hospitalidad no debe hacerse con hipocresía (Ro 12:13). En otras palabras, el amor y el sacrificio que damos a los demás debe ser genuino, sin quejas ni regaños. Por último, el autor del libro de Hebreos exhorta a los creyentes a no olvidarse de la hospitalidad y dejar que el amor fraternal permanezca (Heb 13:2). A partir de aquí, el autor del libro de Hebreos nos recuerda que a lo largo de nuestras ocupadas rutinas diarias, no debemos descuidar el cuidado de los demás con amor fraternal.

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  • 18:9-15

    4.

    ¿Por qué los tres varones le preguntaron a Abraham acerca de Sara, su mujer?

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    Al preguntar acerca de Sara indicaba que la conversación que seguía involucraría no sólo a Abraham sino también a Sara. Y la información que estaba por declarar también era para que Sara lo supiera.

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  • 5.

    ¿Cuál fue la declaración específica del Señor a Abraham?

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    En Gn 18:10, el Señor le dijo a Abraham: “De cierto volveré a ti el próximo año, y para entonces Sara, tu mujer, tendrá un hijo” (Gn 18:10).

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  • 6.

    ¿Qué hizo que Sara se riera para sus adentros?

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    Sara se rió para sus adentros después de escuchar a la puerta de la tienda acerca de la declaración del Señor de que ella tendría un hijo el próximo año (Gn 18:10). La promesa del Señor la hizo reír porque físicamente tanto Abraham como Sara eran viejos, de edad avanzada. Además, Sara sabía que había pasado la edad de tener hijos y ya no tenía el placer de tener una relación íntima con su esposo, Abraham (Gn 18:11). Con estos hechos innegables, la idea de tener un hijo la hizo reír.

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  • 7.

    ¿Cómo respondió el Señor a la risa de Sara?

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    El Señor respondió reprendiendo a Abraham por la incredulidad de su mujer. Le enfatizó nuevamente a Abraham que nada era demasiado difícil para el Señor y que en el tiempo señalado regresaría a él, y para entonces Sara tendría un hijo (Gn 18:13-14).

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  • 8.

    ¿Por qué Sara negó que se había reído y cómo le respondió el Señor?

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    Sara negó haberse reído de la promesa de Dios porque tuvo miedo de Él, que sabía exactamente lo que ella estaba pensando. El Señor le dijo a Sara que en verdad se había reído de la promesa de Dios (Gn 18:15), demostrándole que el Señor conocía exactamente sus pensamientos y que no se le podía mentir.

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  • 9.

    ¿Cómo la reprensión del Señor a Sara puede ser hoy una advertencia para nosotros? Véase también Mc 9:22-24.

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    El Señor reprendió a Sara por no creer en el poder de Dios de darle un hijo en su vejez. Este incidente puede servirnos hoy de advertencia en cuanto a nuestra fe. Aunque creemos que Dios es omnipotente, tendemos a menospreciar su poder cada vez que nos enfrentamos a situaciones que consideramos imposibles de resolver.

    El autor del evangelio de Marcos escribió acerca de un padre que había llevado a su hijo que tenía un espíritu mudo a los discípulos. Pero cuando vio que los discípulos no pudieron expulsar fuera el espíritu, el padre comenzó a dudar del poder de nuestro Señor Jesús. Entonces, nuestro Señor Jesús le dijo: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Mc 9:22-23), recordándole que nada era demasiado difícil para el Señor, con tal de que creyera en Él. En momentos de desesperación, también tendemos a actuar como lo hizo el padre, preguntándonos si Dios es capaz de librarnos de nuestra desesperación. Como resultado, medimos el poder y la habilidad de Dios en base a las dificultades que enfrentamos. Pero a través de los ejemplos de Sara y el padre del hijo que tenía un espíritu mudo, se nos recuerda que nada es demasiado difícil para el Señor y que todo es posible para el que cree.

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  • 10.

    ¿Fue la risa de Sara diferente de la de Abraham en Gn 17:17? ¿Por qué el Señor reprendió a Sara pero no a Abraham?

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    La risa de Sara no fue diferente a la de Abraham en Gn 17:17. Según Gn 17:17 y Gn 18:12, tanto Abraham como Sara, después de escuchar la promesa del Señor de que tendrían un hijo a través de Sara, se rieron debido a su vejez. Si bien Dios les recordó a ambos su promesa (Gn 17:19, 18:14), sus respuestas fueron diferentes. Abraham respondió creyendo las palabras de Dios, pero Sara respondió negando su risa.

    Después de que Abraham se rió, el Señor le dijo que Sara le daría un hijo. Creyendo en las palabras de Dios, Abraham se circuncidó a sí mismo, a su hijo Ismael y a todos los varones de su casa “aquel mismo día” como “Dios le había dicho” (Gn 17:23-27). En cambio, cuando el Señor le preguntó a Abraham por qué Sara se rió cuando Él les reiteró la promesa de darles un hijo, Sara, por temor, negó su risa. Pero el Señor le dijo a Sara que ella sí se rió (Gn 18:13-15) al pensar que el tener hijos en su avanzada edad era “demasiado difícil para el Señor” (Gn 18:11).

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  • 18:16-21

    11.

    ¿Qué otro acto de hospitalidad mostró Abraham a los tres varones?

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    Cuando los tres varones se levantaron del lugar de Abraham, Abraham fue con ellos para acompañarlos por el camino de Sodoma (Gn 18:16).

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  • 12a.

    ¿Cómo pensó el Señor en Abraham y cuáles eran los planes para el futuro de Abraham? Véase también Sant 2:23.

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    Cuando Abraham fue con el Señor, estaba pensando en decirle a Abraham lo que estaba a punto de hacer. El Señor no tenía la intención de ocultar lo que estaba haciendo porque el Señor lo había conocido. Incluso el autor del libro de Santiago nos dice que Abraham fue llamado amigo de Dios (Sant 2:23).

    El Señor había planeado que Abraham ciertamente llegaría a ser una nación grande y fuerte, y todas las naciones de la tierra serían benditas en él. Además, el Señor quería compartir con Abraham lo que estaba a punto de hacer para que Abraham pudiera mandar a sus hijos y a su casa después de él que guardaran el camino del Señor haciendo justicia y juicio (Gn 18:18-19).

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  • 12b.

    ¿Qué podemos aprender de la cercanía de Abraham con el Señor y sus futuras responsabilidades?

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    El libro de Santiago describe que Abraham fue llamado amigo de Dios no solo por su fe en Dios sino también por las obras mostradas en sus hechos para reflejar su fe (Sant 2:23). El apóstol Juan nos dice que somos considerados amigos del Señor Jesús si hacemos todo lo que Él nos manda (Jn 15:14). En otras palabras, ser amigo de Jesús requiere que creamos en sus palabras y promesas, y que también llevemos a cabo sus mandamientos en nuestras vidas diarias.

    Al ser amigos del Señor Jesús, tenemos el beneficio de saber lo que Él está por hacer y todas las cosas que Él ha oído de su Padre (Jn 15:15). Tal como el Señor le dijo a Abraham que iba a juzgar a Sodoma y Gomorra, el Señor Jesús también nos ha dicho acerca del juicio inminente sobre este mundo (Mt 24).

    Aparte del beneficio, ser amigo del Señor, también lleva responsabilidades que cumplir. El Señor quería que Abraham mandara a sus hijos y a su casa después de él, que guardaran el camino del Señor haciendo justicia y juicio (Gn 18:19). De la misma manera, siendo amigos de Dios, no sólo debemos cumplir sus mandamientos, sino también enseñar y señalar el camino y los estatutos del Señor a nuestros hijos y a las generaciones posteriores.

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  • 13a.

    Enumere lo que el Señor dijo a Abraham: La promesa;

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    El Señor le prometió a Abraham que ciertamente se convertiría en una nación grande y fuerte, y en él serían benditas todas las naciones de la tierra (Gn 18:18).

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  • 13b.

    La responsabilidad;

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    El Señor pidió a Abraham que mandara a sus hijos y a su casa después de él, que guardaran el camino del Señor haciendo justicia y juicio (Gn 18:19).

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  • 13c.

    La bendición;

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    El Señor traería a Abraham lo que le había dicho, es decir, el Señor lo multiplicaría en gran manera, y de él saldrían naciones y reyes. Él establecería su pacto con Abraham y su descendencia, de generación en generación: un pacto perpetuo, para ser su Dios y el de su descendencia. Además, el Señor le daría a Abraham y a su descendencia toda la tierra de Canaán, en heredad perpetua (Gn 17:6-8).

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  • 14.

    ¿Qué le dijo el Señor a Abraham mientras iban de viaje?

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    Mientras iban de viaje, el Señor le dijo a Abraham: “Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra aumenta más y más y su pecado se ha agravado en extremo, descenderé ahora y veré si han consumado su obra según el clamor que ha llegado hasta mí; y si no, lo sabré” (Gn 18:20-21).

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  • 18:22-33

    15.

    ¿Cómo reaccionó Abraham después de escuchar las palabras de Dios?

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    Después de oír las palabras del Señor, Abraham permaneció delante del Señor mientras los varones se apartaron de allí y fueron hacia Sodoma. Entonces Abraham se acercó y rogó por los habitantes de Sodoma ante el Señor (Gn 18:22-23). Desafortunadamente, ni siquiera se pudieron encontrar diez justos.

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  • 16a.

    ¿Cuál fue el contenido de la intercesión de Abraham?

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    Abraham rogó al Señor que no destruyera al justo con el impío. Abraham esperaba que, como Juez de toda la tierra, el Señor no trataría a los justos como a los impíos, sino que perdonaría a la ciudad por causa de cincuenta justos (Gn 18:23-25).

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  • 16b.

     ¿Cómo prosiguió Abraham su súplica al Señor?

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    Abraham prosiguió su súplica con humildad. Frente al Señor, Abraham se refirió a sí mismo como polvo y ceniza (Gn 18:27), un término usado para humillación (Job 42:6) e inutilidad (Sof 1:17; Zac 9:3). En las oraciones, Abraham también pidió varias veces al Señor que no se enojara con él (Gn 18:30, 32), sabiendo que no era digno de desafiar la decisión del Señor.

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  • 16c.

    ¿Qué podemos aprender de la actitud de humildad de Abraham en las oraciones? Véase también Lc 18:10-14.

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    En su oración frente a Dios, Abraham se consideró a sí mismo como polvo y ceniza. De la misma forma, debemos imitar tal actitud en nuestras oraciones, dándonos cuenta de lo insignificante que somos frente al Creador del cielo y de la tierra.

    En el evangelio de Lucas, el Señor Jesús comparte con nosotros la parábola del fariseo y el recaudador de impuestos. Así como el recaudador de impuestos se sintió indigno y no se atrevió a enaltecerse en su oración (Lc 18:13), nosotros también debemos humillarnos ante Dios. Es posible que nos hayamos enaltecido debido a los servicios que hemos hecho para el Señor, pero si no fuera por su misericordia y su gracia, no somos nada y estamos condenados al juicio.

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  • 16d.

    ¿Por quién debemos interceder en nuestras oraciones?

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  • 16e.

    ¿Qué podemos aprender de las oraciones de intercesión de Abraham?

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    Abraham oró por el justo juicio de Dios, no haciendo morir al justo con el impío, evitando que el justo sea tratado como el impío (Gn 18:25). A través de los diálogos sucesivos, Abraham también oró a Dios, esperando que salvara la ciudad si se encontraban un mínimo de diez justos (Gn 18:32). Aunque había menos de diez personas justas, aun así Dios respondió enviando a sus ángeles para rescatar a Lot y a su familia y esperó hasta que estuvieran en el lugar seguro antes de que el juicio cayera sobre Sodoma y Gomorra (Gn 19:16, 22). El Señor había mostrado tanto su justo juicio como su amorosa misericordia a Abraham y a Lot, el sobrino de Abraham.

    En las oraciones de intercesión, Abraham solo pidió que se hiciera el justo juicio y se mostrara la misericordia de Dios, sin insistir al Señor para que siguiera su deseo personal. Asimismo, en nuestras oraciones de intercesión, ya sea para sanar a los enfermos o para consolar a los que están agobiados, no debemos insistir en que el Señor haga lo que le pedimos. Mas bien, debemos suplicar que se nos muestre la justicia y la misericordia de Dios, considerando la soberanía de Dios sobre el resultado final.

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  • 16f.

    Comparta una experiencia con respecto al poder de la oración de intercesión.

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  • 17a.

    ¿Qué podemos aprender de las sucesivas respuestas de Dios a Abraham? Sobre la gente de Sodoma y Gomorra;

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    De las sucesivas respuestas de Dios, fue irónico ver que no había ni diez personas justas en toda la ciudad de Sodoma y Gomorra. Aun cuando los ángeles llegaron a la ciudad, el clamor contra la gente de esta ciudad había subido de punto delante del Señor (Gn 18:32, 19:13).

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  • 17b.

    Sobre la misericordia de Dios;

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    La misericordia de Dios se mostró no solo a Lot, sino que se extendió a su familia, incluyendo su esposa, sus dos hijas y sus dos yernos, quienes rechazaron la oferta y consideraron la advertencia como una broma. Aunque Abraham no mencionó específicamente a Lot y su familia, los ángeles del Señor vinieron a Lot y lo rescataron a él y a su familia (Gn 19:14, 16).

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