Autor

El apóstol Pablo (1:1). Pablo también menciona a Timoteo al inicio de la epístola debido a que Timoteo estuvo con él durante ese tiempo.

Destinatario

Los creyentes en Filipos (1:1) eran griegos en su mayoría. La iglesia en Filipos fue la primera iglesia que Dios estableció en Europa durante el segundo viaje misionero de Pablo (49-52 d.C.). Luego de la visión de la súplica del macedonio, Pablo pudo discernir que Dios los llamaba a predicar en esa región (Hch 16:6-12). Los primeros convertidos en ese lugar fueron Lidia, vendedora de púrpura, y el carcelero, así como sus familias (Hch 16:13-40). Probablemente la iglesia se reunía en la casa de Lidia durante su comienzo.

Fecha

Alrededor de los años 61-62 d.C.

Lugar

Es evidente que Pablo estaba en prisión al tiempo de escribir la epístola. Se desconoce el lugar de su encarcelamiento, aunque se sugieren tres posibilidades: Roma, Éfeso y Cesarea.

Propósito

​​La iglesia de Filipos había enviado una ofrenda por mano de Epafrodito (uno de sus miembros) para Pablo (4:18). En respuesta al amor de los creyentes, él escribió esta carta en gratitud a ellos. También aprovechó esta ocasión para 1) compartirles sobre su situación y expresar que los extrañaba, 2) alentarlos a soportar la persecución y regocijarse en toda circunstancia, 3) exhortarlos a ser humildes y vivir en unidad, 4) advertirles contra los que predicaban y practicaban las falsas doctrinas.

Características únicas

  1. Pablo escribió con un profundo tono personal sobre su relación con los creyentes y su relación con Cristo. 
  2. La carta contiene muchos elogios para los creyentes. 
  3. Predomina el tema del gozo.

Versículo central

“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez os digo: ¡Regocijaos!”. (4:4).

Visión panorámica

  1. Lea toda la epístola y anote los encabezados de las secciones en el cuadro D.
  2. Identifique las divisiones de cada sección que comienzan con las frases “…hermanos” o “…míos amados”.

Temas

Gozo

Pablo primero menciona su gozo como predicador del evangelio. Él se regocijaba cada vez que recordaba a los creyentes filipenses, debido a su participación en el evangelio (1:3, 7). Él les urge a que completen su gozo sintiendo lo mismo que él (2:2), y les exhorta a tener vidas irreprochables para que él pueda regocijarse en el día de Cristo por no haber corrido en vano (2:16). Si los creyentes ofrecieran su fe como un sacrificio agradable para Dios, Pablo se regocijaría aun si él fuera derramado en libación sobre el sacrificio (2:17).

Pablo invita a los creyentes a compartir su gozo (2:18). Él les ordena que se regocijen en el Señor (3:1, 4:4). Según Pablo, Cristo es la fuente del gozo espiritual y el gozo de los creyentes tiene su origen en Cristo (1:26, 3:3). Al vivir en Cristo, los creyentes pueden regocijarse siempre y no estar ansiosos por nada (4:4-7).

Debido a que el gozo de Pablo está fundado en Cristo, él es capaz de regocijarse en cualquier circunstancia (4:11-13). Su gozo va más allá de la felicidad personal y halla su cumplimiento solo en Cristo. Algunos predican por envidia, con la intención de añadir aflicción a Pablo. Pero Pablo aún se regocija por el hecho de que el evangelio es predicado. Su actitud no egoísta, sino centrada en Cristo, es la máxima expresión del gozo cristiano.

Unidad

La iglesia filipense llevó mucho gozo a Pablo debido a que era de un mismo corazón y mente con él. Ellos habían participado en la predicación del evangelio desde el primer día y se habían aliado con Pablo en su ministerio, ya sea en sus prisiones o en la defensa y confirmación del evangelio (1:3-7). 

Pablo anima a los filipenses a completar su gozo aplicando la misma mentalidad para con la comunidad de los creyentes (2:1-2). Tal unidad se logra cuando los creyentes tienen la mente de Cristo Jesús, quien se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte (2:5-11). La humildad de Cristo nos enseña a estimar a los demás como superiores que a nosotros mismos (2:3). El sacrificio de Cristo nos recuerda que debemos velar no solo por nuestros propios intereses, sino también por los intereses de los demás (2:4).

Al final de la epístola, Pablo pide a Evodia y Síntique, sus compañeros de trabajo, que sean de un mismo sentir en el Señor (4:2) y pide a los creyentes que ayuden a estas mujeres, así como a los compañeros del ministerio de Pablo.

Salvación

La salvación es de máximo interés para todos los cristianos. Por esto, Pablo exhorta a los creyentes a ocuparse en su salvación con temor y temblor (2:12). Él les recuerda sobre su ciudadanía celestial y que como creyentes esperamos con ansias el retorno del Salvador, quien transformará nuestros cuerpos para que sean como su cuerpo glorioso (3:20-21). Con este propósito, Pablo sufrió la pérdida de todas las cosas (3:7-11). Olvidando lo que quedaba atrás, prosiguió hacia la meta (3:12-14).

Sin embargo, la salvación no se alcanza por el esfuerzo humano. De la misma forma que Pablo enseña a los creyentes a trabajar por la salvación, él atribuye la salvación a la obra de Dios (2:13). Pablo enfatiza que nuestra justicia no procede de observar la ley, sino solamente por la fe en Cristo Jesús (3:1-9). Incluso todo el esfuerzo que hizo Pablo de avanzar hacia la meta, solo es posible porque Cristo lo asió y debido a que Dios lo llamó por medio de Cristo (3:12, 14). Por ello, la gracia de Dios y su obra en nuestras vidas es la base para nuestra salvación.

Evangelio

En Filipenses, un tema central es el evangelio. Para Pablo, predicar el evangelio es de suma importancia, y fue por causa del evangelio que Pablo estaba dispuesto a sufrir. Por esto, él se regocijaba cuando Cristo era predicado y cuando los creyentes participaban en el ministerio (1:5, 18). Una característica especial de la iglesia filipense era su participación activa en la predicación del evangelio. El hecho de que enviaran a Epafrodito con la ofrenda para Pablo demuestra su disposición a participar en el ministerio. En consecuencia, su comunión en la predicación del evangelio fomentó la cercanía en la relación con Pablo. 

Muchas de las exhortaciones en la carta se centran en el evangelio. Es el deseo sincero de Pablo ver que los creyentes vivan vidas dignas del evangelio, y que juntos perseveren por el evangelio con una sola mente y espíritu (1:27). Les pide a los creyentes que reciban a Timoteo y a Epafrodito debido a que son sus colaboradores en el evangelio (2:19-30). También evoca a los creyentes a mantenerse unidos y respaldar a quienes están en el ministerio (4:2, 3). De esta forma, de diversas maneras la iglesia en su conjunto puede tomar parte en la obra del evangelio.

Relevancia moderna

En esta epístola, podemos aprender mucho de Pablo sobre su perspectiva de la vida centrada en Cristo. Debido a su conocimiento de Jesucristo y su profunda relación con Él, Pablo es capaz de vivir una vida cristiana victoriosa y dinámica. Su experiencia personal en Cristo nos demuestra el significado de la fe en Cristo y el poder que podemos obtener de Cristo. Como tal, estudiar Filipenses nos ayuda a reevaluar nuestra propia relación con Cristo y a encontrar la clave para una vida cristiana victoriosa. 

Además, Filipenses recuerda a la iglesia actual la importancia de la unidad para el avance de la obra del evangelio. La unidad, no solo hace efectivo nuestro ministerio, es también un requisito si queremos que nuestro servicio sea aceptable para el Señor. La epístola nos da una guía práctica para alcanzar la unidad por medio del ejemplo de Jesucristo mismo como nuestro modelo. La unidad es algo difícil de alcanzar para la iglesia de hoy, en particular entre los ministros de la iglesia. Debemos tomar esta virtud cristiana como prioridad para que podamos agradar al Señor y realizar su obra para su gloria.